Sujetos atacan en grupo a los pescadores artesanales de la costa marabina para robarles los motores de las lanchas, las redes o el producto de la faena diaria.

Maracaibo. La costa del Lago de Maracaibo está sumida en el terror. Mucho antes del amanecer, los pescadores del sector Puntica de Piedra, de la parroquia coquivacoa al norte de la ciudad, zarpan en sus embarcaciones en busca del sustento familiar que reposa en el agua salobre del estuario. Pero antes se encomiendan apapá Dios y a La Chinita para que los piratas del Lago no los maten.

Otrora, la pesca artesanal se practicaba “con alegría y seguridad” reclama el pescador Augusto —nombre ficticio por temor a represalias—. Mientras que ahora “es un milagro” regresar vivo a casa después de la jornada de trabajo, que regularmente inicia a las 3 de la mañana.

Uno sale solo con Dios porque en el lago no hay seguridad de ningún tipo, si salimos baratos nos quitan el motor, pero si Dios se descuida aparecemos a los días flotando en el mar.

El pasado 12 de agosto la desgracia se apoderó de Puntica de Piedra, seis de sus hombres perdieron la vida a manos de piratas. El fuego que expedían las ráfagas de disparos alumbraba la oscuridad mientras los sujetos a bordo de lanchas negras perpetuaban la matanza.

Unos 30 hombres estaban pescando camarones frente a la tribuna de la Vereda del Lago. Eran siete embarcaciones en total: cinco pesqueras y dos centinelas. El grupo salió de Puntica de Piedra y Santa Rosa de Agua a las 11 de la noche del jueves. Pero la masacre ocurrió cerca de las 3 de la mañana. Los delincuentes llegaron en dos lanchas, una negra y otra anaranjada, disparando en contra de los botes vigías, contó uno de los 24 sobrevivientes. 

En cardumen

Los pescadores artesanales salen a pescar en grupos de hasta 50 hombres para acompañarse y vigilar mientras otro grupo pesca.

Las víctimas recibieron disparos en la cabeza y el rostro. Quedaron identificados como: Loenardo Yamarte, de 44 años; Hernando José Olivares, de 25, y su sobrino Manuel Puche, de 15. Ellos zarparon de Santa Rosa y vigilaban la faena. Juan Gabriel Molero Bracho, de 40 años, salió desde Puntica de Piedra.

Los que lograron llegar a tierra corrieron hacia una patrulla que vigilaba en el parque y notificaron lo sucedido. Simultáneamente, en el sector Punta de Palmas, otros hampones atracaron y mataron a Víctor Sánchez Padrón, de 37 años y a Reinaldo Domador, de 26. Ellos salieron a la misma hora de Santa Rosa. Otros pescadores que vieron el ataque notificaron a los compañeros en tierra marabina. 

El calvario para los familiares no se hizo esperar, la mala noticia corrió como pólvora e inmediatamente iniciaron la búsqueda de los cuerpos, con la ayuda de los guardacostas; estos fueron apareciendo en la costa en estado de descomposición.

Todos los días hay robos

El hermetismo es impenetrable entre los familiares de las víctimas.

No es que no queramos, es que no podemos hablar porque esos malhechores cada vez nos matan a la gente más cerca y no sería extraño que llegaran hasta tierra firme para eliminarnos a nosotros.

Los piratas del lago vienen azotando a la población de pescadores de las riveras del lago desde hace muchos años, sin embargo, el nivel de violencia ha ido subiendo progresivamente con el tiempo.Antes se nos llevaban el motor o las redes, ahora se llevan todo y además la vida de los nuestros. Este dolor es insoportable, porque además sabemos que estamos solos, nadie nos cuida ni nos ayuda, esto es tierra de nadie. Pero peor es que dejen a familias enteras sin la seguridad de la comida, relató otros pescador que prefirió el anonimato.

Para los más de 1000 pescadores artesanales, “todos, incluyendo a las autoridades” saben quiénes son los grupos delictivos dedicados a sembrar el terror en cada municipio costero, con todo, denuncian que “la Guardia no hace nada”. Los habitantes de los municipios costeros reclaman que estas bandas dedicadas a la extorsión, robo y el asesinato de pescadores pretenden apoderarse del negocio de la pesca.

Foto: AVN


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