Una familia de cuatro personas tiene que gastar lo que le quedó de las utilidades en pasaje, si es que lo consigue; trasladarse en unidades habilitadas y además llevar el papel higiénico, la pasta dental y la comida, pues, según dicen, en sus destinos es difícil encontrar estos productos.

Caracas. “El Vigía, Mérida, Barquisimeto, Boconó, Maracaibo, San Cristóbal”…, gritaba un colector en las afueras del terminal terrestre ubicado en La Bandera, municipio Libertador. Con insistencia repetía los destinos, que son los más demandados en temporada alta. La cuestión es que al día de hoy (martes 20 de diciembre), las empresas formales —más de 50 que están operativas en La Bandera—, no están saliendo con regularidad hacia esas zonas.

Según Fernando Mora, integrante de la Cámara Venezolana de Empresas de Transporte Extraurbano, eso es porque los administradores del terminal no los dejan vender boletos desde que intentaron hacer el ajuste de las tarifas la semana pasada.

“Se acordó en una reunión con el viceministro de Transporte Terrestre, Christopher Martínez, hacer un incremento de 4,5 bolívares por kilómetros recorridos en las rutas largas. Él se comprometió a dar aviso a los terminales para que el acuerdo se hiciera efectivo. Pero al día de hoy no se ha hecho y entonces no nos dejan vender boletos. Nos están obligando a hacerlo con la tarifa vieja [Bs. 4.000] y no se quiere reconocer este acuerdo, que fue hecho delante de 30 empresas del transporte”, dijo.

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Así lucen los pasillos del terminal La Bandera, sin el acostumbrado flujo de pasajeros.

Mora además denunció que así como no los dejan vender en el día, en las noches sacan unidades habilitadas y les permiten cobrar Bs. 15.000 hasta Mérida, cuando con el aumento ellos estiman cobrar Bs. 8.000. “Esa es la razón por la cual está mermando la operatividad en los terminales terrestres”, comentó a la vez que destacaba que la gente quiere salir a vender los pasajes, “pero si no pueden hacerlo en La Bandera, lo harán en otros centros que sí permitan el incremento, que, dicho sea de paso, no alcanza para cubrir el mantenimiento de las unidades”.

Hacia occidente, entre todas las empresas transportistas hay cerca de 3.000 autobuses largos. Sin embargo, la escasez de repuestos y la falta de mantenimiento preventivo han hecho que se desincorpore 40 % de la flota.

“¿Cómo hace uno para comprar un caucho que nos lo venden hasta en un millón de bolívares? Con los ajustes recientes no es suficiente. Sin embargo, están habilitando [en La Bandera] busetas que no cumplen con los requisitos de confort y seguridad para hacer esos traslados tan largos”, puntualizó.

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Muy pocas unidades este martes en los andenes de La Bandera.

Irse como sea

En La Bandera hay gente que va todos los días a ver si puede comprar pasaje hacia el occidente del país. Buscan líneas económicas, y más si viajan con la familia. Quizá por el afán de conseguir la boletería muy pocos reparan en el confort o en el estado mecánico de la unidad. Lo otro que se suma al karma este año es que en la mayoría de las taquillas se deben presentar con la faja de billetes, pues están aceptando solo efectivo.

“La idea es salir y poder pasar las Navidades con la familia. Uno hace el sacrificio y aprovecha estas fechas para verlos. Yo, por ejemplo, voy a Maracaibo y si lo que hay es una habilitada me voy en esa. Me están cobrando Bs. 9.000 y viajo con la familia. Somos cinco, pero el más pequeño va en los brazos de la mamá. Ahí se me van las utilidades. Además llevo hasta el papel tualé”, contó Efraín Cáceres, quien aguardaba en el pasillo para poder viajar este martes aunque sea en horas de la noche.

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Otra familia hacía lo mismo para ir a Mérida. Pero, en líneas generales, para ser un 20 de diciembre esta operadora no estaba abarrotada de usuarios, ni acalorada, como en años anteriores, cuando el ambiente era pura locura: largas colas en las puertas de las taquillas, anuncios pegados en las ventadas que citaban “no hay”, “agotados”, “venga otro día” y gente durmiendo en los pasillos “a la caza” de los boletos.

Según el coordinador general del terminal, José Gregorio Franklin, desde el 10 de noviembre hasta la fecha, por ahí han viajado hacia el occidente del país cerca de 900.000 personas. Los que han podido subirse a una unidad en las dos últimas semanas es porque las están habilitando.

Franklin dijo que debido al “paro de transporte” organizado por las rutas largas como medida de presión para un alza de la tarifa, se han habilitado 600 unidades para garantizar el traslado de las personas hacia el occidente del país.

Y estimó que la zafra está viento en popa, pues estiman que un millón 600 mil temporadistas saldrán pagando precios justos: “De hecho, en los operativos conjuntos realizados con la Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional se ha podido controlar la piratería desarrollada en los alrededores. Obligamos a 73 autobuses a que se incorporaran a los andenes con las tarifas legales, pues querían cobrar hasta 300 % de incremento”.

Oriente muy flojo

Mientras tanto, la zafra navideña en el terminal Antonio José de Sucre, de Oriente, aún está dormida. Desde que se inició la temporada el pasado 15 de diciembre, de esa línea han salido 4.634 pasajeros, una cifra muy baja en comparación con épocas anteriores, cuando se manejaba un promedio de 2.000 personas al día, la misma calculada para este año.

En este momento la situación de este terminal es otra, pues sus pasillos están casi desolados, lo que evidencia el letargo de la zafra.

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Desolado el terminal de Oriente.

Por ejemplo, este martes había cola en una sola taquilla de las 18 empresas que hacen vida en ese lugar, cuyos destinos más demandados son Puerto La Cruz, Cumaná, Güiria, Maturín y Santa Elena de Uairén —en esta última no hay unidades activas debido al cierre de la frontera.

Daniel Navas, coordinador administrativo, destacó que si acaso han habilitado cinco unidades por día.

El día que más viajaron fue precisamente el 16 de diciembre, cuando salieron 1.257 usuarios, pero entre el sábado y domingo pasados la afluencia bajó a poco más de 1.500 entre ambas jornadas, lo que hace suponer una baja considerable de la zafra.

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Además en el terminal de Oriente la mayoría de las líneas cobran en efectivo.

Sobre este particular, Navas puntualizó que lo que se ve en el terminal es “excesivamente anormal” para un diciembre, y calculó que si anteriormente atendían 50.000 pasajeros esta vez, jugando a ser optimistas, pueden llegar a 35.000. La razón: los costos de los pasajes y la escasez de alimentos en el interior del país.

Fotos: Mabel Sarmiento Garmendia


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