El diputado de La Causa R indicó que la MUD debe dejar a un lado los “grupalismos” y escoger un líder que contribuya a darle “direccionalidad” a la estrategia opositora contra el Gobierno.
Caracas. El diputado de La Causa R, Américo De Grazia, lanzó duras críticas a quienes hacen vida dentro de oposición venezolana, con la intención de llamar a la reflexión a quienes la integran. El dirigente indicó que los intereses personales y la “idolatría” de sus integrantes impiden que los factores que se oponen al Gobierno cuenten con una estrategia o plan común de lucha. “Los que queremos salir de este régimen no solo estamos desacertivos sino que no tenemos la humildad de reconocerlo y no trabajamos en enmendarlo”, admitió.
El diputado por el estado Bolívar opinó que en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se debe dar un “debate sincero” sobre las vías políticas que propone cada organización y considera necesario la escogencia de un “líder” —más que de un candidato— que contribuya a dar una “direccionalidad” dentro de la coalición. Explica que esta ausencia de coordinación también le impide a la alianza definir una política ante la crisis económica y las crecientes protestas sociales en el país. “Aquí se acabó con el tejido social y reponerlo también es una responsabilidad nuestra”.
A finales del año pasado, la Mesa reconoció que no supo acompañar a la gente en sus reclamos sociales, ¿se ha hecho algo para corregir esto?
—Se sigue fallando. La Unidad democrática, los que queremos salir de este régimen, no solo estamos desacertivos sino que no tenemos la humildad de reconocerlo y no trabajamos en enmendarlo y eso se traduce, para hablar en términos pragmáticos, en que no tenemos direccionalidad. En la medida en que se sigue fomentando el egonarcisismo y el grupalismo, donde lo que prevalece es mi candidato o mi candidatura, vamos a seguir arando en el mar o navegando sin GPS.
¿Existe dentro de la MUD una estrategia o una política definida frente a las protestas sociales?
—No hay una estrategia ni un plan de cómo salir del régimen, lo que hay son pinceladas y brochas gordas apuntando a aquello de que: ‘como vaya viniendo vamos viendo’. Eso no es un plan ni una estrategia, no obedece a una dirección. Es seguir bailando al ritmo que el régimen nos imponga. Existe la necesidad de escoger un líder que conduzca al país tanto en el contexto internacional como en el nacional. Hoy, incluso, unidos solos dentro del país, no podemos, necesitamos las voces dentro del contexto internacional y en consecuencia debe haber correspondencia entre lo que se haga afuera y adentro para salir de esta tragedia. ¿Qué es una estrategia? No solamente salir del régimen, sino también salir del modelo, que nos permita tener una mirada alta de los problemas que tiene el país. No solo en función de lo coyuntural sino de los estructural. No solo debemos responsabilizar al oficialismo de lo que ocurre en Venezuela.
Asdrúbal Baptista decía en uno de sus escritos que Venezuela había tenido un crecimiento sostenido desde 1917 hasta 1977, son 60 años de crecimiento continuo, con distintos regímenes, en democracia o en dictadura, mientras que desde que 1977 a 2017 habíamos tenido 40 años de agotamiento del rentismo petrolero y eso tenemos que derogarlo de manera democrática y pacífica. Encontrar un modelo sostenible, un modelo viable, que pueda decirle al país cuál es el camino que acaba con el presidencialismo, el mesianismo, que acabe con el modelo de importaciones, de improductividad, que acaba con el aparato productivo nuestro, pero eso también implica un cambio del modelo político. La no regresión, la separación de los poderes, el que el Banco Central de Venezuela (BCV) vuelva al redil de su autonomía, el que la FANB vuelvan al redil institucional que les diseña la Constitución, que exista descentralización para fortalecer los servicios públicos más cercanos a la gente.
