En la plaza Candelaria no hubo operativo, donde sí se vieron colas kilométricas fue en la plaza Bolívar de Caracas. La gente madrugó para sacarse el nuevo documento. Muchos lo tramitaron porque necesitan ayuda del Gobierno.

Caracas. Desde muy temprano, vecinos de la parroquia La Candelaria se concentraron en la plaza que lleva el mismo nombre en busca del carnet de la  Patria. También lo hicieron, y con mayor asistencia, en la plaza Bolívar de Caracas. Aunque varias personas no tenían idea de cuál es la función de este documento, igual dijeron que lo estaban tramitando pues necesitan ayuda del Gobierno: vivienda, medicinas, comida, trabajo.

A la plaza Bolívar muchos llegaron a las 4:00 a. m., como Diana Álvarez. Esta obrera, que vive en Caricuao, trabajaba en un fábrica de zapatos. Su esperanza es que a través del carnet le canalicen una ayuda, dada su falta de empleo.

¨Yo necesito una ayuda para poder comprar la comida. No tengo trabajo y tengo que alimentar a mi hijo de año y medio”, comentó.

Diana repetía: “Quiero una ayuda, quiero una ayuda”, mientras hacía la cola que llegaba hasta la plaza El Venezolano.

Las misiones sociales tienen 14 años de vigencia, pero su cobertura es limitada y más cuando la prolongada crisis económica —que se refleja en una elevada inflación y escasez de artículos básicos—, impacta en las familias. Por ello, varios de los asistentes consideraban que el carnet es la puerta para acceder a un plan social. Sin embargo, el objetivo de dicho documento tiene diversas versiones.

Cada uno de los funcionarios públicos se ha dado a la tarea de dar sus argumentos sobre el carnet. Se ha dicho que el instrumento busca contribuir con el mejoramiento del sistema de misiones y grandes misiones a nivel nacional, sin detallar cómo; o que también es para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). Este viernes, el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez dijo que el nuevo plástico servirá para defender al pueblo. Se ha dicho, adicionalmente, que servirá para las transacciones bancarias.

Por tal motivo, en las colas cada quién ofrecería comentarios diferentes sobre el fin del carnet. Unos pensaban que era para que les entregaran las bolsas de los Clap y otros para comprar comida en Mercal o Pdval. Nadie se los aclaró en ese momento. Ni siquiera los integrantes de los consejos comunales tenían la certeza de los beneficios.

Carmen Hernández llegó a las 10:00 a. m. a la Plaza Bolívar con sus dos nietos a buscar el carnet. Para esta cocinera de Ruíz Pineda, el documento le permitirá comprar en las redes gubernamentales de alimentos.

“Con ese carnet puedo ir a Mercal y Pdval”, contó, pues las bolsas que reparten los Clap llegan una vez al mes a su comunidad y los productos que tienen son insuficientes.

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Las personas actualmente van a Mercal o Pdval cuando el Clap o el consejo comunal les informan que puedan buscar el paquete con alimentos. No venden artículos desde hace meses.

Según las cifras del Gobierno, 1,9 millones de familias se han beneficiado de los Clap, sin embargo, en diversas comunidades la distribución de las bolsas es discrecional.

Al lado de Carmen estaban dos señoras —que no quisieron dar sus nombres— pero insistían en que con ese documento les darán medicinas.

Además de la comida, varias familias aseguraban que con el carnet tendrán acceso a soluciones habitacionales.

“Yo estoy aquí por una vivienda, eso lo prometió el Presidente”.

El Gobierno se jacta en señalar que desde 2011 —año en que se lanzó la Misión Vivienda— se han construido 1,3 millones de casas, no obstante, casi seis años después la necesidad de un techo persiste. Zulay Martínez es una jubilada y no tiene casa propia.

Así como Zulay, Wilmer Páez tenía la misma esperanza. Este chófer llegó a Caracas en horas de la mañana desde Valencia para tener el carnet. Fue con su esposa, Onelkys, y sus dos hijos de tres y ocho meses.

Ha hecho intentos por registrarse en la Misión Vivienda, sin éxito. “Necesito una casa. Con mi familia tengo que dormir en diferentes partes. Yo vivía con mi padre, pero cuando murió, mis hermanos se quedaron con la casa y no tengo donde estar”.

En la tarde no había podido pasar. “Esto es un desorden. Me dicen que espere pero tengo horas esperando”.  No se iba porque cree que con ese documento le darán la vivienda.

