Por cuarta ocasión en una semana policías y militares impidieron que miles de personas llegaran a la Defensoría del Pueblo para exigir la destitución de los magistrados.
Caracas. “¡Resistencia, resistencia!”, esa es la consigna que cantan los manifestantes contra Maduro en las calles cuando están esquivando perdigones, el chorro de la ballena y hasta un nuevo gas lacrimógeno rojo, cuya composición se desconoce. Y hasta ahora han puesto su consigna en práctica. Por cuarta vez en 8 días, miles de personas acudieron al llamado de la oposición para protestar en las calles y batallaron durante horas con los cuerpos de seguridad. “Esta es una carrera de resistencia, no de 100 metros planos”, indicaba el diputado Miguel Pizarro, cuando el grueso de la manifestación ya había sido dispersada.
La novedad esta vez fue un gas lacrimógeno que emitía un humo rojo. Dirigentes de la oposición, como el diputado José Manuel Olivares, denunciaron que este tiene un efecto más tóxico que el gas normal. De nuevo se encontraron recipientes de lacrimógenas vencidas que fueron lanzadas por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
Uno de los puntos en los que el enfrentamiento fue más encarnizado fue en la calle Cantaura, adyacente a la avenida Libertador. Un grupo de jóvenes encapuchados aprovechó una construcción cercana a la zona y se hizo con piedras, escombros y otros objetos contundentes que lanzaron a la policía. La respuesta no se hizo esperar: una lluvia de bombas lacrimógenas, hasta 7 u 8 de manera simultánea, cayó y entró, incluso, dentro de algunos de los apartamentos de la zona. “Vamos, vamos, no retrocedan”, se oía decir a los manifestantes que se mantenían en el lugar y auxiliaban a algún compañero asfixiado.
Los jóvenes mantuvieron una feroz resistencia hasta que apareció la ballena y se metió en la estrecha callejuela. Ahí los manifestantes huyeron hacia arriba y retrocedieron, siempre tratando de evitar otros piquetes policiales distribuidos por las calles y que lograron emboscar a algunas personas. En el caso de quienes llegaron a la autopista, debieron lanzarse al canal del río Güaire para evadir los cercos y las bombas. Un grupo de manifestantes regó aceite en la calle con la intención de que los policías a bordo de las motos se resbalaran.
El ataque de los cuerpos policiales incluso ocasionó un incendio en el comando de Henrique Capriles en Bello Monte. Una bomba lacrimógena aterrizó en un depósito de envíos e inició el fuego. Los bomberos lograron controlar las llamas. El alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, indicó que esa institución atendió a 10 personas con contusiones y traumatismos, 4 heridos por piedras o bombas directas, 2 asfixiados y una persona con impacto de perdigón.
Caminos cerrados y medios atacados
De nuevo el Gobierno cerró las vías hacia Caracas y un total de 16 estaciones de Metro, pero solo pudo retrasar la llegada de los manifestantes. Las personas encontraron los caminos para llegar al punto de concentración en Chacao. Varios dirigentes se subieron a la tarima, pero los más aplaudidos fueron Henrique Capriles, Henry Ramos Allup y Freddy Guevara. A este último le gritaban “valiente, valiente”, luego de un video en el que se ve cómo impidió que arrestaran a un manifestante.
A las 11:30 a. m., la gente se impacientó con los discursos de la dirigencia y pedían que empezara la marcha. Entonces tomó la palabra Henrique Capriles y la gente aplaudió y le mostró su solidaridad luego de que fuera inhabilitado por la Contraloría General de la República para ejercer cargos por 15 años. “Yo no vine a dar un discurso, solo una breves palabras. Quiero decirle a todo el bravo pueblo que a ustedes no los inhabilita nadie, sígannos, vamos a la Defensoría del Pueblo”.
Al instante, la multitud empezó a movilizarse hacia la avenida Libertador en donde se encontraron con los piquetes policiales. Empezó la batalla de empujones, piedras, palos, perdigones y bombas. Empezaron los desmayados por los gases. Los marchistas comenzaron a voltear las alcantarillas para obstaculizar el paso de las motos de los funcionarios. Sacaron escaleras, potes y objetos de construcciones cercanas y resistieron las embestidas de los cuerpos de seguridad durante unas cinco horas.
Un grupo de personas subió desde la Libertador hasta la avenida Andrés Bello para tratar de evadir el cerco, pero un piquete de la GNB los interceptó a la altura de la Iglesia La Chiquinquirá y los dispersó con gas lacrimógeno. Otros lo intentaron por la avenida Solano, pero corrieron con la misma suerte. A donde se volteara había funcionarios policiales o militares.
Los manifestantes debieron replegarse hacia Chacaíto y Bello Monte y ahí continuó la batalla. La policía estrechaba el cerco y los dejaba sin salidas, tuvieron que retroceder hasta Chacao. En ese punto, un grupo de encapuchados lanzó piedras y otros objetos en contra de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM). El primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, rechazó la acción, pero señaló que desde el techo de la institución se lanzaron bombas lacrimógenas contra las personas. “Responderle con violencia a la dictadura es hacerle el juego”, expresó.
De acuerdo con información de la ONG Espacio Público, durante la cobertura de la marcha en Caracas resultaron heridos Antony Aparicio, camarógrafo del portal Contrapunto, quien fue herido en la pierna en El Rosal; Luis Gonzalo, camarógrafo de Caraota Digital, resultó herido por bomba lacrimógena en la avenida Libertador y un camarógrafo de Univision por impacto de bomba lacrimógena disparada desde una escopeta. También a un equipo de Venezolana de Televisión (VTV) le intentaron arrebatar la cámara y el reportero de ese canal, Jesús Manzanares, fue agredido por algunos manifestantes.
Fotos: Francisco Bruzco
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