Cría y venta de peces de acuario se convierte en un boom que da de comer a familias marabinas 

peces de acuario

Desde que comenzó la pandemia de COVID-19, en el oeste de Maracaibo más de 40 personas se dedican a criar y vender peces de acuario para poder sobrevivir. La proliferación del negocio, que llevan adelante vendedores ambulantes de estas mascotas ideales para los niños, que ahora pasan la mayor parte del tiempo en casa, representa el resuelve de muchos marabinos que cambian hasta dos ejemplares por un kilo de alimento.

Maracaibo. Reparar artefactos eléctricos en casa fue el sustento de Víctor Ortega y su familia en los últimos años, sin embargo, con la llegada de la pandemia de COVID-19, cada vez menos personas requerían sus servicios, por lo que, tras un giro inesperado, ahora se dedica la cría y venta de peces de acuario. 

En agosto de 2020 su esposa Nathalí compró un par de peces de acuario a un joven que caminaba por el sector Doble Vía en el oeste de Maracaibo. La joven madre pensó que llevarlos a casa alegraría a sus dos pequeños de 4 y 7 años.

El incentivo no solo fue para los niños, sino también para Víctor, su esposo, que de inmediato le buscó una pecera, una bomba de oxígeno y unas semanas después comenzó a comprar más peces como mascotas para sus hijos. Aunque el cuidado de los peces era cada vez más demandante, se dedicó a criarlos, y cuando logró tener variedad pensó en sacarle provecho y devengar dinero de ello.

En el oeste de Maracaibo es común desde finales de 2020 ver a hombres y niños caminando por las avenidas con peces caseros en frascos de vidrio cambiándolos por un producto de la cesta básica, o recibiendo un dólar por un par de guppy, la especie más común. 

Las personas que tenían sus peceras guardadas las sacaron de nuevo. Creo que la proliferación de los criadores y los que salen a la calle a vender peces a precios accesibles ha llamado la atención de niños y padres, porque aunque no lo parezca hay adultos a los que también le gustan los peces; además, es una manera de tener entretenidos a los niños en casa con esta pandemia, por eso tenemos el boom con los acuarios en Maracaibo”, dijo Víctor.

Una vez que Víctor se armó con varias especies, buscó otros criadores de la zona para compartir ideas, aunque dice que investigar en internet lo ha ayudado mucho sobre la cría, alimentación, reproducción y ecosistema. El intercambio de conocimientos con más de 40 criadores que hay en el oeste de Maracaibo fue esencial para sostener el negocio con lo poco que tiene.

Una faena agotadora

El día de Víctor comienza a las 6:00 a. m. Sale a pie con un tobo, un morral y un colador a recorrer varias cañadas donde consigue artemia, un crustáceo braquiópodo que habita en aguas salobres y se usa como alimento larvario para los peces de acuario. 

peces de acuario
En la actualidad, en vista de los dividendos que produce el negocio, existen más de 40 criadores de peces de acuario en Maracaibo. Foto: José Núñez

Entre risas el padre de familia soltó: “Ese es el trabajo sucio del criador, uno sale lleno de barro de las cañadas. Yo tengo tres fijas, que son El Cotoperí, al fondo de los edificios Las Acacias, y en La lagunita, de ahí estamos sacando la comida”.

El proceso, según explicó, comienza filtrando el alimento y depositándolo en un envase con poca agua. Al llegar a casa nuevamente pasan por un proceso de lavado para retirar el agua sucia, gusanos, larvas de libélula y limo que puedan tener. 

La artemia debe colarse al menos tres veces para evitar daños a los peces. Este tipo de alimento aumenta la reproducción y aviva los colores de especies como las bailarinas y betas. 

La humilde casa de la familia Delgado se ha convertido en un acuario rudimentario gigante, en cada rincón hay una pecera hecha de neveras viejas que Víctor ha recolectado también en las cañadas.

