Liderados por los diputados Stalin González, José Guerra, Jorge Millán y Marialbert Barrios, los vecinos salieron con mucho ánimo rumbo al CNE para exigir un cronograma electoral. Sin embargo, un piquete de la PNB les impidió seguir su camino.
Caracas. El sol de este lunes amainó el frío de estas últimas semanas en la avenida Las Ciencias de Santa Mónica. Esperar a que llegaran todos los vecinos y dirigentes políticos que partirían en marcha desde ese punto hasta el Consejo Nacional Electoral (CNE), debía hacerse sin discusión alguna bajo la sombra de un árbol.
El ánimo se les metió a las pocas personas que comenzaban a reunirse cuando llegó un camión con grandes cornetas y se detuvo frente al Crema Paraíso. Al ritmo de la canción “Yo me quedo en Venezuela”, de Carlos Baute, se alborotaron y se pararon al borde de la avenida para saludar a quienes pasaban a bordo de vehículos.
Desde los carros los miraban con indiferencia, incluso cuando las camioneticas pasaban por ahí los pasajeros mostraban una expresión ajena, como al otro lado del cristal hubiera otro país. Pero también hubo muchas personas que apoyaron a quienes ondeaban su tricolor desde la calle y tocaron sus cornetas en repetidas veces, algunos sacaron un brazo por la ventana y agitaron el pulgar en alto.
“¡Elecciones ya!”, gritaban y gritaban sin cansarse, mientras otros tocaban pitos al mismo son, pues este era el motivo de la convocatoria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) este 23 de enero hasta el CNE: exigir el cronograma electoral.
“Queremos que se respete el cronograma electoral y que los venezolanos resolvamos esta crisis mediante el ejercicio del voto. Ya tocan elecciones de gobernadores y vienen elecciones de Alcaldía. Cualquier cosa que pase en este país tiene entre los responsables a Tibisay Lucena, que se ha negado a dar un cronograma”, dijo José Guerra, diputado a la Asamblea Nacional (AN).
Si bien la convocatoria no estuvo tan concurrida como en otras que ha hecho la MUD, el bululú que se reunió en Santa Mónica salió rumbo al CNE, enfilando por Los Chaguaramos.
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Los diputados a la AN, Stalin González, José Guerra, Jorge Millán y Marialbert Barrios encabezaron la marcha —acompañados por concejales— que recorrió Los Chaguaramos, cayó justo en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), empalmó con otro grupo en Bello Monte y subió por El Rosal, donde estaba el grueso de la manifestación.
En el camino, los parlamentarios saludaron a quienes se asomaban por las ventanas de sus apartamentos y a los que grababan con sus celulares la caminata, mientras estaban en talleres mecánicos, aguardando por sus vehículos.
El paso hacia Plaza Venezuela por Bello Monte permanecía cerrado por un piquete de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Varios muchachos del movimiento Vente Ya, liderado por María Corina Machado, aprovecharon que más adelante no había funcionarios para caminar a través del acceso vial desde Bello Monte hacia la autopista Francisco Fajardo, sentido oeste, y trancar el tránsito.
Los jóvenes se sentaron en todo el medio de la autopista. En seguida, un montón de funcionarios de la GNB llegó al sitio, pero luego de unos minutos se reanudó la circulación y el grupo se fue caminando por el medio de la vía —en dirección contraria— hacia Chacaíto.
“Yo tengo 70 años y aún así tengo fuerzas para marchar, pero todos están divididos, ellos se vinieron a la autopista y el resto no los apoyó y siguió la marcha”, dijo una señora que veía cómo los jóvenes gritaban consignas tirados en el asfalto.
El recorrido tenía previsto llegar al CNE, pero un cordón de la PNB y GNB —respaldado por una unidad de orden público— les impidió seguir avanzando a la altura de la avenida Libertador. Hasta ese punto se trasladó el rector del CNE, Luis Emilio Rondón, para recibir el documento que le entregaron los líderes de la oposición exigiendo un cronograma electoral.
Luego de este episodio otros muchachos se dirigieron hasta la parte baja de la avenida Libertador y corrieron en dirección oeste rumbo a su destino, pero más adelante los aguardaba otro piquete de uniformados.
Mientras esto ocurría, los rezagados que permanecían arriba comenzaron a dispersarse con intención de volver a sus casas, con la decepción del objetivo incumplido.
Fotos: Yohana Marra/ Miguel González
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