Este lunes, un grupo protestó en una clínica de Puerto Ordaz para exigir líneas de hemodiálisis. Afirmaron que en lo que va de mes, 18 personas han muerto por estas insuficiencias.

Ciudad Guayana. María Teresa Pacheco no solo tiene que lidiar con los males de su esposo (padece insuficiencias cardíacas, pulmonares y renales) sino con los males de ella misma, que son principalmente sicológicos: todo se debe a las depresiones que la apocan.

Esas depresiones son consecuencia del calvario en que se ha convertido la búsqueda de medicinas. “He tenido que ir a un siquiatra para ver si entiendo esto”, dijo en la mañana de este lunes en la sede de Uninef, unidad de diálisis que, desde la semana pasada, no puede atender a los pacientes.

Pacheco acompañaba a su esposo y otros pacientes que protestaron para exigir al gobierno venezolano, mediante el Instituto Venezolano de Seguros Sociales, las líneas de hemodiálisis, imprescindibles para completar este proceso.

Lo que estamos solicitando son las líneas de hemodiálisis, que van de la máquina al paciente. Esa es la de esta semana, pero no son los únicos insumos que nos faltan, sin contar el problema del agua: sin agua, no se pueden hacer las diálisis, y si no hay diálisis, se sube la urea y la creatinina. Eso puede generarnos un paro cardiaco, explicó uno de los afectados y vocero de los pacientes, Víctor Paiva, de 54 años.

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Miedo a morir

De acuerdo con Paiva, durante mayo han muerto 18 pacientes renales en Ciudad Guayana por la falta de los medicamentos necesarios para sus tratamientos.

La unidad de diálisis de la Clínica Manuel Piar (en San Félix) fue cerrada por falta de insumos. Lo que exigimos es que se acuerden de que somos venezolanos. Nosotros estamos en capacidad de seguir trabajando, aunque estemos enfermos, apuntó.

Los pacientes recibieron una llamada de parte de la directora de Uninef: esta semana llegarán las líneas de diálisis. Eso, sin embargo, no los tranquilizó. No saben cuándo comenzará a funcionar de nuevo la unidad de diálisis.

La verdad es que es mortal: no tener insumos, materiales, equipos, medicinas… Las familias podemos darle amor y cariño al paciente, pero no les importa la vida a los entes gubernamentales, lamentaba Pacheco mientras su esposo reposaba en una silla: las fuerzas se le agotaban. Él, como los 156 pacientes de Uninef, sabe que un día sin diálisis es un paso firme hacia la muerte.

Foto: Marcos Valverde


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