Arrebatones a mujeres a cualquier hora marcan el día a día en avenida. Presencia de indigentes en las noches intimidan a transeúntes y trabajadores, según testimonios

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. Luisa (nombre ficticio por seguridad) se encontraba afuera de su quiosco, en plena avenida Francisco Solano, a la altura de Chacaíto, observando las chucherías que faltaban en su vitrina dispuesta a hablar de cualquier tema, pero al mencionarle sobre la inseguridad en la zona cambió su expresión y tono de voz, pues hablar de eso le da temor.

No es para menos, pues en recientemente ya le han abierto su negocio para robarlo en dos ocasiones, la última en noviembre. Ese día llegó su hora habitual, 6:00 am, cuando se llevó la desagradable sorpresa de que el quiosco estaba abierto y con todas las cosas tiradas por el piso. Se llevaron el dinero que tenía guardado, mercancía y las tarjetas telefónicas.

Con tristeza, mostró el par de candados que ya le han roto las veces que la han robado, piensa que los logran romper con la ayuda de un alicate. Y a pesar de que colocó la denuncia, y los policías levantaron el acta, no ha recibido respuestas de nadie. Por eso se puso a preguntar a la gente de la zona a ver si alguien había visto algo, pero solo le comentaron “que fue un malandro”.

“Desde ese momento todo lo que hago es encomendarme a Dios. A veces tengo temor de trabajar. Hace poco también me secuestraron a un familiar cerca de aquí y nadie quería decir nada por miedo”.

Comentó que no hay presencia policial, aunque cuentan con un módulo permanente cerca de la plaza Brión de Chacaíto, que las veces que ha tenido que correr para pedir ayuda ha estado cerrado.

Transeúntes y vecinos también se las ven negras por culpa de los malandros. El conductor de una línea de camioneticas a la altura del Centro Comercial Chacaíto ya iba saliendo de sus labores cuando aconsejó a una joven que mejor no se la pasara por allí.

“A chamitas como tú es normal que las roben. Eso es todos los días, a toda hora. Arrebatones con armas, cuchillos, de todo”, le dijo.

A juicio del transportista no se debería hablar de eso pasadas las 6:00 pm, por temor de que alguien escuche y por ser “la hora más candela”. Bajo anonimato soltó, en un tono humorístico, que ya ahí todos se conocen pero se escapa de sus manos poder hacer algo.

Aprovechó para pedir presencia permanente de funcionarios y con recorridos, pues esto puede ayudar a que los casos de robos bajen considerablemente.

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Transportistas aseguran que roban a muchachas con armas blancas, a cualquier hora. Crónica.Uno/Cristian Hernández

Entre indigentes y borrachos

Ya llegada la noche, cuando la gente se van recogiendo a sus hogares y saliendo de sus trabajos, comienzan a aparecer indigentes y borrachos que merodean por las plazas y la avenida.

Esto perturba a las transeúntes y trabajadores en los negocios, pues en ocasiones los individuos se acercan a las personas para, de manera intimidante, pedir dinero y tarjetas de teléfono a los quiosqueros.

Fotos: Cristian Hernández


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