10 detenidos fallecieron en calabozos por desnutrición y enfermedades en seis meses

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17 privados de libertad fueron asesinados en centros de detención preventiva, según una investigación de la ONG Una Ventana a la Libertad en el primer semestre de 2017.

Caracas. Desde el 1° de enero hasta el 30 de junio de este año murieron 10 privados de libertad dentro de los centros de detención preventiva por desnutrición o enfermedades infecciosas contraídas dentro de las celdas, según el informe semestral de la Organización No Gubernamental (ONG) Una Ventana a la Libertad.

De acuerdo con la investigación, en 89 calabozos ubicados en 8 estados del país, tres reclusos fallecieron por desnutrición. José Abraham Delgado Soto, de 35 años, fue el primer fallecido en la Policía del municipio Sucre, el pasado 11 de enero, por asimilación deficiente de alimentos.

Pedro Leal Fernández, de 40 años, murió por un cuadro de desnutrición y tuberculosis el pasado 8 de febrero en Polifalcón. El tercer caso se registró en Polisucre el pasado 23 de abril, y la víctima fue Carlos Javier Aguirre, de 22 años.

Según Luisa Torrealba, coordinadora de la investigación de la ONG, 86,52 % de los calabozos no cuentan con comedor y los detenidos, además de alimentarse donde hacen sus necesidades, requieren que sus parientes les lleven la comida todos los días.

Muchos son detenidos fuera de los estados donde viven y sus familiares no cuentan con los recursos para ir diariamente a llevarles los platos. Por eso dependen de la caridad de sus compañeros de celda para comer.

“Corren doble riesgo, en principio, que sus familiares no puedan llevárselos o, en un peor escenario, que no tengan el dinero que funcionarios les cobran para permitirles el ingreso de comida. Estas denuncias han sido reportadas por esposas y madres de privados de libertad detenidos en las sedes de la Policía Nacional Bolivariana ubicadas en La Yaguara y en Boleíta”, reza el informe.

En los 89 centros de detención preventiva investigados por Una Ventana a la Libertad durante seis meses, se registró una población de 8249 privados de libertad y su capacidad es para 1910. El hacinamiento es de 6339.

También murieron cuatro reclusos por tuberculosis, uno por neumonía, uno por deshidratación y otro por el cuadro de desnutrición y tuberculosis.

Torrealba sostuvo que en 84,27 % de los centros no hay servicio médico. Han encontrado a reclusos que murieron durante la noche dentro de la celda y se enteran en la mañana.

Las condiciones sanitarias tampoco son las adecuadas, ya que además del hacinamiento, muchas celdas no disponen de agua —dependen de los familiares—, de basura, de ventilación ni luz.

“Deben hacer sus necesidades en botellas y dejarlas en el mismo sitio donde conviven, esto es un foco para que proliferen enfermedades infecciosas”, explicó.

El informe semestral señaló que 17 detenidos fueron asesinados por armas de fuego, puñaladas y golpizas. Además se registraron 29 heridos por las mismas causas.

Foto referencial: Miguel González


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