En el cementerio Sagrado Corazón de Jesús no hay descanso eterno

Entre el palerismo y la búsqueda de oro entre los restos de los difuntos se manejan las hipótesis de los destrozos. El camposanto comenzó a oler mal debido a la cantidad de huesos expuestos en sus calles internas.

Maracaibo. Cuatro ataúdes cerraron la avenida La Limpia de Maracaibo por más de dos horas luego de que los familiares de los difuntos notaran que 98 % de las tumbas y osarios fueron profanados. Lo que debería ser un lugar para el descanso eterno de los seres que ya no están en este plano, hoy está envuelto en otra realidad que ha desatado la impotencia en algunos y el miedo en otros.

El incremento en la profanación de tumbas del cementerio Sagrado Corazón de Jesús da para dos hipótesis: la primera apunta hacia las prácticas religiosas de palerismo, brujería o budismo. La segunda es vandalismo en busca de prendas de oro en los difuntos.

Rompen el osario, meten la mano y con una linterna alumbran si el difunto fue enterrado con alguna joya de valor. Otros sacan los huesos del fémur o cráneo para practicar la brujería, también el cabello o los dientes.

Reinaldo Rojas, sepulturero del camposanto, confesó que en sus recorridos ha visto “cabezas de cochino atadas con cinta negra, gallos sacrificados y muñecos de trapo con alfileres”. Las 44 hectáreas del cementerio están desvalijadas mientras que los familiares no consiguen consuelo. “Es como si se volviera a morir”, gritó Carlota Nava, arrodillada frente a la tumba de su padre.

El hedor que despide la mayoría de las tumbas profanadas se metió a la fuerza por las fosas nasales de los familiares de los difuntos, que a un día de la protesta, vestidos de negro, caminaban alarmados entre las callejuelas del lugar buscando los restos de sus deudos. “Yo vine hace 15 días y todo estaba bien, sí había escuchado que estaban abriendo los osarios pero no pensé que irían tan lejos, me enteré por la prensa de este desastre”, confesó Darcy Piña mientras buscaba en un hueco los restos de su madre.

El escenario es dantesco. Los huesos de los difuntos sobresalen de las tumbas, no respetaron si eran niños, adultos o mujeres, todos los osarios tienen un hueco preciso en el frente. Las partes preferidas de los ladrones parecen ser los cráneos y el cabello. Familiares aseguran que los mismos son usados para practicar la brujería. “Se llevan algunos restos y otros los dejan todos tirados. Es injusto porque nosotros somos dolientes, aquí está nuestra familia, no animales”.

Hasta el momento, las autoridades no han identificado si el responsable de estos hechos es un grupo religioso, secta o hampa común, sin embargo, los familiares aseguran que la situación se viene cocinando desde hace aproximadamente un mes, cuando la profanación comenzó a ser más evidente.

Para otros familiares no hay consuelo, porque no solo les robaron una parte del cuerpo de sus deudos, sino la osamenta completa. Raúl Rodríguez fue tajante: “¿Qué vamos a hacer si no encontramos los cuerpos? Hay muchos desaparecidos. Aquí arriba estaba mi papá y ya la cabeza no está. De este lado estaba mi tío, mis hermanos, mi abuela, mi mamá y dos tíos más y tampoco están”.

Los familiares adelantaron que este domingo, Día de las Madres, protestaran de nuevo para exigir soluciones.

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Politiquería

Marcos Silva, doliente, lamentó que no haya respeto por “la tierras de los muertos”. Para el hombre de la etnia wayuu la profanación es un hecho imperdonable y serio. “Nosotros no somos guarimberos ni politiqueros, somos dolientes, yo no vine a hacer política. Me duele mi sangre, me duelen mis huesos y estas tierras, porque somos zulianos”.

Reclamó la presencia de féretros en los pasillos del cementerio. “¿Qué hacen tantas urnas en el cementerio si nosotros pagamos para que las boten, qué hace este cementerio tan lleno de monte? ¿Dónde está la cuadrilla de gobernación y de la alcaldía? ¿Por qué no hacen un trabajo mancomunado?”.

La sección 30 al fondo de la mueblería es la parte más peligrosa de cementerio, el wayuu afirmó que en los años que tiene asistiendo a visitar a sus deudos ha visto cómo roban gente, carros y hasta matan personas en las instalaciones. “Hay cuerpos que ya no están, esto esta feo, mija, hay que darle un parao’. Pedimos que el gobernador Arias Cárdenas nos ayude con la Policía Regional”.

Familiares de los fallecidos enterrados en el Cementerio Corazón de Jesús protestaron ante las autoridades de la Alcaldía de Maracaibo por la profanación de tumbas de sus deudos.

Seguridad

Este escenario responde a la falta de seguridad en el recinto. En años anteriores, la Policía Municipal resguardaba las instalaciones con patrullaje y un comando policial fijo las 24 horas al día, según confirmó José Luis Alcalá, exdirector del cuerpo policial:

En el cementerio había un comando de la Policía Municipal de Maracaibo, había un grupo de policías con una unidad policial que hacía recorrido por el cementerio, por eso en la gestión nuestra no ocurrían estos hechos, sin embargo, luego de la intervención, los interventores decidieron quitarle la custodia a todos los cementerios y a otras para municipales, este es el resultado”.

Para Alcalá, el ministro de Interior Justicia y Paz, Néstor Reverol; el General Rubén Ramírez Cáceres y Francisco Arias Cárdenas, el gobernador del estado, son los que deben explicarle a la gente “porqué la policía no cuida las tumbas”. Aclaró que la Alcaldía de Maracaibo no puede responder frente a este hecho porque desde el 25 de febrero del año 2015 le fue despojada la competencia de la policía. “Si la alcaldesa no tienen mando en la policía no se le puede exigir la custodia y la vigilancia de esas instalaciones, esos son pataleos y payasadas de políticos baratos”.

El abogado fue tajante sobre la presencia de los concejales rojos en el camposanto. “Politizar este tema, como lo pretenden estos concejales del PSUV es un irrespeto de los seres queridos, si fueran más serios y sensatos exigirían la devolución de la policía al municipio para que vuelva a brindar seguridad”.

Fotos: Mariela Nava


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