Mariana Rondón viajó al país recientemente. Habla sobre Contactado, una película sobre creyentes y abuso de poder. Acaba de filmar una obra, una película de la diáspora repartida en varias partes.

Caracas. En abril Mariana Rondón estuvo en el país. Vino a visitar después de tres años. También poco antes del estreno en Venezuela de Contactado, la más reciente película de Marité Ugás, obra de la que es guionista y productora.

Rodada en Perú, donde reside, cuenta la historia de Aldo (Baldomero Cáceres), quien en su juventud fue el famoso líder de un grupo que le rinde culto a los extraterrestres. Retirado y ensimismado, se entusiasma para volver al ruedo debido a un joven que dice ser su admirador. 

Así comienza un viaje a lugares que fueron su esplendor como predicador, a personas que formaron parte de su dinámica y poder. Contactado está en salas del país desde el 4 de mayo de 2023.

Mariana Rondón
La cineasta reflexiona sobre los nuevos fenómenos del venezolano en el cine Foto: Manuel Díaz
Contactado tenía un recorrido de certámenes en 2020. Estaba la participación en el Festival de Cine de Tribeca, por ejemplo. Pero llegó la pandemia. ¿Qué tanto los afectó?

–Muchísimo. A tres días de subirnos en el avión para Tribeca, nos encerraron. En ese momento pensábamos que en 15 días volvíamos, que eso no duraría más de un mes. En Perú fue muy fuerte. Estuvimos seis meses sin pisar la calle. Siempre apostamos por las salas de cine, y no por las plataformas.

Por suerte, Noruega es coproductor de la película, y allá pudo exhibirse en salas. Después en Brasil llegó un momento para mostrar. Sin embargo, llegó un momento en el que las salas estaban abiertas, pero la gente no estaba dispuesta a ir. Fueron demasiadas muertes. Entonces hicimos lo mismo que Tribeca, que abrió funciones en las calles de Nueva York. En Perú imitamos el modelo. Hubo proyecciones de muy alta calidad, incluso en los mismos escenarios de la película. Estuvimos en las pirámides, por ejemplo. Fue una manera distinta de ver el cine. Fue también agradecer por estar vivos. Hubo parte del equipo que falleció. Finalmente, la gente pudo salir a hacer algo y no tener miedo.

¿Qué hecho inspiró la creación de este personaje y todo lo que ocurre en Contactado?

–Cuando Marité me dijo que deseaba hacer una película sobre extraterrestres, y empezamos a hacer la investigación documental, vimos fascinante la manera en la que los peruanos creen en los extraterrestres. Hay una combinación con todo el universo andino. Para ellos es parte de lo mismo.

No lo ven como seres ajenos, sino como seres que han estado ahí siempre. Esa noción de que nosotros somos ellos. Luego nos metimos en un mundo más complejo, que es el de los predicadores, el de los abusadores de la fe ajena. Ahí me sentí más en casa, más cerca de entender el mesianismo y el abuso de poder en toda su magnitud. Filmamos en lugares realmente que parecen un documental. Esos templos existen, gente que está creyendo, personas muy necesitadas. Me hizo clic. Ahí entré.

 Claro, ya es un tema más espinoso…

–Sí. Tampoco interesa volver a este personaje el malo de la película, sino verlo en todas sus fisuras. Observar cómo hace lo que termina haciendo. No como disculpa, sino para entrar en el terreno del ser humano.

Vemos al personaje de Aldo muy roto. Alguien que perdió esa estructura de lo que fue, que se dio por vencido hasta que surge una aparente nueva oportunidad.

–Sí, pero lo vemos cometer los mismos errores de la vanidad, del poder. Empieza a crecer rapidito.

Hay un narcisismo interesante.

–Hay un monstruo evidente, está adentro. Va con todo.

La proyectaron en Noruega, ante un público tal vez distante a la realidad nuestra. ¿Cómo evalúa las respuestas entre ellos y la del público peruano?

–Los noruegos se comportaron igual a los peruanos después de los 15 minutos. Todos tenían algo que contar, tanto de alguien que abusó de poder como de alguna estrella que vieron. El peruano estaba entregado desde el principio. Cree profundamente en todo. Llegaban los creyentes con atuendos, con todo. Era muy impresionante. El viaje de Contactado va desde las estrellas hasta el útero materno.

El personaje de la madre es importante en la estructura de Aldo.

–Sí

Ahora también vemos el personaje de Samantha Castillo, totalmente venezolano en esa historia. Hay una intención de ustedes clara, determinante. Tal vez responde al cambio de la dinámica social en Perú.

–Total. Eso es una invasión, para bien o para mal. Sin juicio. Hay una invasión. El que no sabía cómo era un venezolano, ya lo sabe. Es un choque cultural. Es infinita la cantidad de gente de Venezuela que hay, y cómo entra en este tejido andino, esta cosa caribeña. Cuando hicimos Contactado apenas comenzaba a ocurrir. Creo que de ese tema hay mucho que contar, sobre lo que ha pasado y lo que seguirá pasando. Por supuesto, pasa por etapas muy trágicas, como en este momento. No queríamos dejar de hablar sobre eso.

Mariana Rondón
La cineasta es también la directora de Postales de Leningrado Foto: Manuel Díaz
Entiendo que para el público peruano Contactado significó el regreso de Baldomero Cáceres después de más de 10 años de haberse dedicado a otras cosas

–Para el peruano fue darle una dimensión como la del personaje, ese regreso de una estrella.

