Están desde hace 4 años damnificados. La mayoría son del sector La Pedrera de Antímano, zona declarada de alto riesgo por el presidentre fallecido Hugo Chávez. Dicen que van a salir a la calle para exigir sus viviendas

Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento

Caracas. 26 familias que desde hace cuatro años están albergadas en el refugio La Pomarrosa, en pleno bulevar de Catia, denuncian que el Ejecutivo nacional se volvió pura bulla y se olvidó de ellos.

Dicen que el vicepresidente Ejecutivo Jorge Arreaza les dijo, en su momento, que máximo dos meses estarían en esos cubículos y hoy señala molestos que les están saliendo raíces y cayos de tanto esperar.

En total son 96 personas que están distribuidas en cubículos habilitados en siete pisos. En esos cuartos solo tienen las camas y las cocinas. Los baños y las duchas están en los pasillos y son de uso común.

Pero ya eso es lo que menos incomoda a estas familias. “Nos hemos acostumbrado a que de tres pocetas funcione a veces una. Además establecimos normas para mantener el lugar, pero de lo que sí estamos cansados es de las falsas promesas. Aquí la mayoría vivía en La Pedrera, Antímano. Salimos en la segunda oleada de desalojo luego que el fallecido presidente  Chávez ordenó reubicar a todo el mundo. Arreaza era nuestro padrino. Aquí mismo dijo que las familias que se querían ir a Vargas y a otras regiones tendían solución en 15 días y las que querían casa en Caracas en dos meses. Y que va, se olvidaron de nosotros. Ni siquiera nos han hecho el desglose de las familias que quedamos”, contó Brilly Brazón.

Brazón además indicó que desde hace meses no se reúnen las mesas de trabajo y que en diciembre pasado ni siquiera les llevaron los regalos del Niño Jesús a los niños del refugio.

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Las embarazadas y las personas de la tercera edad son las que más sufren porque no hay ascensores

Lo que sí les está llegando es la comida de Mercal. “pero en muy mal estado. Dura si acaso tres días, la harina y el arroz llega con gusanos”, mencionó.

Jackeline Mena, otra de las afectadas, señaló que ahora les falta el agua muy a menudo. “Las persona de la tercera edad y los que tienen alguna discapacidad sufren mucho porque tienen que usar las escaleras, igual cuando hay una emergencia médica. Además las escaleras no tienen suficiente iluminación lo que aumenta el peligro”.

Esta denuncia fue respaldada por el señor Oscar Prado, quien mostró el mal estado en el que se encuentra el tanque de agua. La bomba se dañó, según dijo, y ahora les toca cargas los tobos a pedal y bomba por todos los pisos pues tampoco hay ascensores.

Otro de los problemas que más los agobia son las enfermedades producto de la contaminación del agua. Dijeron que en casi todas las familias hay casos de escabiosis, diarrea, fiebre y vómitos.

Mientras estas personas denunciaban en la planta baja del edificio Pomarrosa, ubicado en pleno bulevar de Catia, una funcionara de la Vicepresidencia les pidió que hablaran todo lo que quisiera, pero afuera. “No pueden hacerlo aquí adentro, pues me comprometen a mí”, dijo la trabajadora que no quiso dar su nombre, pero que tenía uniforme con el logo de la Vicepresidencia.

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El tanque, según dice, nunca ha recibido mantenimiento

Acto seguido los refugiados expresaron que ya no tienen miedo. “Somos nosotros los que estamos pasando por estas calamidades y si en las próximas semanas no tenemos respuesta, tomaremos acciones de calle”, dijeron.


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