Héctor Rivas, de 59 años, fue interceptado por dos delincuentes mientras bajaba unos artículos de su camioneta, en Prado de María, la noche de este lunes. Hace dos años mataron a su cuñado, también para asaltarlo.

Caracas. Héctor Jesús Rivas Cifuentes estacionó su camioneta en la primera calle del Triángulo, en Prado de María, a las 9:30 p. m. de este lunes 31 de julio. Mientras bajaba unos artículos personales, su exesposa lo vio desde la ventana y al retirarse escuchó varios disparos.

No lo dudó. Sabía que algo le había sucedido a Héctor. Al salir lo encontró herido cerca de su camioneta Fortuner, color gris plomo, la cual intentaron robarle pero el hombre de 59 años le hizo frente a los dos delincuentes, que fueron vistos por testigos.

La mujer y su hijo lo montaron en el vehículo y lo trasladaron hasta el hospital Clínico Universitario pero llegó sin signos vitales. Había recibido cuatro tiros, dos en el costado, uno en el pecho y otro en el cuello, y logró herir con dos impactos a uno de los antisociales.

Trabajaba como escolta de uno de los socios de Empresas Polar y por eso portaba arma de reglamento, la cual le robaron. Hace aproximadamente 15 años se retiró de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) porque quería manejar su tiempo y se dedicó a trabajar como particular.

Sus familiares contaron que hace cuatro meses habían intentado robarlo, también llegando a la casa de su exesposa pero pudo evadir a los delincuentes. Dejó huérfanos a dos hijos y no tenía residencia fija.

Vivimos de manera incierta. Esto nos ha proporcionado la situación el país, vivimos con zozobra eterna sin saber si mañana podrás estar o no, soltó uno de sus allegados.

El pasado 13 de julio de 2015 fue asesinado su cuñado Franklin Barjas, en Alta Vista, Catia, cuando regresaba del cine con su familia. Un motorizado con parrillero lo interceptó cuando su hijo mayor le abría el portón y él, por los nervios, aceleró el vehículo.

El sujeto le disparó en el hombro y el proyectil le perforó el corazón. El delincuente lo sacó herido de su carro, modelo Lumina, en el cual huyó.

Los funcionarios dicen que sí habrá justicia, pero uno conoce la clase de país tenemos y cómo se manejan las cosas. Espero que haya justicia divina, no creo que funcione de otra manera, añadió el pariente.

Otros familiares sostuvieron que era un hombre muy alegre y luchador, que siempre cuidaba de todos y los hacía reír. Solo me pregunto hasta cuándo. ¿Hasta cuándo vamos a seguir perdiendo a familiares, amigos o conocidos? ¿Hasta cuándo vamos a recibir una llamada que venga cargada de malas noticias? ¿Cuándo estaremos tranquilos y nos sentiremos seguros?, detalló.

Foto: Cortesía


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