Recomiendan que las unidades del Estado (Sitssa, TransMiranda, Metrobús) sean incorporadas a las rutas urbanas de la ciudad con el fin de darles un respiro a los usuarios.

Caracas. Como un “desorden financiero” definió Luis Alberto Salazar, presidente del Comité de Usuarios del Transporte Público, lo que se vive desde el año pasado con el precio del pasaje en la Gran Caracas. Salazar denunció que la situación económica del país impide definir un valor real de la tarifa, sumado a la falta de voluntad, por parte del Estado, para resolver el problema.

Tarifas por encima de la oficial, división de rutas e irrespeto al cobro del pasaje preferencial son parte de los problemas que viven usuarios todos los días en medio de una crisis económica y social sin precedentes. El precio del pasaje, en la mayoría de los casos, es aumentado a discreción por los conductores y los colectores.

Salazar criticó que ni la Defensoría del Pueblo ni el Ministerio de Transporte le hagan seguimiento al estado en que se encuentra un servicio que, ante los problemas que atraviesa el Metro de Caracas, es usado cada día más por los caraqueños, aunque suponga un duro golpe a sus bolsillos.

El Comité de Usuarios calificó de “inviable” el constante aumento de las tarifas dado que “no hay liquidez monetaria”, pues algunos bancos no tienen efectivo suficiente para quienes quieren retirar, y otros tan solo dan 10.000 o 20.000 bolívares diarios.

Es por ello que recomiendan que las unidades del Estado (Sitssa, TransMiranda, Metrobús) sean incorporadas a las rutas urbanas de la ciudad con el fin de darles un respiro a los usuarios. Sin embargo, el deterioro y la falta de mantenimiento mantiene en funcionamiento a tan solo 45 unidades de Metrobús, mientras que los autobuses Yutong siguen llenando los “cementerios” tanto dentro como fuera de Caracas.

Rutas incompletas y adiós al pasaje preferencial

Carmen Idrogo, vicepresidente de la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados de Venezuela, criticó que muchos autobuseros hagan el recorrido incompleto de sus rutas, con el fin de desalojar las unidades en un punto y volver a llenarlas para llegar a otro destino.

Resaltó que a la falta de efectivo se le suma que casi ningún transportista cobra pasaje preferencial a ancianos y estudiantes, razones que impiden su movilidad, pues sus ingresos son insuficientes para cubrir los gastos de transporte público.

Ambos coinciden en que el ministerio hace pocos esfuerzos por defender a los usuarios, pues temen que, si se paraliza el transporte, las autoridades no tengan plan de contingencia o forma de sustituirlo.

Hablan los transportistas

Las declaraciones de representantes del Comité de Usuarios del Transporte Público fueron ofrecidas a las afueras de la estación Bellas Artes del Metro, justo al lado de una parada de camioneticas que van hacia el oeste de la ciudad.

Las molestias no se hicieron esperar por parte de los choferes, quienes reclamaron el hecho de que los usuarios critiquen el aumento del pasaje y no de los alimentos y otros productos.

Señalaron que, mensualmente, deben destinar alrededor de 200 dólares al mantenimiento de cada unidad, lo que incluye cambios de aceite y compra de cauchos y otros repuestos, que anteriormente eran subsidiados por el Estado.

“Tú vas guardando el dinero y, cuando vas a comprar el repuesto, ya aumentó de precio. Eso pasa todos los días y no es responsabilidad ni del chofer ni del usuario, hay que atacar el problema desde arriba”, indicó un transportista que prefirió resguardar su identidad.

Sin embargo, y pese a que desde el Comité de Usuarios han hecho llamados a reunirse con los gremios del transporte para discutir sobre el pasaje, los mismos no han rendido frutos pues, aseguró Luis Salazar, todavía hay un grupo que sigue recibiendo subsidios del Estado.

Dependiendo del lugar de residencia y de trabajo, un ciudadano puede gastar más de 10.000 bolívares diarios (ida y vuelta) en transporte público dentro de la ciudad, más de un día de salario mínimo.


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