Vecinos de ese sector, ubicado en el municipio Guaicaipuro, estado Miranda; denuncian la desorganización y la mala ejecución de los proyectos y las funciones de las personas encargadas de dirigir la instancia. En 2014 debieron realizar las elecciones correspondientes para elegir o reelegir las autoridades.
Caracas. “Son demasiados los problemas que tenemos en nuestra comunidad con el Consejo Comunal La Peñaloza ‘Tierra de Vencedores’. Esa organización se conformó en el 2010 y en el 2012 se actualizaron de nuevo las autoridades, pero ya estamos en 2016 y nada que se hacen otras elecciones. Son más de 30 integrantes, pero con ellos no se puede conversar”, denunció José Felix Carrillo, habitante de La Peñaloza, sector ubicado en la localidad de Paracotos, que pertenece al Municipio Guaicaipuro, estado Miranda.
Según Carrillo, en La Peñaloza hay 132 familias que viven en 102 casas. Él, junto con otros habitantes, ha intentado en varias oportunidades reunirse y desarrollar mesas de trabajo con Bertha Villanueva, vocera principal del Consejo Comunal y los demás miembros de esa instancia, pero en ninguna ocasión logró su cometido.
La Ley Orgánica de Consejos Comunales, en su artículo 12 establece que: “Los voceros y voceras de las unidades que conforman el consejo comunal durarán dos años en sus funciones, contados a partir del momento de su elección y podrán ser reelectos y reelectas”. Sin embargo, en esa organización comunal no llevan a cabo elecciones desde el año 2012, por lo que Villanueva tiene dos años como vocera principal de forma ilegal.
Asimismo, el texto legal determina en su artículo 14 que: “Son deberes de los voceros y voceras del consejo comunal la disciplina, la participación, la solidaridad, la integración, la ayuda mutua, la corresponsabilidad social, la rendición de cuentas, el manejo transparente, oportuno y eficaz de los recursos que dispongan para el funcionamiento del consejo comunal”; pero Carrillo asegura que tanto Villanueva como otros miembros del Consejo de La Peñaloza los han agredido de manera verbal, violando la norma antes citada.
“No nos atienden. Incluso han llegado a faltarnos el respeto. Lo que queremos es más organización, porque la bolsa de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) no llega con frecuencia, tampoco las ayudas económicas que prometieron a las madres”, expresó Carrillo.
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El habitante del sector aseguró que lo que le motiva a ayudar a su comunidad son los niños que viven en La Peñaloza. Dijo que la mayoría de las personas que residen ahí son de bajos recursos económicos, por lo que el alto costo de la vida les impide comer tres veces al día.
“Todos los niños que viven aquí pesan menos de lo que deberían conforme a su edad, pero hay 4 o 5 que están desnutridos. Ahorita están de vacaciones y sus padres no pueden darles las tres comidas, cuando estaban en la escuela comían pero ahora pasan hambre”, aseveró y además informó que un adulto mayor, vecino de la zona, también enfrenta ese problema luego de sufrir un accidente cerebrovascular.
El grupo vecinal coordinado por Carrillo ha buscado asistencia en diferentes entes tanto públicos como privados, pero no les han dado respuesta. Fundacomunal es una fundación adscrita al Ministerio para las Comunas y los Movimientos Sociales, a la que acudieron los habitantes de La Peñaloza, sin embargo, este organismo público tampoco les contestó.
Más problemas
Aunque la problemática principal de los residentes de la zona es la desorganización con la que funciona el Consejo Comunal, también hay otras dificultades que quieren resolver a la brevedad posible.
“Para transportarnos solo contamos con tres unidades que van hacia Caracas y dos a Los Teques. Solo estamos a una hora de la capital, y tenemos que levantarnos a las 3:00 am para llegar temprano a nuestros lugares de trabajo”, comentó Carillo.
En La Peñaloza no tienen gas directo, de manera que se surten de lo que les venda el camión que no tiene una fecha específica para hacer su recorrido. “Podemos pasar hasta 15 o 20 días sin que pase el camión”, aseguró.
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El problema con el servicio de agua potable es un dolor de cabeza más para los vecinos, ya que tienen dos semanas sin agua porque se dañó la bomba que administra el líquido en la comunidad. Carrillo señaló que, aunque Hidrocapital se presentó con sus cuadrillas de trabajo a solucionar el problema, los trabajadores dijeron que necesitan repuestos nuevos. No obstante, los que les dan son usados y, a su vez, no hacen mantenimiento porque no cuentan con las herramientas.
“También se suma la delincuencia, que hace de las suyas por el precario alumbrado público que hay en la zona”, detalló Carrillo. Sostuvo que él y los vecinos más afectados se mantienen a la espera de una respuesta rápida por parte de los entes correspondientes.
Foto: Angeliana Escalona
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