Las calles de Propatria están sumidas en el abandono

Con las lluvias recientes quedó al descubierto parte del olvido en el que están varios sectores de Catia. Barandas caídas, alcantarillas tapadas y sistemas de drenajes colapsados son algunos de los pesares que aquejan a los habitantes día a día.

Caracas. Las calles de Propatria, sector de la parroquia Sucre, no están en su mejor esplendor. Tienen alcantarillas levantadas, están llenas de lodo, basura y maleza. Conductores, transeúntes, comerciantes y vecinos dijeron que se hallan a la buena de Dios, pues cualquier lloviznita genera un caos en la zona.

Las vías de la parte baja de Propatria son las más afectadas cada vez que llueve. En ellas desembocan todos los colectores de aguas residuales y de lluvia que vienen de los sectores de la parte alta.

El sistema de drenaje y la red de alcantarillado presentan un muy mal estado por la falta de mantenimiento, además son insuficientes para el volumen de las torrenteras. José Quintero, líder de la organización ProCatia, que tiene más de 2o años trabajando en la mejora de esta localidad, destacó que este problema es un mal con antigüedad y que no ha sido atendido por las autoridades locales, a no ser con pañitos calientes. “Cuando llueve prácticamente está comunidad se queda aislada”.

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El equipo de Crónica.Uno realizó un recorrido por el sector y constató los efectos generados por los aguaceros recientes. En la calle 8, las alcantarillas se encuentran levantadas, colapsadas y convertidas en botaderos de basura.

La 9 y la 10 tienen tramos donde el pavimento se fracturó; también están caídas las barandas de seguridad para los peatones, lo que puede provocar un accidente en cualquier momento, según dijo Belkis Suárez, quien tiene un carrito de jugos naturales en la zona desde hace 10 años.

CRÓNICA UNO/Mariana Mendoza
Los peatones no se sienten seguros ni por las aceras.

Igualmente, Ricardo Ruíz, habitante con más de 20 años en el sitio, acotó que cuando llueve esas calles se vuelven una laguna debido a que los sumideros están tapados. Otro factor preocupante es que hay una gran cantidad de hundimientos que tampoco ayudan al transeúnte. “Hidrocapital y la Alcaldía mandan las cuadrillas cuando ya el daño está hecho, no hay conciencia de prevención”, señaló.

Las personas comentaron que los “cariñitos” por parte de los entes gubernamentales los hacen de vez en cuando, o en época electoral: “No son de manera constante. Siempre esperan que ya esté el tubo roto y botando agua para venir”.

CRÓNICA UNO/Mariana Mendoza
Con los aguaceros de la semana pasada se levantó el asfalto.

Otro temor que sufren los habitantes es que con la llegada de las lluvias se dificulta conseguir transporte, bien sea para ir al trabajo o para volver a sus casas, pues las vías colapsan por la cantidad de charcos. Las camioneticas dejan de trabajar a causa de lo pesado e intransitable que se vuelve el tráfico. También los comerciantes reportaron algunas anegaciones y pérdida de productos como consecuencia de los palos de agua.

La acumulación de los escombros y del barro —que con el pasar de los días se convierte en polvillo— son agentes de enfermedades respiratorias para quienes transitan por la zona, sobre todo niños y ancianos, la población más vulnerable.

Por ello, la comunidad en general hace un llamado a las autoridades competentes para que envíen de manera más frecuente y oportuna las cuadrillas de la Corporación de Servicios Municipales Libertador (CSML).

CRÓNICA UNO/Mariana Mendoza
Los choferes se quejan porque cada día más se cuartea la vialidad.

Fotos: Mariana Mendoza


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