Al menos 10 cátedras y unos 9 departamentos han sido totalmente desmantelados por antisociales que han cargado con equipos, insumos y han dejado sin electricidad e Internet a la mayoría de la Escuela. El último robo fue en la cátedra de Nutrición, ocurrido el pasado sábado 27 de abril. Durante Semana Santa fueron descuartizadas dos yeguas, una de ellas portadora de una enfermedad transmisible.
Maracay. Un grupo de delincuentes causó destrozos en la Escuela de Veterinaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV), núcleo Maracay, donde reventaron puertas y protectores, cargaron con un aire acondicionado, inhabilitaron los equipos de comunicación a Internet e intentaron llevarse al menos 20 microscopios de la cátedra de Nutrición. Ya son más de 10 cátedras y al menos 9 departamentos de la Facultad que quedan totalmente inoperativos debido a la delincuencia.
La decana de Veterinaria de la UCV-Maracay, Isis Vivas, denunció las reiteradas incursiones de antisociales en el campus universitario que han dejado a esta emblemática institución universitaria a punto de un cierre técnico, pues además de los robos de equipos e insumos, los delincuentes también han dejado sin electricidad, sin teléfono y sin Internet a la Facultad de Veterinaria.
Nutrición, Industria láctea y de la carne, Planta de lácteos, Bioestadística, Reproducción Animal, Bioquímica, son algunas de las cátedras que ya no se pueden impartir en la Escuela de Veterinaria, pues las aulas en donde funcionan han sido totalmente desmanteladas por los delincuentes. Similar mala suerte han corrido los departamentos de Compras, Salud Pública, Extensión, Investigación, entre otros, por lo que un obligado cierre técnico de la Escuela pareciera inminente, toda vez que la universidad no cuenta con los recursos para la reposición de los equipos e insumos sustraídos debido al ya disminuido presupuesto asignado.
Hemos solicitado a Corpoelec la reposición del alumbrado público, sin ninguna respuesta. También hemos denunciado reiteradamente el daño a las paredes perimetrales de la facultad, por donde ingresan personas extrañas y ajenas a la institución“, denuncia la decana.
Pero las denuncias ante los organismos policiales no han encontrado eco y el núcleo de la UCV Maracay no cuenta con suficiente personal de seguridad para la vigilancia y cuido de sus instalaciones. Aunque la comunidad universitaria sospeche de una posible complicidad interna en los constantes robos contra la facultad, corresponde a los cuerpos de seguridad llevar a cabo las investigaciones pertinentes y es lo que las autoridades universitarias están exigiendo.
Otro factor que contribuye a la inseguridad reinante en la UCV Maracay es la renuncia masiva de vigilantes por la precariedad salarial y la imposibilidad de reponer los cargos por parte de la universidad, que limita una mayor presencia de vigilancia interna en el campus universitario.
“Pese a ello nuestra casa sigue abierta para continuar con la formación de los nuevos médicos veterinarios del país, aunque la Escuela también ha sufrido una disminución en la población estudiantil de 700 alumnos. Apenas unos 300 continúan asistiendo a clases“, explica Vivas.
Descuartizan una yegua enferma con anaplasmosis
Otros incidentes han complicado la operatividad de la Facultad de Veterinaria de la UCV, núcleo Maracay. Dos yeguas, Lucero y La Tuerta, pertenecientes a la institución, fueron descuartizadas entre la noche del 15 de abril y la madrugada del 16 de abril. La Tuerta estaba preñada y Lucero estaba en tratamiento contra la anaplasmosis, una enfermedad transmitida principalmente por las garrapatas, que invade los glóbulos rojos produciendo su destrucción, y que además de caballos, burros, rumiantes, perros, gatos, aves y cerdos, también puede afectar al hombre.
Con estos equinos, son 7 la yeguas que han sido descuartizadas cruelmente dentro del campus universitario en apenas año y medio. Las autoridades universitarias y los estudiantes de Veterinaria lanzaron una alerta a raíz de estas dos últimas muertes de equinos, pues se desconoce el destino que se le ha dado a la carne obtenida luego del sacrificio de las yeguas.
Era un animal que estaba sometido a tratamiento con antibióticos, por lo que nos preocupa el destino de esa carne, pues si ha sido consumida por humanos, representa un riesgo de salud pública”, añade Vivas.
Cabe destacar que aunque los animales afectados superen la enfermedad, mantienen el anaplasma en circulación, por lo que se consideran portadores crónicos y constituyen una fuente de dispersión de la enfermedad.
Aunque las autoridades universitarias elevaron ante los cuerpos de seguridad —como el Cicpc— las denuncias respectivas el miércoles 17 de abril, ninguna autoridad policial ha respondido ni se ha presentado al lugar desde que se registraron los hechos durante el asueto de Semana Santa. La respuesta policial fue que los funcionarios se encontraban desplegados en el operativo Aragua Segura. La Corporación de Salud de la entidad tampoco se ha pronunciado al respecto.
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