Funciona en la Maternidad Concepción Palacios y atiende a cerca de 100 niños con la condición. Pero la idea es abarcar al adulto y a la familia en general. Alberto Rubio, padre de niño autista, desde hace un año lidera este programa social con el apoyo de 12 especialistas.

Caracas. El autismo, un trastorno neurológico que muy pocos conocen y comprenden, es abordado por la Fundación Metropolitana Manos Tendidas al Espectro del Autismo (Fundamatea), desde hace un año en los espacios de la Maternidad Concepción Palacios.

Lo hace de forma gratuita y, más allá de la atención médica, su norte es brindar recreación y proporcionar herramientas para el sano desarrollo del paciente.

La idea simple de Alberto Rubio, quien lidera la fundación, era atender a una población infantil desasistida en materia de salud y alimentación. Luego comprendió que también los adultos con la condición y sus familias necesitan que se les tienda una mano.

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Nunca es tarde

Tocado por el autismo, pues tiene un niño de 9 años con el trastorno, Rubio hace un año decidió echarle pichón a una labor social que no tiene otro beneficio sino el bienestar propio: “Uno lo sufre y lo vive y creo que todos los papás que pasan por esto tienen deseos de ayudar al prójimo y por eso mi motivación, que surge en los mismos pasillos de la maternidad, donde nos atienden al niño”.

Ahí vio pasar a madres con sus muchachos sin saber qué hacer.

“Solo con la consulta no se puede avanzar con el autismo, se requiere de todo tipo de ayuda para la familia. Incluso un buen régimen de alimentación es esencial para su mantenimiento, pues no pueden comer alimentos con gluten”, expresó.

Pero fue durante los dos meses que estuvo hospitalizado su hijo más pequeño, cuando Rubio palpó de cerca las necesidades de estas personas y creó entonces Fundamatea, la cual tiene presencia física todos los días en la maternidad, más no una oficina para la atención personalizada.

Aunque no tiene espacio para albergar a las personas, Rubio junto con otros 12 especialistas, hace su trabajo en este centro de salud sin problema alguno: “Nos dejaron entrar y trabajar con los niños y eso ahora es un compromiso ineludible para nosotros”.

Alberto rubio 2

Han organizado fiestas para cerca de 100 niños y hecho actividades recreativas, mientras esperan por la consulta.

Lo hacen en ese hospital, pues ahí conviven personas de todo el país y de muy bajos recursos. Además, en ese espacio han encontrado apoyo para hacerles terapia ocupacional a los pacientes, que por fuera son casi imposibles de cumplir, pues cada una pasa los Bs. 15.000 en sesiones privadas.

“Mínimo hay que hacerles dos terapias al mes y por lo menos en la Concepción Palacios se las hacen gratis, por eso tratamos de estar ahí con esas familias y darles orientación. Además hemos observado que en el último año muchas han tenido dificultad para conseguir las medicinas y acceder a un buen régimen dietético”.

Entonces Fundamatea busca hasta por debajo de las piedras colaboraciones en esos rubros, con el fin de que estas personas continúen con el tratamiento y no dejen de ir a las consultas.

Ciertamente, hay otras organizaciones comprometidas con este trabajo, pero la idea de Rubio es que se fortalezca este núcleo que ya está funcionando en la maternidad. Y para ello está preparando un programa musical para los pacientes de este centro, con autismo o no.

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De hecho, ya tiene a dos pequeños seleccionados —uno regular y otro con la condición que integrarán la agrupación. Espera, con el favor de Dios, que esta labor hecha por Gente Buena pueda estar funcionando para el mes de abril, momento en que los grupos de todo el mundo asociados al autismo celebran el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, con el objeto de brindar a la sociedad información sobre este tipo de trastorno y promover la inclusión social de las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

Ahora es que Alberto Rubio está comenzando a estirar ese brazo amigo. Él, de profesión administrador y analista de presupuesto, cree que puede ir más allá, y hacerles la vida más fácil a las personas que tienen esta patología y que, en algunos casos, son rechazadas y abandonadas. “Para que eso no pase está Fundamatea”, puntualizó.

Fotos cortesía: Alberto Rubio


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