Cada lluvia les recuerda a los vecinos de Cotiza que la alcaldía no ha reparado un tubo que colapsó hace un año

El aguacero de la madrugada del 12 de agosto no dejó dormir a los habitantes del sector Caraballo, en Cotiza, parroquia San José. Hace un año el tubo se reventó y ha provocado el desalojo de al menos 29 familias y el derrumbe de 25 casas.

Caracas. La lluvia de la madrugada del viernes, 12 de agosto, no dejó dormir a los vecinos del sector Caraballo de Cotiza, en la parroquia San José, comunidad al noroeste de Caracas. Sobre todo a los que tienen sus viviendas cerca del tubo de aguas residuales que colapsó hace un año y que ha ocasionado el desalojo de más de 20 familias.

Hace aproximadamente 20 días la maquinaria de la Alcaldía del municipio Libertador derrumbó la casa de la hermana de Jessica, quien habló con Crónica.Uno durante una visita al sector, en julio pasado. En ese momento, su hermana ya sabía que debía desalojar debido a una alerta de funcionarios de Protección Civil.

Foto: Tairy Gamboa

La hermana de Jessica apenas vivió un año en el sector. Quien le vendió la casa, presuntamente por 12.000 dólares, no le advirtió sobre los problemas que ya venía presentando la tubería de aguas residuales que pasa a un costado de la vivienda. La casa era de varias habitaciones y hasta tenía una terraza.

Esa casa era muy bonita, recordó una vecina. La vivienda de la hermana de Jessica era prácticamente la única que quedaba sobre el terreno aledaño al tubo colapsado, en donde han derrumbado más de 20 viviendas.

Foto: Tairy Gamboa

Desde hace meses la estructura presentaba grietas en varias paredes y finalmente hace unas semanas, durante los trabajos de remoción de escombros con maquinaria pesada, una roca grande cayó desde la parte alta del cerro e impactó en una de las paredes.

Ya en ese momento fue inevitable el desalojo, añadió Frank, un vecino cercano cuya vivienda también está en riesgo.

Foto: Tairy Gamboa
Qué ha dicho la alcaldía

Luego de las lluvias del pasado 10 de agosto, Carmen Meléndez, alcaldesa del municipio Libertador, visitó el sector. La respuesta que dio a los vecinos sobre una solución para la tubería colapsada fue que: Tenemos que esperar que el presidente Maduro apruebe los recursos, según los vecinos.

Sin embargo, hasta la fecha y después de un año del colapso de la zona, sigue sin haber una explicación de cuál será la solución y de cuánto tiempo tardará en implementarse.

Foto: Tairy Gamboa

Además, los vecinos aseguraron que los ofrecimientos de la alcaldía, en cuanto a desalojos, son ir a un refugio o asignación de casas en el interior del país. Pero en cuanto a irse al interior del país, los vecinos ni siquiera confían en que eso pueda ser una realidad.

Conozco casos que ni eso les dieron, denunció una de las vecinas.

“No queremos ir a un refugio”

La casa de Frank está al pie del cerro, en un terreno más llano. No obstante, cuando las aguas del tubo aumentan su caudal y se desbordan por toda la pequeña colina, él ve correr con intensidad el agua frente a su casa.

El agua no entra directamente a la casa de Frank, pero sí se mete en el espacio donde está el tanque y la bomba de agua.

Los vecinos de Caraballo, en Cotiza, calculan que el colapso del tubo comenzó hace unos siete años. Pero hace un año, justo en la temporada de lluvias, el tubo finalmente se reventó y desde ese momento ha provocado el desalojo de al menos 29 familias y el derrumbe de unas 25 casas.

Foto: Tairy Gamboa

En ese momento Frank, junto con dos núcleos familiares más que viven dentro de la misma vivienda, fueron trasladados al hotel Vizconde, en la parroquia La Candelaria, en el centro de la ciudad. Allí, los primeros días, hubo atención por parte de la alcaldía, quien corría con sus gastos, incluyendo comida.

Al transcurrir de varios días, Frank y sus familiares dejaron de recibir las comidas y fueron desalojados por incumplimiento de pagos por parte de la alcaldía con el hotel.

Luego de eso nos ofrecieron ir a un refugio pero eso parecía el retén de Catia, explicó Frank.

Foto: Tairy Gamboa

La esposa de Frank recuerda que había un baño por piso y que debía subir muchas escaleras para llegar a los espacios donde los iban a ubicar. Este refugio es llamado La Pomarrosa, y está en Pérez Bonalde, parroquia Sucre. Allí hay familias albergadas desde el año 2012, aproximadamente.

Nosotros no queríamos que nuestros hijos estuvieran en ese ambiente, tenemos niños pequeños de menos de un año. En total somos 10 personas, entre ellos tres menores de edad. No queremos ir a un refugio, recalcó Frank.

Foto: Tairy Gamboa

Frank y el resto de las familias permanecen en la vivienda en el sector Caraballo de Cotiza. Con la lluvia de del viernes, 12 de agosto, que comenzó como a las 2:00 a. m., no pudieron dormir.

Cada vez que llueve las mujeres se ponen más nerviosas y no queda otra que tratar de calmarlas. Es difícil vivir con esta zozobra. Nosotros lo que pedimos es que busquen una solución para esa situación, agregó Frank.

Foto: Tairy Gamboa
Muros en las puertas

Del otro lado de la calle está un edificio. Sus habitantes construyeron un muro de cemento en la entrada principal para evitar el paso del agua. Pero baja tanta agua que igual sobrepasa la altura del muro, por lo que en las puertas de los tres apartamentos de la planta baja no quedó otra opción que también construir más muros.

Imagínate que después de una vida entera viviendo aquí nos digan de un día para otro qué tenemos que desalojar, nosotros no nos queremos ir a un refugio, expresó Eddy Lucena, vecina de Cotiza.

Foto: Tairy Gamboa

En la casa de Pedro también hay un muro en la entrada que evita que el agua pase, aunque igual se cuela un poco. Su vivienda está alejada del tubo colapsado, pero igual el lodo y los escombros han tapiado la entrada cuando llueve fuerte en la zona.

Durante la mañana de este viernes Pedro y su esposa estaban tratando de limpiar la tierra que quedó de la lluvia de la madrugada. Pedro contó que uno de los problemas es que el cerro por donde baja el tubo es un relleno construido hace varias décadas para la construcción de la vía que pasa en la parte alta.

Luego, con el tiempo, construyeron muchos locales y viviendas sobre ese terreno que no estaba apto para tanto peso. Además las casas conectaron sus aguas residuales con el tubo que transporta las aguas desde Mecedores (parroquia La Pastora), expresó Pedro.

Foto: Tairy Gamboa

Los vecinos de la zona han perdido la cuenta de cuántas veces ha llovido y las cuadrillas de la Corporación de Servicios Municipales de Libertador deben acudir a Cotiza para remover el lodo y los escombros. Además, el desbordamiento de las aguas servidas genera un fuerte mal olor por toda la calle.

Después de una lluvia todo esto queda oliendo a baño de taguara, describió Pedro.

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