Déficit de camionetas hace que los pasajeros de la periferia viajen a Caracas solo si es necesario (III)

Según el Comité de Usuarios del Transporte Público, la gente no soporta los costos del pasaje. Además, venir a la capital desde La Guaira, por ejemplo, implica una preparación mental y física para soportar el despelote que se arma en las paradas.

De las ciudades dormitorio vienen a Caracas a diario 180.000 personas. Un alto porcentaje de los pasajeros se ve obligado a trasladarse en unidades tipo chatarra y pagan sobreprecio del pasaje.

Caracas. “Tengo que tener Bs. 4000 diario para subir y bajar a Caracas. El pasaje es a Bs. 1200, pero cuando no hay camionetas en la parada tengo que montarme en un pirata que cobra lo que le da la gana”.

Para Isabel García, quien vive en Guarenas y trabaja desde hace 32 años en Caracas, antes su preocupación era tener que madrugar para llegar al terminal antes de las 5:00 a. m. “Las colas en la autopista eran bárbaras. Luego fue mejorando la cosa y me fui dando el lujo de salir a las 6:30 a. m. de mi casa para llegar a mi trabajo a las 8:30 a. m. De unos meses para acá ya no puedo hacer esa gracia. No hay camionetas y se arma un despelote. He visto empujones entre viejitos y mujeres embarazas. Es una suerte llegar y encontrar buseta. Ahora el sueldo se me va en pasaje”, contó.

Ir y venir de la periferia a Caracas está resultado una tortura china para quienes usan el transporte público. Ya no es la hora pico, ni las colas en las autopistas. Ahora es la escasez de unidades.

Por ejemplo, de Caracas-Guarenas se contaban 27 líneas de transporte, de la capital para Guatire 55 y para el Eje Barloventeño otras 38 rutas urbanas, sumando además las 47 que hay en la zona de Petare.

Con menos unidades en las vías.

En total, según Óscar Gutiérrez, del Bloque del Este, estaban inscritas 12.000 unidades, de las cuales rodando permanecen cerca de 25 %, es decir unas 3000 para atender una demanda de más de 30.000 usuarios al día. Lo otro es que están migrando a otras rutas o a otros estados donde la tarifa es mayor. “Se van porque necesitan más ingresos y por la inseguridad”.

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Marian Herrera, habitante de Guarenas, con más de 20 años trabajando en Caracas, informó que desde el lunes, el pasaje subió de Bs. 1000 a 1200 en las unidades de las líneas permisadas por la Alcaldía de Plaza para la ruta Guarenas-La Hoyada, mientras que las líneas piratas cobran entre 1500 y 1800 con aire desde Guarenas hasta La California o Petare. “Antes uno llegaba a la parada y no te quedabas ni media hora, ahora por la falta de autobuses hay que esperar hasta una o dos horas”.

Está el caso de la línea La Encarnación del Eje Barloventeño-Oriente que de tener 380 unidades, hoy en día trabaja con 65 autobuses. Por eso la anarquía que se ve después de las 3:00 p. m. en el terminal Nuevo Circo de La Hoyada. Simplemente no hay silla para tanta gente.

De Guatire-Guarenas y Vargas, según Luis Alberto Salazar, presidente del Comité de Usuarios del Transporte, vienen a diario cerca de 40.000 pasajeros.

“Pero está pasando que esa demanda está mermando. Recientemente hicimos un sondeo socioeconómico en las principales paradas y la muestra arrojó primero que el costo del pasaje es insoportable para el trabajador y, en segundo lugar, que la gente está pensándolo dos veces para venir a Caracas. Lo hace solo si es necesario. Más bien, nos reportaron que están cambiando de trabajo para sus lugares de origen precisamente porque se les dificulta la movilización”.

El dato

De la periferia (Valles del Tuy, Vargas, Altos Mirandinos y Guatire-Guarenas) hacia Caracas a diario vienen 180.000 personas, según los datos del Comité de Usuarios.

Lo mismo reflejó Rafael Fernández, fiscal de la línea Encarnación, quien calculó una reducción de usuarios de 35 %. Una cifra que solo se veía en temporadas de vacaciones escolares.

No hay quien ponga el cascabel

A menos de 50 metros del Instituto Nacional de Tránsito Terrestre (INTT), en La California, hay cerca de 8 paradas de camionetas que van a Guarenas-Guatire. Más una línea de taxi.

Isabel García es usuaria permanente de esa especie de terminal urbano. Ahí aprendió a cuidar su cartera y a colearse. Hay muchos ladrones y uno tiene que andar pilas, pero lo que he hecho últimamente es que me hago la loca y me voy coleando. De otra no me puedo subir a la camioneta. Aquí los fiscales no hacen nada y menos cuando los choferes deciden quitar el casco y trabajar como pitaras.

Todo eso sucede a diario frente a las narices del INTT. “Parece mentira que ni siquiera porque están cerca controlan la situación. Se lo dije al presidente, Carlos Rodríguez, cómo es posible que dejaron que la Gaceta Oficial fuera letra muerta. Y frente a eso no hay explicación”, acotó Salazar.

Y si vamos al extremo oeste, hacia Vargas, el cuento es de terror. “Le digo a mi jefa que tengo que salir antes de las 5:00 p. m. porque si no, me quedo en Caracas. Agarrar camioneta para Catia La Mar a las 3:00 p. m. es rudo. A veces interviene la Policía Nacional Bolivariana. Los funcionarios buscan camionetas de otras rutas y las mandan para La Guaira, pero cada quien cobra lo que le da la gana. De Bs. 500 a 800, a veces uno termina pagando Bs. 1500. Eso es todos los días”, denunció Ramiro Cáceres.

Para Luis Alberto Salazar, el Gobierno no tiene forma ni manera de actuar en contra de las operadoras, porque tampoco tiene unidades para cumplir con el transporte.

“Ni siquiera puede controlar las tarifas. Dice que las regula, y no fiscaliza. Estamos claros de que Bs. 280 es irrisorio frente a la escalada inflacionaria. Por eso se habla de un déficit de más de 70 % de unidades, que además está generando una restricción de uso”.

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A la hora pico, lo que le queda al pasajero —el hilo más delgado de este rollo— es “patada y kung fu” si quiere subirse a una camioneta, tal como se le escuchó decir a un pasajero que aguardaba en una cola de la ruta Caracas-Ocumare. Desde que los gremios comenzaron a anunciar el colapso del servicio y desde que vaticinaron que para finales de año no habrá transporte público debido a la escasez de repuestos, a la inseguridad, al mal estado de las vías y a los niveles de inflación, a la fecha los dirigentes del sector solo se han sentado con el Ejecutivo para discutir lo relativo a la inseguridad.

Esa reunión se realizó este miércoles 27 de septiembre con la asistencia de los representantes de los bloques de la Gran Caracas y de ahí salieron nuevas promesas con miras a bajar los índices delictivos que azotan al sector.

Al respecto y para finalizar, Luis Alberto Salazar, con todo y que su posición es la defensa de los derechos de los usuarios, también prevé una desaparición del transporte público.

Sin unidades y pagando un alto precio.

Foto: Luis Miguel Cáceres


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