La queja de los choferes del transporte público para obtener el gasoil también se escucha entre no pocos gandoleros y conductores de otros vehículos de carga que trasladan mercancías básicas a la región. Las largas colas se observan en la avenida Soublette, principal arteria vial del Litoral Central.

La Guaira. “Con eso que logramos de gasoil después de dos días de cola solo podemos dar dos o tres vueltas”, relató Armando Pérez, avance de un autobús de la ruta local Catia La Mar-Caraballeda.

Su testimonio se replica cuando se abordan otras unidades de las distintas líneas privadas del transporte público en la región, donde solo hay dos estaciones de servicio habilitadas para surtir el gasoil: en la zona de carga del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía y en el sector Puerto Viejo de Catia La Mar, ubicadas en el oeste del Litoral Central.

La merma de este combustible preocupa a los conductores, dado que no solo no pueden prestar el servicio público, sino que también se enfrentan al malestar creciente de los usuarios, que desde tempranas horas de la mañana abarrotan las paradas.

Todo esto es muy complicado para trabajar: la falta de gasoil detiene nuestro trabajo y perjudica a la gente que no puede movilizarse a sus diligencias”, señaló Alonso Cartaya, chofer de un encava que cubre la ruta entre La Guaira y Tanaguarena.

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La falta de combustible también afecta a los usuarios del transporte público. Foto: Cortesía Diario La Verdad de Vargas

Cartaya ha tenido que dormir en hamacas y hasta debajo del bus de su propiedad, a fin de “echar apenas 100 litros de gasoil”, lo que le impide laborar más de dos días seguidos en una semana.

Preferencia color verde

Desde principios de febrero se han observado estas aglomeraciones de vehículos pesados, gandolas, camiones y colectores en procura del gasoil en las inmediaciones de la avenida Soublette, cerca del principal aeródromo del país.

Los afectados cuestionaron las extensas filas de buses todos los días, tras ser ignoradas sus peticiones para una atención preferencial, la cual también ha sido demandada por el transporte de carga de productos alimenticios.

“Uno no entiende cómo las autoridades de la ZODI (Zona de Defensa Integral) impiden ese trato preferencial a quienes prestamos un servicio público tan importante, que ellos mismos califican de estratégico”, dijo Cartaya.

A su lado, un gandolero proveniente de Bejuma (estado Carabobo) afirmó que surten más de 100 litros de gasoil “a los carros de quienes se bajan con los 50 dólares que piden los militares y sus cómplices”.

En las horas de espera no aparecen los grupos de motorizados y vehículos de la policía regional y municipal, por lo que los conductores quedan expuestos a la acción del hampa.

Aquí no se para un policía por nada; supongo que ellos no pueden entrometerse en el negocio de los militares”, se quejó Luis Bernardo Mayora, un avance de un bus de la ruta hacia Carayaca, localidad del oeste del estado.

Mayora indicó que hay solo cinco buses para transitar la carretera nacional hacia Carayaca, donde la estación de servicio no surte el combustible desde el año pasado.

“La gente de Carayaca, que ya de por sí vive alejada de La Guaira, pasa mucha roncha porque madruga de gratis para agarrar un bus, y ahora tiene que esperar muchas horas en el terminal de La Zorra (Catia La Mar) para regresar a su casa en una unidad que haya cargado gasoil, luego de varios días en cola”, agregó.

Funcionarios del Instituto Municipal de Vialidad y Transporte Colectivo, adscrito a la Alcaldía del municipio Vargas, calcularon la actual circulación en vías principales y troncales en aproximadamente 30 autobuses, de los cuales ocho cuentan con el subsidio estatal (marca Yutong).

De acuerdo con los usuarios, en ninguno de esos ocho “rojitos” (como los denominan popularmente) se aplica el sistema de pago digital del pasaje, anunciado a mediados de febrero de este año por el alcalde de Vargas, José Alejandro Terán.


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