El llano una inspiración que universalizó a Doña Bárbara y Apure un estado que inmortalizó a Gallegos

Rómulo Gallegos

La intensa lucha de Venezuela entre la civilización y la barbarie narrada por Gallegos en Doña Bárbara, aún se mantiene al conmemorarse el pasado 5 de abril, 53 años de la muerte del novelista venezolano.

San Fernando. El pasado 5 abril se cumplieron 53 años de la muerte del novelista Rómulo Ángel del Monte Carmelo Gallegos Freire, mejor conocido como Rómulo Gallegos, autor del clásico de la literatura hispanoamericana Doña Bárbara. Las sabanas de Apure fueron el lienzo de esta novela que se ha reeditado más de 40 veces y convertido en la historia más versionada en la filmografía latinoamericana.

En ocasión de conmemorarse un aniversario más de su partida física, la historiadora “galleguiana” y presidenta de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Cultural del estado Apure, Josefina Alvarado, narra cómo la relación entre el escritor y el llano apureño dio lugar al clásico literario.

“Gallegos fue el hombre que universalizó a Apure con Doña Bárbara y Apure lo universalizó e inmortalizó a él”, expresa la historiadora.

La cuidadora del patrimonial cuenta que, tras su arribo a San Fernando de Apure, el escritor se internó llano adentro, hacia las sabanas de El Capanaparo, por el actual municipio Rómulo Gallegos, homónimo del escritor.

Don Rómulo Gallegos, vino a Apure acompañado por su hermano Pedro y su alumno Saverio Barbarito en las primeras décadas del Siglo XX para conocer el llano y escribir su gran obra Doña Bárbara. Se internan en el corazón del llano, el Paso Arauca, en el hato La Candelaria, que en su obra se llama El Miedo”, relata Alvarado.

A las observaciones de Gallegos en su contacto con el llano apureño, se suma un libro donde se asentaban las faenas diarias, cuyas tradiciones y costumbres enriquecieron la original historia.

Gallegos (Rómulo) conoce al indio otomaco Antonio José Torrealba, quien le entrega unos cuadernos que se usaban para llevar la contabilidad en los hatos. En esos cuadernos Torrealba escribía diariamente todas las faenas del llano de donde el escritor tomó, para su gran obra, tradiciones y costumbres del llano”, cuenta Alvarado.

Alvarado agrega que, después, estos mismos cuadernos, por diligencias del doctor Pedro Elías Hernández, un prominente galleguiano, desde la fundación Rómulo Gallegos del estado Apure, se convirtieron en el diario de un llanero, una compilación de refranes llaneros escritos por don Antonio José Torrealba, llamado El Cunavichero, anfitrión de Gallegos en el hato La Candelaria, en la semana santa de 1927.

“Gallegos se impacta con la belleza del llano, le da rienda suelta a su mágica pluma, al encontrar todos los elementos que le ofreció esta naturaleza de sonidos envolventes llenos de significaciones, lo cautivó el paisaje sabana abierta y tendida, el río Arauca, donde se confundió con los lugareños y tomó agua en una totuma sellando como un pacto de identidad con la tierra que lo universalizó”, describe.

Doña Bárbara más vigente que nunca

Por la fama obtenida con Doña Bárbara, el dictador Juan Vicente Gómez, lo nombró senador por el estado de Apure en 1931, cargo al que lo hizo renunciar, el mismo año, debido a las convicciones democráticas del escritor.

En 1948, más del 80 % de los venezolanos convierte a Rómulo Gallegos, en el primer presidente electo por votación popular y el más votado de todos los tiempos. El escritor sólo ejerció el cargo nueve meses del cual fue separado, a la fuerza, por un golpe de Estado militar liderado por Carlos Delgado Chalbaud.

En 1960, fue elegido como comisionado y primer presidente de la recién creada, para la época, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la que permaneció hasta 1963 y a partir de entonces, se estableció en su natal Caracas hasta su deceso, el 05 de abril de 1969.

La investigadora recalca, además, que Cantaclaro es otro libro escrito al calor de las sabanas de Apure y, junto con ésta, otras obras como Reinaldo Soler, La Trepadora, Canaima, Pobre Negro, Forastero, Sobre la Misma Tierra y La Brizna de Paja en el Viento, que plasman la grandeza y los profundos males de Venezuela.

También evidencian el profundo amor del escritor por el país, su vocación democrática y su determinación a propiciar los grandes cambios del país desde su pluma y los roles que le tocó desempeñar.

“Aquellos grandes contrastes de una Venezuela que se debatía entre la civilización y la barbarie, narrados por Gallegos desde Apure, parecen no haber cambiado”, sostuvo la historiadora apureña.


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