“Al principio traía mucho chéchere para la casa, porque cuando salía a buscar el alimento y veía una nevera botada en un basurero me devolvía esmollejao, buscaba una carretilla y me la traía. Así fui armando poco a poco el acuario. Ahorita voy a reparar un tanque para colocar especies nuevas, porque las neveras ya no me dan abasto”, adelantó el padre de familia, que piensa incluir peces koi en su stock.

Mientras Nathalí trabaja como cajera en un minisupermercado, él se encarga también de sus hijos, alterna las ventas y los cuidados de las peceras con el desayuno, las tareas y el almuerzo de sus hijos Dominic y Leonel.

El trueque por peces 

Orgulloso, Víctor aseguró que su nevera está “llena de arroz y harina”, y que sus hijos comen hasta cuatro veces al día desde que vende peces de acuario. El valor del producto es igual a un dólar, por lo que cambia dos o tres peces por un cereal. 

La mayoría de los dólares que recibe vienen de los vendedores ambulantes a los que les ofrece hasta cuatro peces por un dólar y ellos los venden por par. Solo en el oeste de Maracaibo se calcula que hay más de 30 vendedores ambulantes. 

Pero también hay otros precios. 

“Se venden a partir de un dólar, depende del tipo de pez y el tamaño van variando los precios. Ejemplo los guppy, doy tres por un dólar, porque se reproduce mucho y por eso damos mayor cantidad. Pero hay peces que cuestan dos dólares, como el escalar, los tigritos valen tres dólares, las bailarinas grandes valen cinco dólares cada una, chiquitas doy tres por un dólar”, detalló.

Víctor también tiene otros aliados que cambian especies con él cuando crece la demanda, como en el caso de las monjitas amarillas, una de las más buscadas. También hace peceras con otro amigo y una vez en casa las pule, les hace trabajo de cristalizado y arma pequeños acuarios que vende hasta por 70 dólares con peces incluidos.

Mi ingreso varía, igual que todo en el comercio, lo que más veo es cambio por artículo. Pero diario hago al menos cinco dólares mínimo. Pueden ser más, como la semana pasada que vendí dos peceras con todo el acuario y me gané 70 dólares, pero igual que todo hay días buenos y días malos”, contó Víctor mientras revisaba algunas plantas que también vende.

Para todos los gustos

Recalcó que los peces de acuario son económicos.

“Una pecera puede costar desde tres dólares en adelante para meterle dos o tres pececitos, y ya con eso vas comenzando, si no quieres gastar mucho dinero y si no quieres gastar mucho tiempo en lavarlos”, dijo.

Ofrecer un servicio cada vez mejor es el afán de Víctor.

Siempre queremos que el cliente quede satisfecho, que si se lleva una pecera, nosotros mejoramos ese acuario con su tapa, luces y otros elementos para hacerlo más acogedor para los peces y así motivo al cliente”, indicó.

El criador quiere a futuro construir un lugar más grande para agrandar su negocio. Afirmó que jamás imaginó convertirse en criador, pero que lo hace con pasión y esmero.

“Gracias a Dios estamos evolucionando con el negocio por eso poco a poco busco la forma de ser mejor cada vez”, dijo el joven.

Actualmente, Víctor tiene más de 2000 peces de 12 especies diferentes en sus estanques artificiales, con caracoles y algas. Su única limitante es la falla en el suministro de agua por tubería, que llega a su barrio cada 15, 20 o 30 días, sin embargo, para eso también tiene una solución.

“Cuando no hay agua uso las bombas sumergibles con una manguera y filtro el agua con goma espuma. Hago una especie de colador y así me duran más las peceras hasta que llega el agua”.

Este negocio relativamente nuevo en Maracaibo trasciende espacios, debido a que ya hay niños que desde su casa se ganan la vida vendiendo o cambiando productos a otros niños por peces. 

En las barriadas del oeste marabino son varias las casas que tienen un cartón en el frente ofreciendo de dos a cinco peces por un dólar y aclaran: “O cambiamos por productos”. Mientras cada quien se las ingenia para ganarse la vida, Víctor agradece poder llevar el pan a su casa en medio de la crisis económica que atraviesa el país.


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