Comprar un Cocosette y un Carré implica gastar Bs. 12.500

Pensar en adquirir chucherías amarga a los venezolanos. Acceder a unos dulces equivale a un día de salario mínimo integral.

Caracas. Como regalo para a un ser querido, endulzar las tardes con un cafecito; para evitar llegar con las manos vacías al hacer una visita o simplemente disfrutar de un descanso, las chucherías son tan importantes que incluso algunas marcas parecieran pertenecer a nuestra gastronomía, pero al igual que los precios de la comida —que andan por los cielos—, las chucherías se han vuelto un lujo tal que en algunos casos se debe trabajar un día entero para adquirirlas.

“Está a precio viejo” le dice Adela Pernía señalando un Carré en Bs. 7500 a una muchacha que le había preguntado por el chocolate, esta dio las gracias, se volteó y se fue sin comprar nada. Esa reacción es lo más usual, según Adela, quien atiende un pequeño quiosco en Chacao. Asegura que su negocio se mantiene gracias a la venta de cigarros detallados y café, porque la gente ya no compra chucherías como antes, “preguntan y se van”.

El caso de Pernía no es de extrañar. Luego de que por “disposición” del presidente Nicolás Maduro se aumentara el salario mínimo por tercera vez en el año —quedando en Bs. 250.531,56 nuevamente los productos y servicios incrementaron a la par, dejando chocolates, como el mismo Carré, en 9000 bolívares, costo inalcanzable para el bolsillo del trabajador que percibe una media de 12.500 bolívares diarios.

Los precios de las chucherías no sueltan el acelerador: la Samba, Cri-Cri y el chocolate de leche Savoy aumentaron un 100 % desde enero, pasando de costar 1500 a 3000 bolívares, los Torontos saltaron de 350 a 1000, y galletas como los Cocosette o la Susy que fácilmente pasaban de 1000 bolívares, 6 meses después sobrepasan los 2500, un 150 % que a nadie hace feliz.

Cuando estaba niño salía a pasear junto con mi familia todos los domingos, como era día familiar mis padres nos compraban las chucherías que queríamos a mis hermanos y a mí, como normalmente mi papá tenía la regla estricta de no comer tanta azúcar para mantenernos sanos, esos días eran mi catarsis. Eso demuestra lo importante que es de cuando en cuando un chocolatito, una torta o galletas para los niños, pero en estos momentos simplemente no me puedo permitir darle esa clase de lujos a mis hijos, y siempre me piden que les lleve una ‘sorpresita’ como ellos le dicen, pero de verdad es imposible si todo lo que gano se va en comida y deudas, de cuando en cuando les llevo un chocolate para que compartan entre los dos, pero me parece injusto que por la situación debemos negarle a los niños placeres tan simples como algo dulce, relató Germán Salazar.

Las chucherías más económicas actualmente son las chupetas Bombombum en 1500 y los caramelos variados en 200, es posible encontrar precios inferiores a estos acudiendo a los vendedores informales del Metro que ofertan —en vagones concurridos por personas agotadas—, caramelos envueltos en papel parafinado mal cortado a precio de 2 por 100 y delgadas chupetas en 500 bolívares.

Foto de referencia: Cristian Hernandez.


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