En El Paraíso el hampa hace y deshace con comerciantes y vecinos. Robos en cajeros automáticos, dentro de locales y arrebatones es lo que presencian a lo largo del día. Vecinos pudieron que iluminen las calles

Shaylim Castro/@ShayC_
Yohana Marra/@yohanamarra

Caracas. “Con la lluvia los malandros salen, la policía es la que se esconde”. Así opinó Arletty Lagruta, trabajadora y residente de El Paraíso, luego de que hace dos semanas fuese testigo de un robo en pleno palo de agua, cuando un choro -a bordo de una moto azul- se acercara a una mujer y le arrancara su cartera, mientras caminaba por la avenida Las Fuentes.

Para ella ya se ha vuelto habitual escuchar o ver un asalto, pues hace tres semana atrás también presenció un atraco a un joven que salía del Banesco. “Le iban a quitar el maletín, él no se dejó y lo apuntaron con la pistola, pero con el forcejeo el peine se salió y el malandro no le pudo disparar”.

El empleado de una farmacia de la avenida contó que asaltan mucho a las personas que salen de los cajeros automáticos del Mercantil y Banesco, sobre todo en las quincenas. Recordó que hace seis meses unos malandros se encerraron en ese lugar y le quitaron todo a quienes sacaban efectivo.

Pero también los hurtos y robos ocurren dentro de los locales, a lo largo de Las Fuentes. La semana pasada dos hombres y una mujer ingresaron a un local, y tras distraer al encargado robaron varios artículos que metieron en una bolsa de tela negra y dentro de su ropa. Ocurrió en horas de la tarde y la víctima sostuvo que no pudo acudir a ninguna autoridad pues no estaban en la zona. Las cámaras de seguridad captaron el momento en el cual los sujetos cometieron el hurto:

Calles oscuras

Aunque los vecinos comentaron que los asaltos pueden ocurrir a cualquier hora del día “porque el hampa no tiene horario”, algunos toman la previsión de recogerse lo más temprano posible, sin embargo para otros esta opción no es posible porque trabajan en la noches.

Yonathan Salazar labora de 2:00 pm a 9:00 pm. Cada vez que sale se encuentra con la soledad y oscuridad que hay en las calles. Un mes atrás pasó un susto cuando dos chamos a pie lo intentaron robar. “Uno se escondió por atrás, yo no lo había visto. Después me agarró la camisa y ahí me di cuenta que me querían robar”.

En el momento su reacción fue golpear a uno de los malandros para luego escapar de ellos, ya que vio que ninguno se encontraba armado.

Otros vecinos sostuvieron que no hay iluminación, situación que los pone en riesgo cuando caminan hacia edificios, bajan la santamaría o entran al estacionamiento. “Es una guillotina, por acá pasa cualquier cantidad de motorizados y da miedo. Las calles están completamente a oscuras, los locales tenemos que poner faros por seguridad”, soltó un comerciante quien pidió mantener su nombre en reserva.

A creer en santos

Trabajadores y vecinos prefieren no dejársela tan “bombita” al hampa y optaron por tomar sus previsiones. Quienes viven por la calle Bolívar se pusieron las pilas y colocaron cámaras de seguridad.

Arletty Lagruta contó que se la pasaba trotando por la calle 1 y ahora ni considera pasar de nuevo por ahí, pues lo considera zona roja. En un atienda de ropa, donde encargada y trabajadora pidieron quedar en anonimato, mostraron su repisa llena de santos ya que consideran que “de alguna manera nos protegen”.

Y aunque en la avenida hay una alcabala de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) no han disminuido los atracos dentro y fuera de los locales. Comerciantes denunciaron que solo rondan cuando van a pedir “el resfresco para el jefe”, de resto no se les ve la cara.

Foto: Angeliana Escalona
Video: cortesía


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