La mayoría divide su tiempo entre las colas para adquirir los productos de primera necesidad, y recorrer farmacias para buscar la medicina que necesitan.

Caracas. Sentada en un banquito que alquiló para hacer la cola, Elena Núñez -quien optó por dar un nombre falso-, hace su cola para comprar comida en el Comercial Centro Centro C.A en la avenida Baralt. Elena tiene 56 años y padece discapacidad motora, músculo-esquelética moderada.

Con bastón en mano, Elena hace la cola para discapacitados y asegura que son pocos los establecimientos que organizan una fila exclusivamente para personas con alguna enfermedad crónica.

“Esta cola avanza rápido, en pocos locales organizan a la gente normal, de la tercera edad y a nosotros los discapacitados. Aquí aunque sea nos dan un poco de prioridad. La fila de nosotros siempre tiene menos personas, sin embargo nos podemos tardar entre una hora u hora y media. Esto es humillante”, reclamó.

Elena vive con su esposo en el 23 de enero, y tiene dos hijas mayores de edad, una vive en la misma parroquia y otra en La Guaira. Como su discapacidad le impide tener un empleo, la mayor parte de su tiempo la dedica a hacer colas y comprar comida para su familia, y en ocasiones la comparte y hace trueques con sus hijas y hasta con su mamá que tiene 82 años de edad.

“Ella -su mamá- está muy viejita para andar en la calle. Cuando logro comprar algo lo llevo hasta su casa”, aseveró Núñez, mientras se apoyaba del bastón y se paraba con dificultad del banquito alquilado para avanzar en la fila.

Colas en Av Baralt / Foto Cheché Diaz
Aseguran que se tardan menos pero que igual les toca difícil.

Esa mañana había más de 50 personas con algún tipo de discapacidad esperaban comprar comida. Algunos en sillas de ruedas, una señora invidente, otra mujer sentada en el suelo con un tapabocas. Todos con el mismo objetivo: adquirir los productos a precios regulados. La queja es la misma: el maltrato y que en muchos locales sólo hacen una cola para todo el mundo. sin preferencia para las personas con algún tipo de discapacidad.

Núñez dijo que nunca había hecho cola en ese establecimiento, pero procurará ir con más regularidad ya que es de los pocos que organizan filas para los discapacitados. Antes siempre se iba hasta el automercados Plazas de Vista Alegre, porque allí también realizan una fila exclusivamente para personas con discapacidad, y aprovechaba para comprar los medicamentos que necesita para su enfermedad.

Hay locales donde no les permiten hacer la cola aparte.

Los supermercados Día a Día en las avenidas San Martín, Sucre y Andrés Bello eran algunos de los que frecuentaba, pese a su condición física. Dejó de ir a esos establecimientos porque a esos mercados les llaman ‘los corta-cara’, pues “allí se forman unos zaperocos y bululús horribles y hacen una sola cola para todo el mundo. Dejé de ir por eso”, explicó.

Esa mañana, Elena esperaba salir antes del mediodía de la cola que hacía en la avenida Baralt y luego irse lo más rápido posible al Plazas de Vista Alegre, porque una amiga le pasó el dato que había llegado arroz y papel tualé.

Fotos: Cheché Díaz.


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