El último diagnóstico comunitario de Hum Venezuela determinó que la educación pública desmejoró en cuanto a las condiciones físicas, el acceso a comidas nutritivas y la oferta de educadores.
Caracas. En comparación con el año 2021, el acondicionamiento de los planteles públicos, el acceso a comidas nutritivas en un comedor escolar y la oferta de educadores desmejoraron este año a escala nacional.
Al cierre del año lectivo 2021 – 2022, Crónica.Uno documentó las múltiples carencias en la educación pública en Caracas. Luego de dos años en los que el proceso educativo estuvo intermediado por teléfonos y computadoras, en enero los niños y adolescentes regresaron a las aulas ilusionados. Pero la comunidad estudiantil se enfrentó a una realidad sombría, como la denunciaban los educadores durante el período de aislamiento.
Salones cerrados por filtraciones en el techo. Paredes a punto de derrumbarse. Clases que estaban en el programa escolar, pero que no se dictaron porque no había maestros. En su diagnóstico comunitario 2022, plataforma de información humanitaria Hum Venezuela demostró con cifras que estos escenarios no son casos aislados.
Las escuelas se derrumban
De las familias encuestadas en todo el país, 74,7% respondieron que han constatado el deterioro de la infraestructura de las escuelas básicas de su comunidad. Sin embargo, el descuido de las edificaciones no conoce distinción en cuanto al nivel educativo.
El pasado 9 junio se desplomó el muro de contención de la U.E.N. Roberto Martínez Centeno. La escuela había solicitado mantenimiento de este muro y del resto de la edificación desde hace 12 años, por lo cual la directiva ya había enviado cartas a diferentes organismos. Dos semanas antes, el plantel fue seleccionado en un programa gubernamental de rehabilitación de la infraestructura. No obstante, el muro cayó primero.
Además, debido a las renuncias de su personal de seguridad, fueron víctimas del robo de sus equipos tecnológicos. Las cifras que reflejan las deficiencias en electricidad, acceso a computadoras y servicio de internet también aumentaron ligeramente, según Hum.
Asimismo, los problemas en el servicio de agua en estas instituciones incrementaron más de dos puntos porcentuales (78.5%).
En el Liceo Rafael Seijas un piso entero, conformado por 14 salones, está inhabilitado por filtraciones de agua. Esto impide al instituto acoger a todos los estudiantes al mismo tiempo, por lo cual cada sección asiste dos veces durante la semana.
La maestra del Centro de Educación Nacional Inicial (C.E.N.I) Maripérez, Érika Peña, denunció que las fallas en el servicio de agua impiden que en la institución se puedan dar clases, siquiera tres días a la semana, en horario completo.
En este preescolar las tuberías están inactivas desde hace más de siete años, pues se dañó el pulmón, una pieza de la bomba el agua. Reciben una cisterna una vez al mes y la comparten con el plantel vecino, de educación especial.
Faltan platos en la escuela
En todos los estados, los grupos familiares encuestados reportaron un aumento en el porcentaje de escuelas que no reciben el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Las entidades con mayor grado de afectación fueron Distrito Capital (66,2%), Táchira (64%), Guárico y Lara (56,9%).
El Programa de Alimentación Escolar (PAE) empezó a fallar en 2013 por deficiencias operativas, presuntamente como consecuencia de la corrupción, según evidencia Transparencia Venezuela. En la actualidad, los pocos planteles públicos en los que funciona el plan estatal reparten frijoles chinos, arroz y un ramillete de aliños.
Alberto Kabbabe, director de Alimenta la Solidaridad, dijo a Crónica.Uno en una visita por los comedores de Carapita de esta ONG que la alimentación tiene una incidencia directa en la deserción escolar.
“Los chamos no van a volver a la escuela mientras no haya un almuerzo más o menos decente. No conozco la primera escuela pública que entregue un buen plato de comida”, aseguró Kabbabe.
Iniciativas como Alimenta la Solidaridad apuestan por el desarrollo crítico, cognitivo y social del niño con sus comedores. Además, han implementado un servicio de bajo costo de tareas dirigidas para fortalecer las habilidades de lecto-escritura en estos mismos espacios.
Sin educadores para educar
Otra de las denuncias principales del diagnóstico comunitario de Hum para este año fue el aumento de familias que reportaban menos educadores que el año pasado (75% de las escuelas contra 73% en 2021).
Aunque los estados con mayor déficit de docentes en las escuelas básicas continuaron siendo Amazonas (94,8%), Aragua (88,2%), Monagas (91,8%) y Trujillo (91,6%); en Distrito Capital se reportaron escuelas casi vacías.
Este es del caso del Liceo Key Ayala de Prado de María, donde en junio solo había seis profesores para atender a 690 estudiantes. Por este motivo, los pocos profesores que estaban activos aumentaban a casi el doble sus horas de trabajo. A pesar de la intención, en muchos casos no se daban abasto para que los estudiantes tuvieran toda sus horas de clase.
Para los alumnos de primer año en el período 2021- 2022 no fue posible ver clases de Matemáticas en esta institución.
La renuncia masiva de docentes se debe mayormente a los bajos sueldos. Desde marzo, el Ministerio de Educación dio a conocer las nuevas tablas de remuneración para los docentes. De acuerdo con lo publicado, el maestro mejor pagado en el escalafón podría ganar entre 450,92 y 600,89 bolívares mensuales, según las horas trabajadas.
Al cambio del dólar paralelo de este viernes 26 de septiembre, (de 8,68 Bs) estos salarios equivalen a 52 y 69 dólares, respectivamente, al cambio oficial. En contraste, la canasta básica familiar de junio superó los 350 dólares.
En el caso de la escuela técnica Gregorio Mac Gregor, el director de la institución ideó una venta de guías a bajo costo, que permitieron a los padres ahorrar en cuadernos y a los docentes recibir un bono de transporte y por ello las renuncias no aumentaron.
Esta comunidad educativa también se autogestionó para pintar las paredes, reparar los techos e iluminar los pasillos.
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