¿Cómo lograrlo? Debemos apoyarnos en la comunidad internacional. Si el Mercosur, el Grupo de Lima, Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea (UE) más la OEA, más los tres vecinos nuestros que son Guyana, Brasil y Colombia, toman la decisión firme de no acompañar cualquier resultado electoral, producto de un CNE como el que hoy tenemos, nosotros no podemos menos que hacernos eco y sumarnos a esa propuesta de carácter internacional. Por eso te hablo de que no es un candidato sino un líder, un líder que a lo mejor conduzca este barco sin ser candidato, porque no está de acuerdo con el proceso electoral. Creemos que debemos escoger un líder, esa es la diferencia entre ser un líder y un candidato. Un líder es Nelson Mandela, aquel que decía bajo qué condiciones tenemos ir a un proceso electoral estando en la cárcel, estando inhabilitado dirigía un proceso, eso es un líder. No te digo que sea el nuestro, estoy hablando de un líder para el país, no podemos despreciar, incluso, a los candidatos periféricos a la Unidad, ¿Quiénes son? En esto no podemos seguir hablando en abstracto: Claudio Fermín, Lorenzo Mendoza, Eduardo Fernández.
No se descarta que un outsider pudiera asumir ese rol…
—El oustider entiendo que es Lorenzo Mendoza. Ahora, también existe otra tragedia: “O es Lorenzo Mendoza o esto se acabó”. Eso es lo que siempre nos han tratado de vender: si se aprueba la Constituyente esto se acabó, si vamos a las elecciones regionales esto se acabó, porque reconocemos al régimen, si vamos a las municipales nos hundimos. No me lo plantees de manera dilemática, te puedes acabar tú o yo, o los partidos políticos, nos podemos morir, podemos dejar de existir, dejar de ser considerados líderes, podemos rayarnos, eso ocurre en la política. Ocurre que, a lo mejor hoy, (Henrique) Capriles, Leopoldo (López), Manuel Rosales, no significan para el elector venezolano lo que significaban hace algunos años, lo pongo como ejemplo sin ánimos de menospreciar. Lo que digo es que el país no se para ahí. Estamos en la obligación, más allá de Lorenzo Mendoza, de buscar una alternativa. Si él lo acepta y es candidato y el país así lo requiere, bien bueno, nosotros ahí no tenemos ningún complejo. Lo que queremos decir es que no puede ser una sola vía, una sola ruta, un solo camino y se acabó, no puedes seguir presentándose esto en blanco y negro. Yo creo que el país requiere que le demos mucha más consistencia y responsabilidad.
Hace un año usted señalaba que una de las causas de la falta de unidad en la estrategia es que en la MUD había distintas formas de caracterizar al Gobierno, ¿sigue siendo esta la principal traba para concretar esa estrategia?
—Ese es uno de los aspectos y el poder definir eso, obviamente influye en lo otro. Si no estamos de acuerdo en que estamos peleando contra una narcodictadura, a lo mejor tú crees que estamos con un Gobierno democrático tipo Caldera y yo frente a una narcodictadura. Nuestra visión de cómo enfrentarlo es distinta. Segundo punto, lo que más priva realmente es mi narcicismo y mi egolatría. Si la salida es conmigo, va, si no es conmigo, no tiene sentido, porque el protagonista de la película soy yo. Si yo no soy el actor principal, el James Bond de la película, entonces no tiene sentido para mí. Si seguimos teniendo esa visión tan restringida del problema y no ponemos al país por encima de nuestras aspiraciones y de nuestra visión personal, obviamente que no vamos a poder salir de esto.
Te lo pongo de la siguiente manera: en marzo de 2016 nosotros establecimos una ruta, la MUD hablaba de cuatro posibilidades: la enmienda constitucional, las regionales, el revocatorio y la Constituyente. Se podía caminar y masticar chicle ¿cómo se podía hacer? ¿La enmienda dónde? En la Asamblea Nacional. Nadie te lo iba a impedir; que el Gobierno la aprobara o no, eso es harina de otro costal, pero la podías prácticamente ejecutar. Después tenías la elección de gobernadores, podías hacer perfectamente la elección primaria de gobernadores, ¿quién te lo iba impedir? Lo ibas a hacer sin el CNE y escogías a los líderes para evitar el desastre del 2017. Las elecciones de gobernadores estaban previstas para 2016, el Gobierno las archivó, pero la MUD también archivó ese debate, y lejos de eso, ibas a tener 23 candidatos a gobernadores empujando el resto de las propuestas. Además de elegir los candidatos a gobernadores debías elegir al candidato presidencial, para que sustituyera a Maduro luego del revocatorio. Lo que vale decir que el primero que no creyó en el revocatorio presidencial fue la MUD, al no escoger su candidato. Eso es parte de la autorreflexión y crítica que tenemos que hacernos en la estrategia. Ahí, a mi juicio, privaron el interés personal, la idolatría: a mí no me conviene que se haga ahorita porque yo soy gobernador, porque tengo que despetalizar la margarita entre si opto por la Gobernación u opto por la presidencia, no me conviene porque estoy en el exilio, porque estoy preso, porque estoy inhabilitado. En la medida en que pensemos de esa manera no vamos a tener resultados, porque no se trata de lo a que a ti te conviene, sino de lo que le conviene al país.
