La adaptación de la novela de Jack London es protagonizada por Buck, que es robado para convertirlo en un perro de labores en un territorio hostil. Cuenta, además, con la actuación de Harrison Ford.

“Jamás en la vida lo habían tratado con tanta crueldad, y nunca había experimentado un furor semejante”, escribió Jack London en la novela La llamada de lo salvaje sobre Buck, el perro protagonista de la historia. 

Buck estaba acostumbrado a las comodidades de ser la mascota de una familia respetada, la del juez Miller. No conocía otra vida que la que está dentro de los linderos de la casa y alrededores. Es la época de la fiebre del oro en lo más norte de América, y centenares de personas viajan hasta allá para encontrar el valioso metal, un golpe de suerte que cambie sus vidas.

Pero para adentrarse en esas hostilidades requieren de la ayuda de perros fuertes, robustos, con patas que no se dobleguen ante el clima adverso. Buck cumple con esos requisitos, y alguien, ansioso de dinero, aprovecha un descuido para llevárselo de la tranquilidad del hogar en el que vive y venderlo. Comienzan los cambios para el perro, que se enfrentará a la crueldad y al reto de entender sus instintos.

El llamado salvaje
La película se desarrolla en la época de la fiebre del oro en América del Norte.

El director Chris Sanders adapta al cine esta novela, considerada un clásico, con el nombre El llamado salvaje. Claro, la película atenúa situaciones desdichadas para el animal, como esos primeros encuentros con extraños luego del robo. Descubre la crueldad, la violencia, y tiene que ser sumiso por momentos. Jack London describe sentidamente esos momentos, mientras nos adentra en la mente de Buck, que sabe cuándo desistir para sobrevivir. 

Sin embargo, Chris Sanders apenas muestra breves momentos cruentos, casi los sugiere, en contraposición al ambiente sórdido, ese descenso al infierno, que narra Jack London en su novela. 

Es la forma del director de hacer más digerible la historia para un público más amplio. De hecho, hay cabida para el humor en los primeros minutos, cuando se presenta a Buck travieso y glotón. Recordemos que el estadounidense es codirector de filmes como Los Croods (2013), Cómo entrenar a tu dragón (2010) y Lilo & Stitch (2002), por los que ha estado nominado al Oscar como Mejor Película Animada. 

El llamado salvaje es un largometraje con actores, entre los que destaca Harrison Ford en el papel de John Thornton, que desempeña de manera robusta y cercana. Claro, Buck es una animación por CGI, que al principio no se ve tan natural, especialmente entre aquellos que vieron el año pasado la nueva versión de El rey león, que varios compararon con un documental de National Geographic.

Sin embargo, sería injusto decir que la película es para el público infantil, a pesar de la intención de llegar a la mayor audiencia posible con este filme, cuyo guion estuvo a cargo de Michael Green, nominado al Oscar a Mejor Guion Adaptado por Logan, y también responsable de Blade Runner 2049 (2017) y Linterna Verde (2011).

En El llamado salvaje Buck conoce la maldad en el mundo, pero también comprende que hay amos que, si bien no le darán las comodidades de su anterior dueño, pues lo compran para que sea un perro de labores, respetan su existencia.

El llamado salvaje
Buck se convierte en un perro de trabajo.

Cuando llega a manos de la afable pareja formada por Perrault (Omar Sy) y Françoise (Cara Gee), quienes se encargan de la férrea labor de llevar el correo en recónditas zonas, Buck debe adaptarse a una dinámica que ni sospechaba: ser parte de la jauría que mueve el trineo. Al principio es torpe y hace que la carga se voltee cuando no puede llevar el ritmo de los otros perros, que al principio lo ven con recelo, especialmente el líder, que luego verá en él una amenaza. No hay que ser débil. 

Pero los cambios son drásticos en la vida de Buck, como lo son en la vida de los humanos. Y cuando creía que había encontrado unos dueños que lo respetaban e incluso admiraban, todo da un vuelco y pasa a otras manos. 

En Buck brota ese instinto. En él paulatinamente sale a relucir toda esa carga de miles de antepasados que han tenido que sobrevivir de diversas formas en tiempos más violentos. No es nada fácil para él.

El espectador comienza a identificarse con el perro, que vive en la película otras lecciones cuando se encuentra con John Thornton, un hombre solitario que huye de un hecho familiar que lo atormenta. Con la bebida intenta olvidar penas, pero su conducta está lejos de ser la de un alcohólico que trata con desdén y resentimiento. 

La película entonces se convierte en una historia intimista en la que amo y perro se compenetran más allá de razones de la mística del trabajo. John Thornton al principio es su protector, pero luego descubre que su vida con el animal es una lección, sobre todo cuando emprenden un viaje en el que Buck encuentra mucho más de sí, mientras que los cambios que experimenta el perro en lo más profundo de esos bosques harán que John Thornton se haga preguntas sobre su vida y las decisiones que ha tomado. 

El cineasta Chris Sanders hace de la El llamado salvaje una película que va más allá de la aventura, y que invita a la introspección sobre los propósitos, los instintos y la determinación para afrontar los cambios inesperados, esas situaciones que se salen de control y que inevitablemente afectan. Buck encuentra su lugar en el mundo.


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