Los vecinos siguen pasando las de Caín para “disfrutar” lo que queda de los deteriorados servicios públicos del país. El agua puede tardar hasta quince días en llegar, los cortes de luz son impredecibles –pese a que Caracas no está incluida en el plan de racionamiento– y las fallas de telefonía e Internet son la regla no la excepción.

Caracas. La crisis de los servicios públicos sigue agravándose. Los apagones de marzo empeoraron la situación en diversas zonas de la capital; a quienes les llegaba agua cuatro días a la semana, ahora tienen dos días y es mucho. La luz sigue yéndose cada cierto tiempo, sin previo aviso, y en ocasiones por tiempos prolongados.

La falta de agua y electricidad no discrimina zonas ni municipios, “es cuestión de suerte”, sentenció Olga García, habitante de la urbanización Juan Pablo II de Montalbán. En ese sector, si bien no se ha ido la luz desde hace varias semanas, es “impredecible” cuándo se irá y cuándo llegará el agua por las tuberías.

El problema es más crítico cuando ocurre alguna rotura o falla en tuberías matrices. En el municipio El Hatillo, la ruptura de una tubería el pasado domingo en la mañana trajo como consecuencia la suspensión del servicio de agua en toda la jurisdicción. El miércoles se empezó a bombear de nuevo y un día después el alcalde Elías Sayegh denunció un bote de agua en el sector La Unión, producto de una rotura que tiene semanas sin arreglarse.

Hasta tres meses tienen sin recibir agua en ciertos sectores de Oripoto y en otras zonas de El Hatillo “por avería de tuberías. corrosión o mal manejo de llaves”, señaló Daniel Lugo, concejal del municipio. Según Lugo, otra de las razones por las que falta el agua es “lo corto que es el ciclo de bombeo” implementado por Hidrocapital, que surte a la zona de miércoles a domingo; esto hace que el servicio llegue principalmente a las cotas bajas de El Hatillo.

Monitor Ciudad, por su parte, denunció que las reparaciones de una tubería matriz en El Cafetal dejaron todo el lunes sin agua a parte de Chacao y las parroquias El Recreo y San Bernardino. En Las Minas de Baruta y La Trinidad el suministro de agua por tuberías se ha limitado hasta uno o dos días por semana; mientras que en El Placer, Los Guayabitos y Altos de Monterrey –todos en el municipio Baruta– las denuncias ciudadanas son constantes, pues necesitan que el bombeo sea más continuo para que llegue a esas zonas altas.

En la parroquia 23 de Enero hay sectores que tienen hasta quince días sin recibir agua por las tuberías. Aixa Méndez, residente del sector Mirador, contó que –junto con su esposo e hijo– deben ir diariamente a casa de su suegra en El Valle para bañarse o lavar la ropa. Esto es agotador. Todas las noches estamos pendientes por si llega, pero ya tenemos casi dos semanas sin agua, mencionó.

En Los Rosales, parte baja de La Cruz, tienen dos semanas secos. Tampoco les ha llegado el gas.

Hay otros sectores más críticos, como Los Mangos, en El Cementerio, donde ya llevan un año sin servicio de agua.

La luz sigue haciendo de las suyas y el Internet es intermitente

El miedo a que ocurra otro apagón revive cada vez que se produce un bajón o se va la luz en algún sector. El este de Caracas ha sido el más afectado por los apagones breves posteriores a los de marzo, pero el municipio Libertador no se salva. Sectores de Valle Abajo, Coche y Los Jardines del Valle son algunos de los lugares que recientemente han sufrido de cortes de electricidad.

El apagón general más reciente en la capital se produjo el viernes 28 de abril, y afectó principalmente a zonas de los municipios Chacao, Baruta y El Hatillo, aunque en este último han sido más constantes.

El servicio de Internet, por su parte, es el más intermitente. A quienes se quedan sin posibilidad para navegar solo les queda esperar a que vuelva, situación que afecta actividades cotidianas como las estudiantiles –en todos los niveles– y las labores de quienes subsisten con algún trabajo que requiere conectividad.

Similar a lo que sucede con Cantv –compañía estatal que maneja casi en su totalidad la conectividad a Internet del país– no ofrece respuestas ni soluciones al respecto a la ciudadanía, ni de manera presencial ni por las redes sociales. Usuarios de Twitter realizan a diario sus reclamos a la compañía por esta red social, pero la atención es casi nula pues la cuenta solo publica tuits automáticos y repetidos.

Las empresas privadas de telefonía no se quedan por fuera. El servicio 4G de Movistar y Digitel es deficiente en algunas zonas de Caracas que otrora no sufrían de tal problemática. “A veces aquí en mi casa ni siquiera puedo hacer llamadas o mandar mensajes de texto, aunque los teléfonos muestren que hay cobertura”, mencionó José Bustamente, estudiante universitario que vive en La Florida.

La calle caliente por los servicios

De las 6211 protestas registradas por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), 1.668 estuvieron vinculadas a la precariedad en servicios básicos, en promedio 19 protestas diarias. Una muestra del colapso de los servicios básicos en el país.

La organización no gubernamental documentó 1032 protestas en rechazo a la decadencia en el servicio de energía eléctrica que afectó el desenvolvimiento de actividades comerciales, educativas, domésticas, culturales e incluso la salud pública.

Los reiterados apagones nacionales registrados en el país desde el 7 de marzo generaron aproximadamente 994 protestas. En al menos 266 oportunidades, las personas aprovecharon las convocatorias políticas para mostrar su descontento por el colapso de servicios, tal como ocurrió el pasado 31 de marzo, cuando en medio de una  actividad de calle convocada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, la exigencia común en varios sectores de Caracas fue: agua y luz.

El impacto de la crisis generada por la falta de electricidad se mantiene hasta los primeros días de abril, durante el cierre del reporte del observatorio.


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