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—Si dejamos como conclusión cierta que esto es un régimen tiránico y totalitario, obviamente ellos no están interesados en la mesa de negociación. ¿Eso significa que no asistamos? No, yo valoro mucho que así se haga. Es una diferencia substancial, el hecho de que yo no crea en ellas no quiere decir que no asista a ellas, entre otras cosas, porque esas mesas de negociación están planteadas en el marco del concierto internacional. Tú no puedes aparecer aquí diciendo: “Yo no estoy interesado en el diálogo, no creo en el diálogo hasta tanto no suelten a los presos políticos”. Eso es parte de lo que se tiene que negociar: la crisis humanitaria, la emergencia, los presos políticos, la libertad, la restitución de los derechos y garantías del CNE y quienes plantean lo contrario ¿Qué platean? Plantean y subyace en ellos la intervención extranjera militar y, por otro lado, un golpe de Estado. Ni tan calvo ni con dos pelucas y yo creo que esto es bueno que lo sinceremos. En la medida que comencemos a hablar de manera sincera, transparente dentro de la casa, podemos conciliar sueños, esperanzas y construir un camino, pero si cada uno va por su lado obviamente no vamos a tener el resultado que deseamos.
Existe una situación económica y social muy complicada en el país, ¿cómo hacer política en ese contexto social y lograr conectarse más con esos reclamos?
—Acompañarlos, no podemos dejar de acompañar a la gente. En el caso del estado Bolívar, que tiene paludismo, que no tiene agua, que no hay transporte, que sufre el tema de la inseguridad, que requiere comida. A los que protestan por el pernil, el per-nil, no me avergüenza decirlo. Aquellos que pagaron un pernil y no lo recibieron y están protestando, yo no los descalificaría, ¿Por qué pelearon los mantuanos en la época de la independencia si no era por sus perniles? Luego fue que se convirtió en una lucha por la independencia, así son los procesos, no son como tú quieres, sino que lo son.
La gente que dio su vida y protestó el 27 y 28 de febrero de 1989, ¿por qué protestaron? Porque le subieron medio al transporte. Hoy un transporte cuesta 1,5 millones de los viejos, 1500 de los nuevos. Aquí se acabó con el tejido social y reponerlo también es una responsabilidad nuestra y de este liderazgo político del que hablamos. Construir confianza también significa acompañar por distintos motivos, por el hambre, la luz, el paludismo. Hay gente que solamente quiere pelear por la libertad, bien bueno, porque tiene sus problemas básicos resueltos, y bien bueno que así sea.
Como decía Carlos Marx, los procesos de cambio siempre los lidera la burguesía porque tiene el tiempo para hacerlo. El que está condenado al hambre, a vivir de una cola, tiene que estar pendiente de resolver su cuestión rutinaria y no de otras cosas mas complejas de la vida, pero de eso se trata, de que aquellos que tienen el tema de la comida resuelto puedan acompañar y pelear. Yo valoro mucho el esfuerzo que hacen centenares de miles de venezolanos en cualquier rincón del mundo pendientes de lo que aquí ocurra, por eso la lucha en Venezuela sigue planteándose en el campo democrático, pacifico, constitucional y electoral pero en rebelión, no podemos cancelar ninguna vía. Ni la mesa de negociación, ni la vía de la protesta, ni la rebelión de quienes se tienen que rebelar. No quiero profundizar en el tema, en esto todos somos necesarios. Así lo ordena la Constitución en el artículo 350, cada quien esta en la obligación de reponer el estado de derecho constitucional con los métodos que tenga a la mano. Si tú eres militar tendrás que reponerlo desde el punto de vista militar, si tú eres periodista tendrás que hacerle fuerza desde el campo periodístico, si soy diputado en el campo parlamentario, pero nadie está exento de responsabilidad en esta lucha por reponer a la República.
Foto: Carlos Crespo
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