Caraqueños agobiados por los grifos secos

5000 litros por segundo de agua menos está entrando Caracas, señala el ingeniero y ex presidente de Hidrocapital José María de Viana, quien apunta que ello ocurre porque los sistemas de transporte no funcionan a cabalidad.

Caracas. En promedio cuatro días es lo que pasa una comunidad caraqueña sin el servicio de agua potable. Hay casos muy críticos, como la parte alta de Los Rosales que tiene cuatro meses sin el servicio o el barrio La Embajada en Caucagüita que lleva todo el año con los grifos secos.

El caraqueño, como el resto de los venezolanos, está sin alimentos, sin medicinas, sin transporte público, sin gas, sin luz, sin efectivo y sin agua potable. No importa la zona donde viva.

En El Marqués, en Chacao, en Cumbres de Curumo, en Caricuao, en Altavista, El Valle, El Junquito o Coche. En todas las zonas de la Gran Caracas el déficit en el suministro de agua potable se convirtió en un rosario de penas.

“No tengo los vasos y las tazas llenos de agua porque es como mucho. Pero aquí almacenamos hasta para 15 días”, dijo Gladys Castro, habitante de Cotiza, parroquia San José.

Se abastece para ese tiempo, pero solo para bañarse, lavar los baños y cocinar. “No da para más, no podemos lavar, tampoco hacer limpieza profunda. A veces no llegamos a los ocho días, somos cuatro personas y es muy duro”.

Además, el suministro a veces sucede en horas de la madrugada. En consecuencia, ese día en la casa de Castro no duermen: llenan todos los pipotes, lavan la ropa y se dan un buen baño. Jornada que les cambia la rutina. Suman horas de cansancio y de molestias.

Su situación no se diferencia de la que vive Julia Cáceres, en Los Rosales. Cuatro meses tiene que no llega el agua a la parte alta. Ella a diario baja y sube tobos desde la casa de su mamá. “Pagar una cisterna es imposible. No tenemos lo que pide un camión, esos son miles de bolívares, dicen que hasta 5 millones de bolívares”.

Los llenaderos de manantial, en la Cota Mil, en Las Mayas, en la Regional del Centro y en la carretera vieja Caracas La Guaira, por citar unos puntos tradicionales, se la pasan llenos. “Hasta tres horas espero un domingo para llenar cuatro botellones”, comentó Ismael Díaz.

 Secos por los cuatro costados

En San Martín, esquina de Jesús, parroquia San Juan, no hay agua desde el martes. En El Paraíso, en varias urbanizaciones principalmente en La Paz, entra un chorrito desde hace una semana.

En Montalbán, en Juan Pablo II, desde hace cuatro años la quitan los miércoles y la colocan el domingo a las 10:00 a.m.

De las 2.414 protestas registradas, durante el primer trimestre, 748 estuvieron vinculadas a la precariedad en servicios básicos, en promedio 8 protestas diarias. Una muestra del colapso de los servicios básicos en el país, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social

La misma situación ocurre en la parroquia Coche, con la diferencia de que ahora llega la noche del domingo.

En el sector La Montaña, que colinda con al Cota 905, desde hace tres días están secos como camellos; al igual que en Colinas de Vista Alegre.

En Los Mecedores, entre La Pastora y San José, tienen cuatro días esperando que Hidrocapital les restituya el servicio.

En Los Magallanes, en la recta, esperan bañarse con la regadera desde el sábado pasado; al igual que en la calle principal de Carapita, en Antímano, en San Luis, El Tanque, donde llega cada 15 días. En otros sectores de esa parroquia la frecuencia es cada 22 días.

Un poco más allá, en los alrededores del módulo, urbanización García Carballo de Caricuao, la colocan cada 10 días

Hacia el este de Caracas, en Mariche, en La Dolorita, en el barrio Julián Blanco es extraño cuando por las tuberías sale agua.

La lista de denuncias de las comunidades pica y se extiende. No hay un barrio o una urbanización, donde no sufran por esta escasez que obedece a fallas operativas y de mantenimiento de la empresa hídrica, Hidrocapital.

La mala gerencia acabó con el agua

El pasado 22 de abril vecinos de los cinco municipios hicieron una protesta en las puertas de la filial Hidroven, exigían la evaluación del agua y una respuesta de la directiva.

“Lo único que pudimos hacer fue entregarlo en una de las ventanillas, porque nos cerraron la puerta en la cara”, dijo Carlos Julio Rojas, del Frente en Defensa del Norte de Caracas.

Este miércoles vecinos de varios sectores de la Gran Caracas participaron en un coloquio con la participación del expresidente de Hidrocapital, ingeniero José María De Viana, y precisamente ahí se conoció que el promedio más pequeño con el corte es de tres días.

Al respecto De Viana, entre sus observaciones, destacó que ciertamente cuando la gente no tiene agua sus hábitos de vida cambian.

Según sus cálculos, cada familia consume por día 1000 litros de agua por día, demanda que no se abastece, pues la población además creció.

“Entran 5000 litros por segundo menos desde 1999. Antes a Caracas entraban entre 15.000 y 20.000”.

Y eso ocurre, en parte, porque los sistemas de aducción o de transporte no funcionan a cabalidad: el Tuy I opera al 50 % de su capacidad y dos líneas de cuatro; el Tuy II igual al 50 % y tres líneas de cuatro; el Tuy IIII está al 90 %, 8200 segundos por litros de 9000.

“En 17 años no se incorporaron fuentes nuevas de distribución y las que estaban fueron abandonas. Los elementos de la red de distribución están dañados, hay un mantenimiento deficiente, la renovación tecnológica es nula, hay una quiebra económica y operativa, hay incapacidad técnica y gerencial, opacidad con la información, ausencia de sensibilidad social y ahora la propaganda es lo importante”, dijo.

Sin tratamiento

A la par, hay otro problema. Cuando el agua llega no es de óptima calidad. Ahora la gente debe persignarse, comentó el ingeniero, incluso si consume agua de manantial, “porque no son potables y se han encontrado cuerpos fecales. Casi todos los manantiales que aparecen en los barrios son de aguas cloacales. Se ven limpias, pero no son aptas para el consumo. Para que así sea, esas aguas tienen que estar sin impurezas y tienen que estar desinfectadas”.

“La que sale por el chorro parece té o papelón”, acotó comentó Gorka Carnevalli, vecino de El Hatillo, quien participó en el coloquio auspiciado por La Escuela de Ciudadanos, Caracas Ciudad Plural, La Urbina Activa, Fondo Hatillano y RadioComunidad.com.

Ese es otro problema que se suma a la crisis del agua. En muchas partes, cuando llega tiene impurezas, partículas que se suspenden y, en ocasiones, presenta mal olor.

De acuerdo con De Viana, las plantas de tratamiento, las tres grandes para Caracas, Taguarito, La Guairita y La Mariposa, tienen 20 años de atraso.

“En 2009 unos consultores internacionales hicieron unos estudios en esas plantas y determinaron que las fuentes originales estaban contaminadas, pero además que no había innovación tecnológica”, acotó el ingeniero.

Luego de esa fecha, no se han hecho otros estudios. Y de parte de la empresa hay opacidad en la información y lo que estimó el experto es que el agua está fuera de norma.

Foto referencial: Angeliana Escalona


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