Tanto los docentes como el gremio de enfermeras mantienen una agenda de protestas desde el pasado mes de junio. Esta vez los profesores decidieron “echarle una mano al sector salud” y comenzar a trabajar en una movilización nacional en defensa del ingreso y el salario. La crisis económica se agudiza y los trabajadores afinan sus gargantas para continuar en la calle.

Caracas. Después de colgar el teléfono, Francis Leira, enfermera con 20 años de servicio en el Hospital Universitario de Caracas (HUC), sabe que no podrá asistir al paciente. Ya es rutinario que, al llamar al departamento de farmacia, le digan que no tienen el medicamento. Le pregunto al médico ‘¿qué hacemos?’ No nos queda otra que decirle al paciente que busque la medicina. Ese es el mensaje de todos los días, lamenta Leira.

Ella no solo llora por las malas noticias que tiene que dar a los enfermos, también lo hace cuando ve su quincena de 600.000 bolívares: Solo le pido a Dios compasión. Ya son 5 años con el mismo uniforme y zapatos, casi el mismo tiempo en que la escasez de insumos y medicamentos comenzó a afectar a los centros hospitalarios.

Francis Leira, enfermera con 20 años de servicio en el Hospital Universitario de Caracas

Tu lucha es la mía, dijeron los profesores universitarios al personal de enfermería durante una protesta que inició este miércoles en la avenida Victoria y culminó en la Puerta Tamanaco de la Universidad Central de Venezuela. Al encuentro acudió la Federación de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapucv), la Federación de Trabajadores de Salud (Fetrasalud), el Colegio de Enfermeras de Caracas, entre otros. El mensaje de ambos sectores fue el mismo: dignificación salarial.

Tanto los docentes como el gremio de enfermeras mantienen una agenda de protestas desde el pasado mes de junio. Esta vez los profesores decidieron echarle una mano al sector salud y comenzar a trabajar en una movilización nacional en defensa del ingreso y el salario: Están destruyendo el trabajo, dijo Keta Stephany, secretaria de información de Fapuv, antes de iniciarse la movilización. Una maestra jubilada, Elizabeth Guerrero, dio su apoyo a las enfermeras y gritó: Solo con salud y educación se puede avanzar.

Las enfermeras contabilizan 23 días continuos de paro tras ser convocado el pasado 25 de junio por el Colegio de Enfermeras de Caracas. Al momento no han recibido el aumento salarial, solo un bono de 20 millones de bolívares el 6 de julio. Pese a esto, la exigencia es un ingreso acorde a la inflación, la de junio fue 128,4 %, según estimaciones de la Asamblea Nacional.

La crisis económica se agudiza y las enfermeras afinan sus gargantas para exigir mejoras en seguridad, dotación e insumos en los hospitales. No hay medicinas, no hay algodón, pero sí hay dinero para corrupción, corearon a las puertas del HUC. Desde abajo pedían a los pacientes que se incorporaran a la protesta.

Marchar al Ministerio de Salud, al Palacio de Miraflores, a la Asamblea Nacional Constituyente y la libertad de Alfonso Román —enfermero del HUC detenido el pasado 4 de junio por efectivos del Cicpc luego de que suspuestamente le hallaran insumos médicos en su casillero— son parte de las exigencias que manifestó Matilda Lozada, enfermera del centro hospitalario.

Estamos cansados de ver todos los días bajar tres y cuatro pacientes a la morgue porque mueren por falta de insumos o porque no se opera en el momento preciso, dijo. Y agregó: Tenemos sentimientos encontrados. Nos graduamos, pero no podemos cumplir con la profesión a cabalidad. Tenemos que ir saltando de servicio en servicio buscando los insumos que el paciente necesita y no los encontramos.

Las condiciones de insalubridad consumen al HUC ante las fallas en suministro de agua. Los pacientes están cargando agua para poder bajar las pocetas. Deben traer botellas de 5 litros. Los pasillos están llenos de moscas porque los pacientes hacen sus necesidades en el suelo. Tampoco tenemos jabón ni desinfectante, relata Noé Trujillo, enfermero. Enfermarse en Venezuela es un signo de muerte, deplora.

Los pacientes también acompañaron la protesta durante la caminata. Estoy luchando para que se mejore la distribución de los medicamentos y nos salvemos todos, dijo Luis Morín, paciente de 77 años de edad con diagnóstico de prostatitis. Desde hace 6 meses dejó de tomar el medicamento que requiere (Tamsulosina) debido a que no lo consigue: Me estoy ayudando con una planta que se llama mapurite. Siempre voy al Hospital Domingo Luciani a buscar el medicamento. Yo mantengo la esperanza, pero no veo que se concrete. Espero que con la presión de calle se pueda hacer algo.

Luis Morín, paciente de 77 años de edad con diagnóstico de prostatitis.

Dieta comprometida

El licenciado en Nutrición, Jorge Páez, denunció que solo reciben entre cuatro y cinco rubros de Mercal para atender la dieta de los pacientes del HUC: Con rubros no tenemos margen de maniobra para ningún tipo de dieta terapéutica, no podemos tratar a un paciente como debe ser. A parte de eso, las cantidades que despacha Mercal son mínimas, por esas razones ni es adaptada a la cantidad calórica y ni a la variedad requerida.

La bandeja hospitalaria reúne 600 calorías en las tres ingestas (desayuno, almuerzo y cena), pese a que el requerimiento en una persona sana son 2000 calorías. Páez explica que cuando se trata de un enfermo puede aumentar hasta 3000 calorías. Prácticamente estamos viendo cómo los pacientes que llegan desnutridos se continúan desnutriendo en el hospital.

El licenciado en Nutrición, Jorge Páez, protesta para que se cumpla la dieta terapéutica.

Las porciones se pierden en la bandeja. Un desayuno es una arepita y más nada. O un bollito de 60 gramos máximo. El almuerzo un arroz con lentejas o caraotas, o pasta con lentejas. Un puñito de pasta y una cucharadita de granos. La cena es por lo general lo mismo que el desayuno: una arepita o un poquito de cereal, reprocha Páez. Esta situación se ha agravado en los últimos meses, sin embargo, el especialista aclara que el HUC ya tiene cuatro en franco deterioro.

La manifestación culminó con un joven cantando: No me digan que los médicos se fueron, no me digan que ahora están de protesta.

Fotos: Luis Morillo @luizmorillo15


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