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Con los crespos hechos

En la plaza Bolívar hubo varias colas. Una llegaba hasta la plaza El Venezolano, otras rodeaban la Asamblea Nacional y la Casa Amarilla. Cerca de la estatua de El Libertador, más de una docena de funcionarios con computadoras hacían el trámite para el cual pedían solo la Cédula de Identidad. Aunque muchas personas llevaron el RIF y la carta de residencia por si acaso.

El carnet se los entregaban en unos cinco minutos, pero para llegar a ese punto pasaban más horas, según los asistentes. En varios puntos las personas que estaban las filas se molestaron porque había coleados. Alguien le reclamó a un Guardia Nacional por lo que sucedía, y el efectivo le contestó: “El que tiene el uniforme soy yo”.

En otros puntos, como La Candelaria, ni siquiera llegaron las máquinas.

La primera persona de la cola que se armó en La Candelaria llegó a las 6:00 a. m. Ya para las 11:00 a. m. más de 100 ciudadanos esperaban, bajo una pepa de sol, que se iniciara el operativo de carnetización.

“Dijeron que arrancarían a las 8:00 a.m. Ahora es a partir de las 2:00”, indicó la señora que punteaba la fila y que se protegía con una sombrilla.

En efecto, esa era la información que transmitían los voceros comunales: “El operativo se hará a partir de las 2:00 p. m., pues hay un problema con las máquinas. Es por eso el retraso. Está pasando en todas las parroquias. Donde se va a abrir es en la plaza Bolívar de Caracas, pero no vayan para allá, hay mucha gente”, repetía la líder parroquial.

A las 2:40 p. m. ya tenían información más precisa y era que en esa parroquia se suspendía la carnetización. Un problema con las máquinas dispuestas para esa zona obligó a la reprogramación del evento, anunciado con bombos y platillos en cadena presidencial.

“Para este sábado 21 no sabemos si se instala. Esperen mejor, nosotros los convocaremos”, dejó colar Marisela, una de las líderes parroquiales, quien no soltó más prenda de la jornada.

Quienes esperaron durante horas se quejaron por la mala organización.

la candelaria
Desde las 6:00 a.m. comenzó a llegar la gente a la plaza La Candelaria.

En la cola había vecinos de otras zonas, como Catia, El Valle e incluso del interior del país. A esas personas les dijeron que por La Candelaria no podían carnetizarse. Debían hacerlo en sus lugares de residencia. “Esa es la información que tenemos”, acotó.

“Pero Diosdado dijo que en cualquier lugar se puede”, respondió uno desde la cola…

Foto: Crónica Uno / Mariana Mendoza
Pasadas las 2:00 p. m. este era el ambiente en la plaza La Candelaria. Ni rastros de los carnet.
Foto: Crónica Uno / Miguel González
La cola en el centro le daba la vuelta a la plaza Bolívar y tomaba una cuadra del bulevar lateral.
Foto: Crónica Uno / Miguel González
Había una cola dispuesta para la tercera edad. Pero igual la gente se quejó que pasaban más de dos horas esperando.

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De acuerdo con la información publicada por AVN, en todo el país habrá 1.876 puntos fijos y móviles, distribuidos en las plazas Bolívar de 48 ciudades; gobernaciones, 250 corredores de Bario Nuevo, Barrio Tricolor; urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela y en las 1.005 Bases de Misiones. El proceso de carnetización se extenderá hasta el 5 de febrero.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Pasado el mediodía cuando calentó el sol, fue que las colas crecieron más.

Por esa extensión, el jefe del Gobierno de Distrito Capital, Daniel Aponte, quien llegó pasadas las 3:00 p. m. a la plaza Bolívar, le indicó a los asistentes que a partir de este sábado habrá puntos en cada parroquia a fin de que no siguieran en la formación y porque los funcionarios encargados de elaborar el carnet trabajarían hasta las 8:00 p. m.

Erika Farías, ministra de Agricultura, reseñó que este esfuerzo de identificación permite al proceso saber hasta dónde se ha llegado con la inclusión social. “Este es un alcance que va de la mano con la protección e inclusión de nuestro pueblo (…) Tener nuestro carnet es identificar a la inclusión, es saber qué políticas públicas nos faltan para satisfacer a cada comunidad”, expresó en un medio televisivo oficial.

La expectativa gubernamental es que se registren 15 millones de personas.

Fotos: Miguel González/Mabel Sarmiento/Mariana Mendoza


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