¿Contaron con personas creyentes de los extraterrestres para la película?

–Sí. El pueblo que aparece, los templos, toda esa parte es documental.

La necesidad del ser humano de creer en algo, ese fervor por hallar una explicación a la existencia…

–Y a su trascendencia. Es muy complejo porque debes acercarte. Tratamos de hacerlo sin juicio. Poder cuidar a esos personajes. Si pudiera hablarse de un juicio, sería hacia el que abusa de eso, pero nunca a los creyentes. Las necesidades son tan grandes… La estructura de estos predicadores es como la de un partido político. Son muchos. No es tontería. Creo que pasa con todas las religiones.

¿Hubo alguna reacción en contra por parte de algún grupo?

–No. Creo que como coincidió con el momento de la pandemia… Nos encontramos mucho más necesitados que antes. Después de ese año aterrador en el que moría tanta gente…

¿En qué año se filmó la película?

–En 2019.

¿Desde qué año rondaba esta idea?

–Como unos tres años antes. Cuando estás en Perú te das cuenta de lo fuerte que es el tema. También ocurre en Chile, donde hay una ruta de observación de ovnis. Para nosotros es muy ajeno como fenómeno.

Hábleme de lo que usted pensaba qué encontraría antes de escribir y lo que vio en el trabajo de campo

–El trabajo de investigación es muy arduo. Ya es material en la mesa de trabajo para escribir. Pero es verdad que cuando llega una cámara al rodaje, las cosas cambian. Todo el mundo se llena de un histrionismo que ni ellos mismos conocían. Hay que dejarlo fluir. Eso ya no es trabajo del guion, sino de dirección. En tal caso, yo también como productora cuidaba mucho de que Marité tuviera un espacio donde todo fluyera y nada la interrumpiera. La idea también era que la mecánica de rodaje no se impusiera a los seres humanos. Eso sí es complejo. Quitar las articulaciones de los equipos de rodaje, que son vanidosos e invaden todo. Cómo cuidar los espacios en los que hay un ser humano que está viviendo un proceso. Todo eso, si no lo investigas mucho, no sabes qué te pasará en el rodaje. Por eso debes saber cómo articularlo con la ficción que escribes.

¿Desde cuándo no venía al país?

–Desde diciembre de 2019, justo antes de la pandemia. No podía venir por eso. Tampoco tenía pasaporte.

En septiembre se cumplen 10 años de la Concha de Oro a Pelo malo. ¿Cómo ve en retrospectiva lo que ha ocurrido?

–No puedo creer que hayan pasado 10 años. (Ríe). Lamento no haber filmado mucho más. Lamento no haber tenido país durante tanto tiempo. Eso de no tener país es lo que impide que filmes. No es solo una cuestión de dinero, sino de no tener la fuerza para filmar lo que está pasando. A lo mejor soy solo yo la que no tuvo esa fuerza. La reflexión es esa. Lamento no haber podido filmar durante este tiempo.

Imagino que hay historias engavetadas…

–Sí, sí. Incluso, hay historias filmadas.

¿Cuándo podremos verlas?

–Bueno, lo que se demora una posproducción. (Ríe).

Mariana Rondón
También fue guionista de El chico que miente, de Marité Ugas Foto: Manuel Díaz
En estos días hablé con Nico Manzano, el director de Yo y las bestias. Reflexionaba sobre que tal vez el final de su película pudo haber sido diferente. ¿Cambiaría algo de Pelo malo?

–Yo cambiaría todo siempre. Por eso no las veo más. Llega un momento en el que dices ya. Eso fue lo que pude hacer en ese momento. Habla mucho del contexto que uno vivió. No es tratar de hacer de la obra una excelencia, sino de que hable de un período. En otra ocasión no lo haría así. No la puedo intervenir desde otro tiempo y lugar. Sería un error. Pelo malo respondía a algo muy violento, a una necesidad que tenía. Desde que la escribí hasta que la estrené no pasó un año. Es una película de ese momento. No la debería cambiar. Podría ser mil veces mejor, claro que sí, pero es lo que es. Representa esa ocasión.

Es una película de nuestros tiempos. Sin dudas cuando se hable del cine venezolano de los años recientes, Pelo malo siempre tendrá que ser nombrada

–Tiene que hablar. Está tratando la angustia que tenía en ese momento, de la violencia en el país que sentía. No es que no la siento ahora, pero en este momento es otra y la percibo de otra manera.

¿Está nueva historia filmada donde se desarrolla?

–He filmado en todas partes. (Ríe). Donde conseguía dinero para filmar, ahí lo hacía. Eso es lo que he hecho. Es mi Frankenstein, lo que soy en este momento. Soy unos pedazos repartidos por todas partes.

Una película de la diáspora…

–Total, es una película de la diáspora que trata de hablar de este lugar, pero que no puede hablar en este lugar. Entonces, tiene esa extrañeza. Hace apenas un mes que terminamos de filmar. Culminamos y me vine. Contactado es parte de ese cine de la diáspora. No sé en cuantos concursos que he sido jurado, gente que me he encontrado por ahí, está haciendo películas sobre Venezuela, con Venezuela y venezolanos. Empiezan a hablar de nosotros de otra manera. A lo mejor no puede ser acá, pero es parte de eso. Contactado es tal vez una de las primeras aunque esté saliendo después de la pandemia.

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