De los 200 días de clases se han perdido 11 por suspensiones oficiales

Elecciones parlamentarias, el 18 de abril de este año y ahora los dos viernes recientes, son algunos de los días que según expertos son irrecuperables dentro del sistema educativo.

Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento

Caracas. “Ya mi nieta venía sin recibir clases los viernes. Y ahora es oficial. Además no tuvo actividades el 18 de abril ni el lunes después de Semana Santa. Eso sin contar los días de febrero que la busqué antes de la hora de salida asustada porque se escuchaban tiros en los alrededores del colegio”.

Silvia Berroterán (se usa seudónimo por seguridad) habló con preocupación sobre los días que su nieta estudiante de primaria está perdiendo en el colegio.

“Y eso que es una escuela privada. Las maestras dicen que cuando no hay agua no pueden dar clases. Eso lo entiendo, pero no el hecho de que nadie responde por esas suspensiones. Ahora el Gobierno quiere decreta días libres sin motivación específica”, comentó.

Su nieta está inscrita en un colegio perteneciente a la Asociación Venezolana de Colegios Católicos, (Avec), ubicado en la calle 17 de Los Jardines de El Valle. “Se trata de un plantel bueno, pero con tantas suspensiones la calidad se viene al piso”, dijo molesta.

Olga Ramos, profesora y analista de políticas públicas en Educación y miembro de la Asamblea de Educación y del Observatorio Venezolano de la Educación, explicó que de los 200 días de clases previstos en el calendario escolar 11 se perdieron por las suspensiones oficiales: elecciones parlamentarias, los tres primeros días de Semana Santa, el 18 de abril y ahora los dos viernes decretados como no escolares por el ahorro energético.

Ramos explicó que luego de la consulta educativa finalizada en enero de 2015 se hicieron 23 resoluciones, entre ellas la de los días de las efemérides y la otra del calendario escolar. La primera se publicó, pero la segunda no se promulgó.

“El tema del calendario quedó en el limbo y en estos momentos no están claras las reglas del juego. No existe la norma que se desarrolló en la Ley Orgánica de Educación de 2009, en la cual se aumentó el número de días escolares”, apuntó.

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Los 11 días que dijo se perdieron no son recuperables, porque son objetivos que no se dieron y en algunos casos no se culminaron.

Suspensiones invisibles

Pero no sólo son los decretos oficiales. También hay circunstancias externas que afectan el calendario como la falta de agua, de luz, de alimentos y la violencia.

Ramos dijo que es difícil llevar un conteo de las denuncias porque los maestros y directores de escuelas ya que tienen prohibido dar información. Sin embargo, citó casos de Zulia, Carabobo y Bolívar, estados que frecuentemente reportan escuelas que no tienen clases por estas deficiencias.

También la profesora Gloria Perdomo, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Católica Andrés Bello, y defensora de los derechos de los niños, consideró que la situación de los planteles está determinada por la precariedad para poder cumplir con sus obligaciones.

“La deficiencia de los servicios, incluso las fallas en el transporte público y la violencia, obligan la paralización de las actividades. Pero lo que me parece muy grave es que ahora se haga oficial una suspensión en el ámbito nacional, de una manera muy improvisada y sin el mayor cálculo. La sensación que esto pudiera dar es: no importa si se pierden o no lo los días de clases. Simplemente el mensaje cultural de los garantes es que no es importante preservar el cumplimiento de lo educativo”, cuestionó Perdomo.

Para la investigadora esta situación compromete sin duda la calidad del sistema. “Es muy difícil cumplir con el calendario, son muchos objetivos y el pénsum de estudio es muy amplio. En estos momentos faltan 51 días, aproximadamente, para terminar con el programa y creo que no vamos a llegar ni a la mitad de la programación. Hay liceos en los que no dan matemáticas ni castellano. Además la asistencia tanto de los profesores como de los alumnos, principalmente en los barrios, está amenazada igual porque hay días de tiroteos y de entierros, y la gente no puede salir de sus casas. Mis cálculos me dicen que se está perdiendo un tercio de los días de clases”, explicó.

Perdomo alertó que la lectura que antes se les daba a los muchachos de responsabilidad, de compromiso ante la vida y los estudios se está viendo ahora como algo que no preocupa y que se desprecia.

“Tan es así que hay escuelas muy buenas en donde la asistencia de la matrícula llega a 60%. Hay padres que no tienen dinero para mandarlos a clases. Un desayuno en una cantina no baja de Bs. 300 y eso al mes es casi el sueldo mínimo de un trabajador. Por eso desertan del sistema y se van a la informalidad, donde ven la oportunidad de ganar plata”.

En esto también coincide el profesor Luis Bravo, miembro de Memoria Educativa, quien añadió que el calendario escolar está marcado por la improvisación, y que además en el país se están viendo suspensiones, que llamó invisibles, y las más peligrosas que son las que está decretando el propio Gobierno.

A la final a Berroterán lo que le queda claro es que su nieta perdió clases y que no las puede recuperar. “Lo que más me inquieta es que no puedo sacarla e inscribirla en otro plantel, porque he visto los mismos problemas en otras instituciones, caras, baratas y ni se diga en las públicas”.

Foto referencial: Cristian Hernández


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