Nelssy Rodríguez forma parte de la fundación Edgardo Alfonzo, en Santa Cruz de Cúa, para rescatar a los niños de la violencia. Transmite su experiencia como mensaje, tanto a padres como a jóvenes

Yohana Marra/@yohanamarra

Cúa. “Mi hermano era el más buscado por el Cicpc en Cúa y esto no lo digo con orgullo. A cada ratico allanaban mi casa y nos llevaban detenidos a todos. Viví la violencia en carne propia con mi hermano, fue delincuente desde la adolescencia”.

Al hermano menor de Nelssy Rodríguez, alias “el chino”, lo mataron hace dos años dentro de su casa, cuando tenía 25 años. Le duele hablar de él y su vida delictiva, pero le duele mucho más comentar que se le escapó de las manos aunque ella se esforzó para que estudiara y abandonara “ese mundo”.

Nelssy quedó embarazada a los 15 años y a esa edad perdió a su mamá, quien padecía cáncer. Con su barriga tuvo que hacerse cargo de su hermano, para entonces con siete años, situación que cambió su vida por completo.

Dejó los estudios para encargarse sola de su bebé y como su hermanito no estaba presentado aún, no podía asistir a clases. Sin embargo, logró que entrara de oyente en una escuela, mientras ella trabajaba en una arepera de noche para mantenerlos; vivían en una pensión en la avenida Baralt.

“Cuando cumplió 15 años lo comencé a notar con conductas extrañas, yo intenté reprenderlo, pero para él yo solamente era su hermana, me respetaban pero yo no era su mamá”, soltó en tono lento y pausado, evitando las ganas de llorar.

Admitió que trató de pedirle que dejara la delincuencia, pero “el chino” siempre le respondía que no podía porque lo iban a matar. El joven vendía drogas y en ese proceso asesinó a varias personas.

“El día que lo mataron los funcionarios del Cicpc, una vecina nos avisó que estaban allanando casas. Yo fui a despertar a mi hermano y él me dijo que estaba cansado de huir, que lo llevaran preso. Pero lo mataron. No era ningún santo, pero las autoridades no deberían trabajar de esa forma, él debía pagar con la cárcel”.

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Creadores de la fundación Edgardo Alfonzo enseñan religión a los niños, para que aprendan valores, respeto y se alejen del “malandreo”. Crónica.Uno/Cristian Hernández

Un mensaje

Nelssy forma parte de la fundación Edgardo Alfonzo, en Santa Cruz de Cúa. Usa la experiencia con su hermano, para transmitírsela a los niños que practican deportes.

“Siempre le digo a los niños que los beisbolistas famosos salieron del barrio y eso no fue fácil para ellos, pero fue más fácil llegar hasta ahí haciendo lo bueno que lo malo”, soltó.

El mensaje también lo transmiten sus pequeños hijos, quienes eran detenidos junto con su mamá y su tío, “el chino”. Nelssy sostuvo que ellos hablan con sus amigos y les cuentan que “ni locos” caerían en eso.

“Las cosas buenas entran por el hogar y se lo digo a los padres de mi comunidad. Quiero que me vean a mí, tengo tres hijos y mis hijos saben todo, saben lo mal que la van a pasar si se meten a malandros”, dijo la mujer, con los ojos aguados al recordar a su hermano.

La mujer colabora con las actividades de la fundación, ayuda en la logística para los juegos de beisbol, kikimbol y softbol, y transmite su experiencia de vida tanto a niños como padres.

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Fotos: Cristian Hernández


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