Escuela en Lomas de Urdaneta está que se cae por filtraciones de agua

El 7 de marzo de 2015, los bomberos del Distrito Capital entregaron a la escuela un informe de inspección en el que se ordenaba su desalojo.

Caracas. Desde el año 2011, la escuela bolivariana Eduardo Rohl tiene un bote de aguas perenne. Este centro educativo está ubicado cerca de los bloques 7 y 8 del sector Lomas de Urdaneta en la parroquia Sucre, allí ven clases casi 300 alumnos, desde preescolar hasta 6to grado. Los estudiantes, docentes, obreros y todo el que se desempeña en el lugar pone en riesgo su vida. En 2011, la infraestructura presentaba una grave filtración que ha generado grietas en las paredes, debilitándola, y en cualquier momento podría ceder.

“La escuela no es para que esté así. No vamos a decir que el Gobierno no hizo nada, sí hizo, simplemente no se hizo el trabajo adecuado. Este problema lo conocen en Protección Civil (PC), la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE) y hasta el exministro de educación, Héctor Rodríguez, pero aquí no han venido a hacerse cargo del problema. Seguimos en la misma”, aseveró Dorila Silva, directora del recinto educativo.

Los botes de agua ocurren específicamente en las aulas de 4to, 5to y 6to grado. La directora dijo que hay representantes que la llaman reportando que los niños tienen alergia, bronquitis o asma y precisamente son los alumnos que reciben clases en esos salones. Aunque no solo los niños son los afectados, contó que hasta una profesora tuvo que ser operada debido a una sinusitis.

Silva es la titular del plantel desde hace un año, pero durante 20 fue docente de aula en esa escuela. La Eduardo Rohl recibe a los alumnos desde las 7:00 a. m. hasta las 3:00 p. m., y al ser “bolivariana” les da desayuno, almuerzo y merienda. Es una de las instituciones más antiguas del sector ya que fue fundada en el año 1960. Tiene más de 50 años de historia, y Silva ha sido testigo en sus últimas dos décadas de cómo se ha desmejorado la infraestructura, al punto de vivir con la incertidumbre de que en cualquier momento la platabanda colapse y se venga abajo.

“Hace 15 días se desbordaron las aguas negras de uno de los bloques que pasan por debajo de la escuela. La tanquilla se tapó y toda la escuela se llenó de excremento”, comentó la directora sobre uno de los incidentes que se suma a las intermitentes filtraciones.

Debido a las precarias condiciones en las que se encuentra la escuela, muchos padres han decidido retirar a sus hijos. “Sí sabemos de padres que los sacan porque se enferman y saben cómo se encuentra el colegio. En 2011 teníamos 600 alumnos, hoy no hay ni la mitad. Sin embargo, no todos se han ido por esa razón”, asegura.

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Silva señala que todos los representantes saben los problemas que tiene el lugar, no obstante, la mayoría son muy apáticos. Hace un par de semanas, la profesora les dio un recorrido por la escuela para que vieran las paredes, los tubos y los incesantes botes de agua: “Muy pocos me ofrecieron ayuda, y no debería ser así, porque aquí sus hijos pasan todo el día, incluso hay padres que estudiaron aquí”.

Las filtraciones no son el único problema en la golpeada escuela. Explicó Silva que atrás del colegio hay un terreno que “sería ideal para llevar a cabo el Plan Manos a la Siembra, pero el lugar se convirtió en un receptáculo de basura donde cae cualquier cantidad de desperdicios que tiran por las ventanas las personas que viven en el bloque 7. Allí hemos encontrado restos orgánicos y hasta animales muertos”.

En ese espacio también hay dos árboles que se cayeron y hasta el sol de hoy, luego de varias llamadas por parte de la directora a la Corporación de Servicios de la Alcaldía del Municipio Libertador, le prometen que la cuadrilla va en camino y nunca llega. “Las raíces de los árboles han colapsado un muro”, dijo.

¿Y el dinero?

“Aquí está prohibido cobrar, y estoy de acuerdo con eso de que la educación sea gratuita, pero el Ministerio de Educación no aporta ni medio”, apuntó la educadora. Quienes dirigen la escuela tienen que ingeniárselas para buscar el dinero para comprar la comida de los niños y los productos de limpieza.

Algunos representantes dan una colaboración de Bs. 100 o 200 quincenal, y para completar hasta los docentes aportan dinero para juntar los Bs. 5.000 que le cobra el transporte de la comida desde La Yaguara hasta el bloque 8 de Lomas de Urdaneta. Asimismo, se rebuscan para tener productos para asear el colegio.

“A mí me toca resolver, es mucha la penuria en la que estamos. En las escuelas pasamos por situaciones bien difíciles pero no podemos paralizarnos por nada”, finalizó Silva.

Foto referencial: Cheché Díaz


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