Los jóvenes se ven más afectados por la delincuencia en la zona, cuando salen de clases cargados con objetos de valor. Vecinos prefieren no salir de sus casas
Shaylim Castro/@ShayC_
Caracas. Hasta hace un año Claudia Rojas estudió su bachillerato en Los Chaguaramos y ese tiempo fue suficiente para darse cuenta que la inseguridad “es horrible”. Salir de clases era una carrera, pues si le agarraban las 5:00 pm comenzaba la paranoia, sobre todo si les tocaba Educación Física.
“Mi colegio no tenía canchas, entonces teníamos que ir a otro lado y siempre corriendo porque se la pasaban los motorizados”.
En su último año de estudio se salvó de un asalto mientras salía del colegio, ya que se vio que más adelante había un policía y se fue de una corriendo hacia él.
La historia no cambia mucho para los demás estudiantes y trabajadores del lugar. La dueña de un puesto de alquiler de teléfonos, que pidió ser identificada solamente como Petra, se siente como una trabajadora más de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), dado que su puestico se encuentra al lado.
Para ella ver un robo a plena luz del día no le parece nada de otro mundo e incluso opinó que en ocasiones hasta las mismas víctimas tienen la culpa. “Es una locura que anden enseñando los celulares en la calle, si sabes cómo está la situación en todos lados”.
En ocasiones ha advertido a los transeúntes, pero siguen exponiéndose. “Yo les hago señas para que estén pendientes y guarden el celular, pero al rato veo cómo los roban”, acotó mientras señalaba un árbol que queda a escasos pasos de su puesto, donde ocurren los asaltos frecuentemente.
Por laborar a cerquita de la UBV siempre se entera de las cosas por los comentarios de los estudiantes cuando llegan a su puesto. Uno de los últimos rumores que le llegó –aunque no lo quiso asegurar completamente- es que luego de una jornada de entregas de tabletas por parte de la institución, hace más de una semana, a muchos de los estudiantes se las terminaron robando en el puente de Los Chaguaramos.
Hasta Petra se ha visto afectada por el hampa, pues en su puesto ya le han robado dos celulares. “Ahora si viene un motorizado pidiendo llamada le digo que se baje de la moto. Yo no sé si en una de esa arrancan con el celular”.
Vecinos atemorizados
Una residente de la zona, quien pidió quedar en anonimato por miedo, expresó que una vez que llega a su casa del trabajo prefiere no salir más, por el temor de ser una víctima del hampa.
Añadió que hace unas semanas fue comprar al supermercado y la recibieron con la noticia de que le habían robado dinero a las personas que se encontraban haciendo cola en una farmacia cercana. Opinó que la única manera de acabar con la los atracos es con una buena política de seguridad y una mejor educación en los hogares.
Foto: Cristian Hernández
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