Habitantes denunciaron que los arrebatos, secuestros dentro de los apartamentos, así como robo y hurto de vehículos son frecuentes a cualquier hora del día en las tres etapas de la comunidad
Yohana Marra/@yohanamarra
Caracas. Desde la salida en el Metro Palo Verde se siente el clima tenso e inseguro. Provoca inmediatamente abrazar el bolso mientras se camina entre la fila de buhoneros, que inunda los pasillos externos de la estación. Por el bululú la gente prefiere caminar rápido y evitar tropezones, siempre pendiente de los delincuentes.
Una vez superado el reguero de comerciantes informales, toca cruzar la calle y lidiar con los motorizados a toda velocidad, así como con vehículos que no respetan el semáforo. “Aquí hay que tener cuatro ojos”, dijeron los vecinos que recibieron al equipo de Crónica.Uno, al otro lado de la acera. La recomendación inicial: no saquen los celulares ni mucho menos la cámara fotográfica.
Esta sensación de inseguridad en Palo Verde no es de gratis. Sus habitantes temen por cada paso que dan, ante tantas experiencias de robos, hurtos de vehículos, secuestros y hasta homicidios.
A lo largo de las tres etapas que conforman la comunidad hay que ser precavidos. Un ejemplo es cuando los vecinos se resguardan dentro de los edificios mientras esperan que pase el Metrobús y cuando lo ven acercarse corren hasta la parada. Intentan evitar que un motorizado los robe, mientras están expuestos en plena calle.
“Por eso solicitamos al Metro de Caracas que nos asigne una tercera parada en la calle 16 (ya hay dos), así la gente no tiene que correr tanto cada vez que ven el Metrobús”, sostuvo José Garzón, miembro del comité de seguridad que entre vecinos organizaron.
Pero un arrebato de carteras no es lo peor que le podría suceder a un residente, pues los delincuentes también merodean con la intención de secuestrar a alguien, llevarlo a su apartamento y robarlos dentro.
Así sucedió este martes a las 3:00 pm en el edificio Villa María Gabriela, en Lomas del Ávila, cuando una vecina abría la puerta de su apartamento otra mujer, presuntamente mucho mayor que la víctima, le apuntó en la cabeza con un arma de fuego y al parecer cargó con 2.500 dólares.
Esta situación se repite a menudo, según denuncias de los afectados, recientemente pasó en la calle 10. “La gente comenzó a sonar pitos para activar al resto”.
Hallar carros desvalijados dentro de los estacionamientos, es otro mal que tiene de cabeza a los residentes, tal como pasó en el edificio Orituco a las 2:00 am, hace pocos días.
Sin vigilancia
Antes de las 7:00 pm los habitantes de Palo Verde tratan de estar en su casa, pues después es normal oír gritos de víctimas a quien han asaltado. “Vivimos en completa zozobra. Ya no se puede salir de noche, tenemos toque de queda”, sostuvo extraoficialmente un habitante.
Añadieron que en las horas que se registran robos es a las 5:30 am y a las 4:30 pm, ya que son las horas pico, donde en el río de gente se puede perder cualquier delincuente.
Y aunque los vecinos han protestado exigiendo seguridad, la Policía del Municipio Sucre actualmente dispone de una sola patrulla y se encuentra dañada, según Garzón. Además lograron colocar faros de luz en todos los edificios, en vista del deficiente alumbrado eléctrico en las calles.
Agregó que este año han concretado cinco mesas de trabajo con el director de Polisucre, comisario Manuel Furelos, en las que se acordó tener dos patrullas brindando vigilancia las 24 horas y dos funcionarios en moto, pero con el tiempo este acuerdo dejó de cumplirse al pie de la letra.
“En las primeras reuniones nos dijeron que no había tanta seguridad porque no cuentan con suficiente personal”, soltó.
Sin embargo, solamente Polisucre les brinda apoyo, Garzón indicó que la Policía Nacional Bolivariana (PNB) custodia únicamente la cola del Bicentenario y la Guardia del Pueblo ni se ve por esos lares.
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Fotos: Cristian Hernández
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