Este viernes, trabajadores de ese centro se declararon en pie de lucha por sus reivindicaciones salariales. Reclamaron también insumos, medicinas y seguridad. Cerraron la avenida intercomunal antes de la urbanización La Rinconada como medida de protesta.

Caracas. Este jueves en horas de la mañana, el personal de salud del hospital Dr. Leopoldo Manrique Terrero, ubicado en la parroquia Coche, salió a protestar no solo por los bajos sueldos, sino también por las carencias de insumos y las malas condiciones de la infraestructura. Fueron tajantes y dijeron que este centro asistencial “muere de mengua”.

Se quejaron porque el laboratorio funciona a media máquina, porque no hay emergencia pediátrica, porque hay pacientes, por ejemplo, de Traumatología que llevan seis meses hospitalizados con casos que debieron ser dados de alta en una semana.

No tienen insumos de limpieza, y por lo general, a esta institución llegan personas en situación de calle que no tienen ningún tipo de asepsia. En ocasiones, señalaron, atienen pacientes que se presentan bacterias y gusanos en las heridas y no cuentan ni siquiera con tapabocas.

“Se contamina toda el área y así tenemos que atender al resto de los pacientes. Además, estamos invadidos por las moscas, las chiripas, las ratas y el mal olor que emana de los basureros aledaños al mercado mayor de Coche”, dijo uno de los trabajadores.

Lo otro que criticaron es que el edificio —inaugurado en 1954 y que en teoría debe ofrecer servicios de medicina general, atención de emergencias médico quirúrgicas y toxicológicas— está en una perenne remodelación.

En este puesto al día de hoy, no hay antibióticos, analgésicos, anticépticos e inmovilizadores generales para el área de traumatología. Los médicos contaron que usan dispositivos que son distribuidos por una compañía china pero no cuentan con otros que según ellos son de mejor calidad.

Este jueves se suspendieron las cirugías porque de las tres máquinas de anestesia, solo una estaba funcionando. Al día se calculan por turnos seis o siete cirugías programadas. Si se suspenden, aumenta la deuda de las operaciones electivas. En consecuencia, la prioridad la tienen las emergencias. “Si tengo a un señor para una operación de desplazamiento de cadera y llega un tiroteado, se saca y se le suspende el acto quirúrgico”, relató uno de los médicos.

El agua les falla lunes, martes y miércoles. Los jueves, viernes y sábados puede ser que cuenten con el servicio. Igual sucede los fines de semana. A esta calamidad le suman la fuga masiva de médicos, no solo por la escasez, sino también por los hechos de violencia y los bajos sueldos. Un doctor gana entre 27.000 y 30.000 mensual.

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El área más crítica es la emergencia Pediátrica. Solo funciona de lunes a viernes y en un anexo del piso 3. “Si un muchacho se enferma, o se cae, lo mandan al Pediátrico de El Valle, pero ahí tampoco hay nada”, comentó una enfermera que se encontraba en la protesta, la cual se trasladó luego a la avenida Intercomunal de El Valle, un poco antes de la urbanización La Rinconada.

Pablo Zambrano, vocero de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud) se refirió a la merma del poder adquisitivo y exigió para el sistema sanitario un mínimo mensual de Bs. 100.000. Estimó que el salario dese ser calculado a 167 dólares según la tasa oficial Dicom, como único mecanismo para poder recuperar poder adquisitivo.

Denunció que hay empleados que actualmente obtienen quincenas entre los Bs. 5.000 y Bs. 7.000, monto que les resulta totalmente insuficiente para cubrir necesidades básicas del núcleo familiar. Hizo la referencia del valor de un kilo de pollo o de carne, que se consigue en más de Bs. 5.000.

“Queremos un Gobierno que realmente gobierne y solucione los problemas. Debe establecerse un salario justo, recuperar el poder de compra. Los trabajadores sufrimos embates de malas políticas de gobierno”, destacó.

El sindicalista indicó que seguirán ejerciendo acciones para que el Ministerio de Salud discuta una nueva convención colectiva, ya que la actual “tiene todas las clausulas desfasadas de la realidad del país”.

La deuda de Maduro

El hospital de Coche arrastra años de desidia, según las denuncias de los trabajadores. En febrero de 2013, los pacientes con sueros, con equipos de oxígenos, en sillas de ruedas y enyesados salieron a las calles a manifestar por las malas condiciones del nosocomio.

De inmediato, Nicolás Maduro, quien para entonces era el vicepresidente Ejecutivo, intervino el Periférico “para atender las necesidades de los pacientes, para ir a un proceso profundo de reestructuración y de atención a fondo de los temas de infraestructura de equipos e insumos, y para atender un problema muy grave que se tiene no solo aquí, sino en otros hospitales del país como es la ausencia de médicos”, explicó en ese entonces.

Se hizo incluso una transmisión en vivo a través del canal del Estado y luego realizó una inspección sorpresa: llegó al sitio de madrugada para verificar el estado del nosocomio y dijo “nosotros no podemos estar escondiendo los problemas debajo de los forros. Tienen que empezar a pasar cosas positivas, lo que está sucio, limpiarlo, lo que haga falta que se traiga, lo que hay que remodelar que se haga, pero no dentro de ese esquema donde se empieza una remodelación y se para, donde empresas corruptas se agarran la plata”.

Resaltó que el Gobierno Bolivariano tiene la responsabilidad de garantizarle salud al pueblo venezolano y por ello pensaban hacer todo lo necesario para cumplir con ese objetivo.

Todas esas declaraciones se desempolvan ahora porque, en palabras del mismo Zambrano, la cosa empeoró: “Las remodelaciones no se culminaron, los médicos se están yendo y la escasez de insumos es cada vez peor. Aquí los pacientes adquieren enfermedades nosocomiales por los altos grados de contaminación y nadie hace nada. Los obreros son maltratados y trabajan sin la indumentaria necesaria. No hay seguridad sanitaria ni laboral”.

Destacó que luego de ser el Periférico de Coche un centro de referencia nacional en el área de toxicología, este servicio funciona un día sí y el otro no. “Tan sencillo: no hay para atender las picaduras de serpientes”.

Quienes tomaron parte en la acción fueron afiliados a Fetrasalud, quienes vienen haciendo tomas en diversos hospitales.

El miércoles lo hicieron —en compañía de otros gremios como el farmacéutico y el de las enfermeras— en el hospital El Algodonal, donde hay serias carencias. Incluso falta el agua para los pacientes recluidos.

Foto: Cristian Hernández


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