Desde las 6:00 a.m. en El Valle, Santa Mónica, El Paraíso, Bello Monte, San Martín y La Candelaria, los ciudadanos salieron a manifestar su apoyo al movimiento cívico militar que lideró Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y encargado de la República desde el 23 de enero. Fueron reprimidos por la GNB, PNB y por grupos de choque.

Caracas. El llamado a la calle estaba pautado para este 1° de mayo Día del Trabajador, sin embargo, 24 horas antes, los caraqueños despertaron de golpe con la información de un movimiento cívico militar encabezado por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y presidente encargado de la República (Art. 233), en la base aérea de La Carlota.

Desde las 6:00 a.m. en El Valle, Santa Mónica, El Paraíso, Bello Monte, San Martín y La Candelaria, los ciudadanos salieron a manifestar su respaldo a Guaidó. Fueron reprimidos por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y por grupos de choque —también llamados colectivos.

“Guaidó está en La Carlota con Leopoldo López. Los militares lo liberaron”, fue la información que circuló. De inmediato, integrantes de los comités de libertad —fuerza social promovida por Guaidó— hicieron rodar videos y audios que le dieron fuerza a esa afirmación.

Con la noticia ya segura los vecinos bajaron de sus apartamentos y de sus barrios, con banderas, pancartas y pitos para apoyar la acción que se desarrollaba en La Carlota.

En El Valle se apostaron en la calle 11 de Los Jardines. No trancaron el paso vehicular, pero sí se dejaron sentir con la consigna “libertad, libertad”, que era copiada por quienes iban en los carros particulares y sonaban las cornetas en señal de aprobación.

De Longaray y de las residencias Savoy también salieron a manifestar su descontento por la crisis social y económica del país. “¡Vamos para Altamira!”, repetían los manifestantes que, de grupo en grupo, caminaban hacia Santa Mónica.

En el punto de encuentro en Crema Paraíso, en la avenida Teresa de La Parra, esperaban emocionados y cantando el Himno Nacional.

La vía fue cerrada con obstáculos y, de inmediato, llegaron cerca de cuatro hombres que portaban chalecos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), a pedir que no trancaran la calle.

Efectivos policiales pidieron que no se trancara la calle. Foto: Mabel Sarmiento

Fueron esos mismos hombres que los vecinos identificaron como grupos armados del gobierno de Nicolás Maduro. Los efectivos quitaron las barricadas y luego se pusieron al frente de un equipo antimotin. Acto seguido, la gente fue reprimida. Lanzaron bombas lacrimógenas y dispararon en línea recta perdigones a una multitud conformada, en su mayoría, por gente de la tercera edad. Algunos apoyándose en sus bastones corrieron por las laterales, mientras la unidad motorizada de la PNB los perseguía por la avenida, para luego apoderarse del punto de encuentro con sus escudos y las barreras humanas.

Los manifestantes que clamaban por libertad se dispersaron por más de 20 minutos. En las esquinas se veía ondear una que otra bandera nacional, mientras los policías insistían en la arremetida.

En ese tiempo no hubo lesionados ni detenidos.

Equipo antomotín. Foto: Mabel Sarmiento

A la misma hora (9:50 a. m.) había represión en Bello Monte, Altamira y El Paraíso, parroquia hacia el oeste capitalino, que cobró protagonismo en 2017 durante las protestas en contra del mandato de Maduro.

Nueve trancas con barricadas hicieron los vecinos a lo largo de la avenida Páez de El Paraíso, desde el Pedagógico de Caracas hasta la redoma de La India. Mujeres, niños y hombres se apostaron sin titubear delante de los escombros.

“Estamos cansados de tanto. Ya hemos visto cómo arremeten y se llevan a los muchachos. Hoy intentaron meterse en uno de los edificios, pero no los dejamos”, dijo una de las vecinas.

En este punto de la ciudad fue la GNB la que actuó y limitó el derecho a la protesta.

“Nos lanzaron gas picante, un joven recibió un perdigonazo en una pierna e hirieron a una muchacha golpeándola con una bomba lacrimógena. Disparaban a quemarropa”, gritaba una mujer, mientras a su alrededor caían los pedazos de vidrio que lanzaban hacia la barricada.

Dijeron que no se retirarían de las calles en apoyo a Guaidó. Otra frase se distinguía en medio de los gritos: “Es ahora o nunca”.

No se vio actividad comercial por esta zona. Hubo esquinas e intersecciones que fueron cerradas con cadenas metálicas, para evitar el paso vehicular.

Además de la avenida Páez, en el callejón Machado —a una cuadra del comando de la GNB— hubo otra refriega. Los envases de las bombas rodaban por el asfalto. Muchos resistieron al ataque, propinado por cuatro uniformados en motos.

Foto: Mabel Sarmiento

Entre Santa Mónica y El Paraíso la gente que estaba en las calles se organizó en comités de libertad, así que manejaban herramientas para la protesta y para mantenerse informados. La inestabilidad en las redes de telefonía impulsó la comunicación oral entre vecinos.

En las residencias Los Verdes la situación era tensa. Obstrucción vehicular y el asedio de los grupos de choque no daban pie a un panorama seguro. Los vecinos estaban expuestos a ser rodeados desde el puente 9 de Diciembre. En varias oportunidades les llegó el repele de las bombas lanzadas en la avenida Páez y el sonido de las detonaciones les disparó los nervios.

Es que lo que vivimos en 2017 fue fuerte. A mi apartamento entraron 9 policías. Yo vivo en Los Verdes y eso es algo que aún no supero, por eso quiero salir de esto. Esa gente tiene que irse, comentó Isabela Campos.

Sus vecinos de San Martín y La Candelaria también fueron correteados y hostigados por la PNB. Tuvieron que tragarse los efectos de las lacrimógenas, pues “lo que queremos es que regresen nuestro nietos”, vociferaban tres señoras que sostenían una bandera tricolor.

Caracas, entre la insurección cívico militar y las protestas, estaba tensa.

Los comerciantes también se adelantaron al asueto del 1° de Mayo. Muchos bajaron las santamarías.

Para las 3:00 p. m. —hora de cierre de esta nota— no había reportes de detenidos o heridos graves en las zonas mencionadas.

Cabe destacar que durante sus alocuciones Nicolás Maduro le ha dado fuerza a los llamados colectivos. Son estos grupos de civiles armados los que se han encargado de desmovilizar las protestas ciudadanas en contra del oficialismo.

Foto: Mabel Sarmiento

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