“Como enfermera, ayudar a otros se ha convertido en un riesgo demasiado alto y en un costo aún mayor”

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Cada 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermería, pero para las enfermeras caraqueñas, más bien es un día triste porque están de luto por los compañeros que han visto morir a causa de la COVID-19.

Caracas. Durante los últimos años que Ivette Hernández trabajó como enfermera en el hospital Dr. Miguel Pérez Carreño, en La Yaguara, lo que más le afectaba eran las condiciones de los baños. Todos estaban sin agua, tapados por heces y orina, las puertas no tenían seguro, estaban sin luz porque los cables estaban pelados y sabía que siempre tenía que salir de su casa con dos envases de agua y un rollito de papel higiénico.

Esa situación, aunada a un montón de dificultades como su bajo salario, hizo que renunciara al hospital luego de 11 años de servicio. Aprovechó que en algún momento pudo comprarse un carro y comenzó a trabajar de taxista. Otras veces, trabaja por su cuenta cuando algún paciente conocido la llama para ponerle tratamiento en casa.

Hace días la llamó una amiga, que también es enfermera, para decirle que estaba hospitalizada en el hospital Dr. José María Vargas, en el municipio Libertador de Caracas. Le pidió que la acompañara e Ivette aceptó. Cuando fue a ese centro de salud, encaró la realidad de la que había preferido olvidarse: una infraestructura abandonada, falta de insumos médicos, enfermeras sufriendo en los pasillos y unos baños que estaban tapados con excremento y basura desde el desagüe del piso hasta el lavamanos.

En una oportunidad, la amiga de Ivette le pidió que la acompañara al baño. Como no había puerta, Ivette tuvo que hacer una cortina improvisada con una toalla. La compañera hizo sus necesidades en un pote de comida y en una bolsa plástica, que tuvieron que botar afuera del hospital. Esa situación les dio impotencia por la situación que están viviendo las enfermeras y los pacientes.

Imagínate que estés en tu lugar de trabajo y lo más privado, que es ir para el baño, sea una tortura. Pero también imagínate que seas paciente, te sientes mal, y tienes que pasar por eso, lamentó Ivette.

Foto: Luis Morillo

Cada 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermería, pero para Yoleidis Navarrete, enfermera de la Maternidad Concepción Palacios, más bien es un día triste porque están de luto por los compañeros que han visto morir a causa de la COVID-19. Según cifras de la ONG Médicos Unidos de Venezuela, hasta este 12 de mayo son un total de 557, de los cuales 111 son del personal de enfermería.

Las enfermeras aprovecharon la conmemoración de su día para protestar en Plaza Caracas. Las pancartas y consignas hacían referencia al sueldo que reciben que no supera los 7,4 dólares al cambio en bolívares. Y gritaban que “están pelando” y que sus “uniformes ya no están blanquitos”.

De acuerdo con los datos de Médicos Unidos de Venezuela, las entidades que tienen mayor número de muertes del sector de enfermería es Caracas con 22 decesos, seguida por Zulia con 15 y Carabobo con ocho. Sin embargo, esta organización ha tenido que basarse en reportes clínicos, epidemiológicos y algunas veces de laboratorio por las dificultades de diagnóstico que se siguen presentando en el país

Pero qué vamos a esperar si a nuestros compañeros se les niega la atención contra la COVID-19 en sus propios centros de trabajo, denunció Navarrete.

Foto: Luis Morillo

Navarrete detalló que, en el caso de la Maternidad Concepción Palacios, las habitaciones para las enfermeras “dan pena” y las camas están podridas con olor a orine de gato. En su guardia nocturna hay más de 100 enfermeras en nómina, pero solo están asistiendo 30 para ocho servicios. Incluso, su última quincena, que debería tener un bono del 30 % por trabajar de noche, fue de 8 millones de bolívares.

En esa misma maternidad ubicada en la avenida principal de San Martín se concentraron este 12 de mayo. Las enfermeras que se reunieron en la puerta del centro de salud resaltaron que lo único que tienen que celebrar este miércoles es “la vida” porque agradecen a Dios que no les ha tocado morir por contagiarse de COVID-19 o de cualquier otra patología. 

Ayudar a otras personas se ha convertido en un riesgo demasiado alto y en un costo aún mayor, denunció una enfermera del materno infantil de Caricuao.

Foto: Luis Morillo

Para Gleysi Da Luna, la rutina de una enfermera comienza con salir de casa, muchas veces dejar a sus hijos sin comer, ir a pie hasta el centro de salud y explicarle a los pacientes por qué no los pueden atender ante la falta de insumos o porque están priorizando lo poco que tienen entre las personas hospitalizadas según su gravedad.

Las enfermeras también exigieron al Estado que se termine de vacunar al personal de salud. Nicolás Maduro aseguró la noche del 11 de mayo que para agosto estará vacunado el 70 % de la población venezolana, pero el sector salud manifestó su miedo de que esto sea una meta más que no se cumpla. La última actualización —del 5 de mayo— de la plataforma de Organización Panamericana de la Salud (OPS) para hacerle seguimiento a la vacunación en la región contra la COVID-19 indica que en Venezuela solo se ha inmunizado a 0,8 % por cada 100 habitantes con un total de 230.000 dosis.

Enfermeras de otros centros de salud de la capital, como del Hospital Universitario de Caracas, y del país en entidades como Miranda, Carabobo y Trujillo también aprovecharon su día para protestar. Las exigencias de un salario digno y de mejores condiciones laborales las están haciendo desde el año 2018 y aún siguen sin respuesta real del Estado.

Foto: Luis Morillo
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Foto: Luis Morillo

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