Ser mujer transexual en una sociedad llena de prejuicios ya implicaba un desafío. Ahora, como activista político Richelle Briceño dobla la apuesta. Bajo la insignia del partido Soluciones para Venezuela batalla en medio de un “régimen autoritario” por los derechos de la comunidad LGBT y mejores condiciones de vida para el venezolano.
Caracas. Con una bandera arcoíris en mano, Richelle Briceño, una mujer transexual candidata a la Asamblea Nacional, lleva su discurso sobre igualdad, justicia y resiliencia a los rincones de Caracas. Si bien hay apatía y frustración, es bien recibida. Afirma que el venezolano quiere un cambio y junto a su partido Soluciones para Venezuela tienen las “herramientas y disposición” para llevarlo a cabo.
Su lucha empezó hace seis años cuando decidió expresar físicamente su verdadera identidad de género como una mujer transexual. La ruptura de aquel papel impuesto coincidió con el inicio su carrera como abogada egresada de la Universidad Central de Venezuela. Para ese momento, Richelle Briceño ya tenía un título en Educación de la Universidad Católica Andrés Bello.
No es la primera mujer transexual candidata a la Asamblea Nacional. De ser electa, tampoco sería la primera diputada trans en el Poder Legislativo venezolano. Aun así, asegura que su campaña significa un gran reto dentro de la política y sociedad venezolana.
Estamos frente a una sociedad que juzga por tu identidad de género, que duda de tus capacidades intelectuales, físicas, emocionales y psicológicas por tu orientación sexual e identidad de género. Muchos nos reducen a la prostitución y al estilismo. Somos más que eso, somos igual de competentes que el común de las personas”, afirma.
Fiel creyente de los derechos humanos y víctima de la transfobia, halló su vocación como activista de los derechos LGBT. Ahora, su pasión trasciende a la política, en la que su labor la pone de cara con los más vulnerables.
Hace aproximadamente tres meses, Briceño recibió la propuesta para ser candidata de voto lista del partido político Soluciones para Venezuela, fundado por Claudio Fermín. Una decisión difícil, pero una oportunidad para alzar la voz por los derechos de la comunidad LGBT y suplir las necesidades del ciudadano venezolano.
Soluciones para Venezuela
Entre sus promesas está el matrimonio igualitario, sí. También fomentar una educación inclusiva, un proyecto de ley de identidad de género y la modificación del Código Penal para que se reconozcan los delitos de odio por motivo de orientación sexual e identidad de género. Una tarea, que a su juicio, le quedó pendiente a la AN actual.
Aquí han ocurrido homicidios de personas homosexuales y no los investigan, simplemente porque son homosexuales. Aquí han asesinado a mujeres transexuales por ser mujeres transexuales. Y todos estos delitos quedan impunes en la Fiscalía”, dice.
Si bien Richelle Briceño no deja a un lado las prioridades de la comunidad LGBT, tampoco se desliga de las necesidades que abruman al venezolano y que requieren la pronta recuperación del sistema político, social y económico de un país quebrado.
Una de las principales estrategias de Soluciones para Venezuela se basa en recuperar la empresa petrolera y la producción nacional, independientemente de las sanciones económicas de los Estados Unidos. Para Briceño es insólito que Venezuela le importe combustible a Irán, otro país sancionado.
También destaca garantizar la seguridad jurídica indispensable para permitir la inversión extranjera en el país. Este sería el marco general para producir salarios dignos para los venezolanos, asegura la abogada mercantil.
“Elecciones en tiempos de autoritarismo”
Pese a los escenarios pesimistas, Briceño asume con responsabilidad su papel como activista político en un país con un “régimen autoritario”. Asegura que de perder la Asamblea Nacional, el régimen se concretaría como uno “totalitario”.
Tanto la candidata como el partido que la representa reconocen que hay una ventaja por parte del gobierno de Nicolás Maduro, específicamente, con un Consejo Nacional Electoral que trabaja acorde con sus necesidades. No obstante, ni la abstención ni una consulta popular “sin un plan de acción concreto” son opciones viables.
“El venezolano necesita un cambio, ver nuevos líderes políticos, respuestas a los problemas. Nos oponemos a ceder los pocos espacios que aún nos quedan”. Así Briceño decide pelear con la única herramienta democrática y constitucional que tiene a la mano: las elecciones.
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