En Nueva Tacagua viven encerrados porque los roban hasta dentro de sus casas

En el barrio El Colchón de la terraza AB, los vecinos denunciaron que no hay vigilancia policial y en las noches el hampa ronda para desvalijar viviendas.

Caracas. En el barrio El Colchón, ubicado en la terraza AB de Nueva Tacagua, pareciera que pasó un terremoto. Por donde se mire hay ruinas y escombros de carros o viviendas. Sus calles solitarias, parecidas a un videojuego de misterio, quedan en medio de una inmensa urbanización olvidada por las autoridades.

Llegar allí no es fácil porque los vecinos no disponen de un transporte que los deje cerca. Cualquiera creería que ni al hampa se le ocurre pasar por ahí, por lo retirado que queda de la redoma de Nueva Tacagua y porque la vía está sumamente deteriorada.

Pero no es así, los malandros se echan el viaje hasta El Colchón y en las noches no dejan dormir a sus habitantes porque entran a robar a sus humildes casitas. Y pensar en pegar un grito sería en vano pues nadie, excepto los vecinos, escucharía a una víctima de la delincuencia.

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“Mírame las ojeras. Anoche no pude dormir del miedo porque si entran a robar a mi casa no tengo quien me proteja. Aquí no viene nadie ni la policía, estamos completamente desprotegidos. Uno escucha algo afuera e inmediatamente me alarmo”, dijo María Meteau señalando las solitarias calles.

Resulta que antisociales de sectores cercanos visitan por las noches la zona en busca de pertenencias dentro de las viviendas, lo único que hay. Los vecinos denunciaron atemorizados que siempre se meten a robarles sus pertenencias y por eso sus noches no son nada tranquilas.

Afuera hay una manada de perros que alertan a la gente cuando aparece alguien extraño en el sector. “Ellos siempre ladran, pero cuando se ponen intensos con su ladrido es porque por ahí hay alguien. Entonces muero de nervios, porque no sabemos si van a entrar a una casa y no duermo”, añadió la madre.

Como consecuencia de los constantes asaltos, los habitantes se la pasan encerrados bajo llave, solo salieron para recibir al equipo de prensa de Crónica.Uno y comentar las mil y un plagas que tienen encima, de las cuales las autoridades se hacen la vista gorda.

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Nadie llega de noche

Para salir de El Colchón deben caminar unas colinas hasta El Manguito de Nuevo Horizonte, en Catia, donde luego de horas de espera pasa el transporte. Por esta carencia, quienes trabajan deben madrugar y exponerse a la inmensa inseguridad que hay en la zona.

“Yo trabajo y salgo a las 4:00 am. Me da miedo, claro, pero ¿qué voy a hacer? No nos queda de otra, aquí el transporte es deficiente y debemos salir más temprano que nunca. A veces salimos juntos un grupito de vecinos para no caminar solos por ahí”, detalló un joven habitante del sector.

De regreso a casa todo es más complicado porque los delincuentes acechan el largo trecho bajo la oscuridad de la noche. “Al que le agarre la noche afuera se tiene que quedar. Para acá no se puede llegar a pie, además las calles son oscurísimas y te puede salir un malandro del monte”, detalló otro muchacho.

Los vecinos exigieron seguridad y patrullaje, pues sienten que viven en medio de la nada y en el olvido.

Foto: Angeliana Escalona


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