23 hospitales de Caracas se sumaron al paro convocado por el Colegio de Enfermeras

Se trata del segundo día del paro indefinido convocado por el Colegio de Enfermeras de Caracas. La medida, anunciada este lunes, va en escalada. Solo en la primera jornada se sumaron 18 hospitales en Libertador, pero este martes otros cinco centros se adhirieron al conflicto, lo que realmente significa que 23 instituciones acataron el llamado del gremio. En la ciudad, estima el colegio, se acató la huelga en 80 %.

Caracas. Los reclamos son tan numerosos como la cantidad de hospitales que hay el país, más de 300 para ser puntual. A diferencia de otras ocasiones, las enfermeras despuntan en el conflicto sanitario y llevan la bandera en una gesta que para algunos inició en 2014, con los primeros zarpazos de la escasez de medicamentos.

Este martes, las agremiadas mantuvieron el paro de actividades para denunciar al unísono lo que algunos pacientes asumen como un dictamen de muerte: la falta de insumos, equipos, reactivos y medicamentos. A toda esa sarta de reclamos, se suma un aspecto importante que mantiene a las enfermeras en un paro indefinido desde este lunes: la ausencia de salarios que permitan paliar la hiperinflación que socava el presupuesto familiar.

En Caracas, las primeras en salir a la calle fueron las enfermeras de la Maternidad Concepción Palacios, en San Martín. Allí el personal no estuvo solo, a la manifestación en la parroquia San Juan se sumaron también los profesionales de Farmacia, Bioanálisis y los médicos para proferir mensajes en contra de la política del Gobierno: la opacidad y el silencio frente al drama del personal de salud.

Es la primera vez que el Colegio de Enfermeras de Caracas, un gremio relegado dentro del sector sanitario, convoca a un paro indefinido. Aunque en otras ocasiones el sector ha permanecido de brazos caídos por lapsos de entre 6 y 12 horas, esta vez el conflicto no tiene coto. Pese a ello, las enfermeras mantienen la política de estrictas emergencias y se cumplen los tratamientos en los servicios neurálgicos si no falla el agua ni la luz, como ocurre en la Maternidad Herrera Vega, de El Algodonal, que tiene al menos tres semanas sin luz.

Se trata del segundo día del paro indefinido convocado por el Colegio de Enfermeras de Caracas. La medida, anunciada este lunes, va en escalada. Solo en la primera jornada se sumaron 18 hospitales en Libertador, pero este martes otros cinco establecimientos se adhirieron al conflicto, lo que realmente significa que 23 instituciones acataron el llamado del gremio. En la ciudad, estima el colegio, se acató la huelga en 80 %.

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Queremos que se atiendan nuestros reclamos, pedimos, encarecidamente, conversar con alguien que nos escuche en el Ministerio de Salud y que se interese por nuestros salarios. Lo que vivimos es un irrespeto, una violación a nuestros derechos como trabajadores, se quejaba Norelis García, enfermera de la Maternidad, mientras sostenía una pancarta.

La deuda del Gobierno no solo se suscribe al personal de enfermería. Los médicos integrales también tienen voz en los reclamos y exigen ajustar los tabuladores. En algunos casos, las quincenas de los galenos apenas sobrepasan los 1500 bolívares, y en el caso de las enfermeras los ingresos representan una tercera parte de lo que gana un médico egresado de cualquier universidad autónoma.

De cualquier modo, asegura Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas, la salud parece tener sus días contados. Cada vez hay menos profesionales dispuestos a cubrir sus puestos de trabajo. En la mayoría de los casos, aducen los afectados, no tienen ni cómo trasladarse. El panorama luce sombrío en un contexto económico y social en el que escasean el efectivo y el transporte público para movilizarse.

“El fin del paro de enfermeros lo pondrá el Gobierno cuando tome en cuenta nuestros requisitos”, declaró la presidenta del Colegio de Enfermeras  durante un balance ofrecido la mañana de este martes.

En Caracas, aseguró la portavoz, se evidenció el malestar por el déficit de insumos, que asciende a 90 % en los hospitales, y también por los sueldos anémicos. Según Ana Rosario Contreras, el disgusto es de tal magnitud que otras 19 entidades del país también se sumaron al paro convocado en Libertador y que se replicó espontáneamente en otros colegios del interior.

A los reclamos orquestados en los hospitales adscritos al Ministerio de Salud, se unieron el personal del Ipasme y empleados de los centros que dependen del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Hoy algunos pacientes que acudían a la sede principal del Ipasme, en el Centro de Caracas, se toparon con carteles y pancartas con mensajes en rechazo a la crisis. “Necesitamos comer, no solo de promesas vive el personal”, decía uno de los mensajes sostenido por una enfermera.

A juzgar por el enojo y la determinación de algunos, la manifestación y el descontento gana terreno en los hospitales, instituciones que lucen desahuciadas al igual que los pacientes crónicos que aguardan por un tratamiento de quimioterapia, un inmunosupresor o un trasplante de riñón.

La situación luce compleja. Además del Hospital Universitario, donde algunos salieron tímidamente, este martes la protesta se orquestó en los hospitales Vargas, Magallanes de Catia, en la Maternidad Concepción Palacios y El Algodonal. La sorpresa de este 26 de junio fueron los empleados del Miguel Pérez Carreño, de la Marternidad Santa Ana y de las clínicas populares de El Valle, El Paraíso, Catia y del Elías Toro, centros adscritos al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, que en ocasiones prefieren mantenerse al margen de las protestas.

Las enfermeras estamos huyendo del hambre, lo que ganamos no nos alcanza para vivir, señalan. A los reclamos consabidos por los pacientes, el Gobierno responde con una estrategia que pretende aplacar el descontento. Este martes se entregaron cajas de Clap en los hospitales Universitario de Caracas, el J. M. de los Ríos y en la Maternidad Concepción Palacios. El paro no es por una caja de comida, estamos luchando para que nuestros sueldos nos permitan adquirir la comida que queremos, advierte Contreras.

De toda la protesta surge un dato que descuella en la crisis. La mitad del personal de enfermería se ha marchado de los hospitales del Área Metropolitana y el Colegio estima, en términos porcentuales, un déficit de 50 %. Se trata de una profesión que luce relegada en las universidades y que pierde atractivo en un momento en el que los pacientes demandan atención. La situación, coinciden los afectados, no se revertirá hasta tanto el Gobierno no atienda los reclamos. Algunas incluso prefieren salir a Sabana Grande para vender empanadas o huir del país para trabajar en otras latitudes donde devengan sus sueldos en dólares.

De 25.000 enfermeras y enfermeros, activos y jubilados, adscritos al Colegio de Caracas, se han retirado 3000 entre finales de 2017 y lo que va de 2018. Y buena parte de ellos ha abandonado sus puestos para dedicarse al comercio informal.

Fotos: Cortesía Mauro Zambrano


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