En bancarrota más de 70 negocios del terminal Humberto Hernández de San Fernando de Apure

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Las ventas bajaron a cero en los 70 negocios del terminal de pasajeros Humberto Hernández de San Fernando, la capital del estado Apure, desde que se suspendieron sus operaciones debido a la cuarentena por coronavirus. Hace dos meses las autoridades reactivaron únicamente tres rutas interurbanas y excluyeron las extraurbanas, con lo cual la afluencia de pasajeros mermó 95 %, lo que ocasionó el cierre de estos locales establecidos y ambulantes.

San Fernando de Apure. Como si no fuera suficiente con la grave crisis que enfrenta el país y que los obligó a reinventar sus modos de sustento, 70 comerciantes del terminal de pasajeros Humberto Hernández de San Fernando de Apure enfrentan ahora la quiebra de sus negocios por la paralización del terminal desde que comenzó la cuarentena por coronavirus.

Las ventas bajaron casi que a cero. Solo venimos a darles calor a nuestros negocios y con la esperanza de vender algo, pero la situación es cada vez más precaria”, narra con la voz entrecortada Carlos Guerra.

Este profesor de la Orquesta Sinfónica del estado Apure, que precisamente por su insuficiente salario lleva años con un puestico quincallero en el terminal terrestre más importante de la región llanera, expresa: “Tenemos siete meses ya sin prácticamente trabajar, porque el terminal fue lo primero que cerraron en San Fernando, y esto nos ha perjudicado enormemente porque de nuestros negocios llevamos el sustento a nuestras familias”.

Humberto Hernández
El poco tráfico de pasajeros mantiene en la ruina a los comerciantes. Foto: Sulay García

Guerra explica que, tras la implementación de la cuarentena en marzo, el que era el terminal más importante y concurrido del estado Apure fue cerrado y quedó completamente desolado, y aunque hace dos meses las autoridades reactivaron parcialmente sus operaciones, el volumen de pasajeros disminuyó 95 %.

Habilitaron algunas rutas mínimas, como lo es Achaguas y Arichuna, pero eso no da abasto, porque la economía aquí se mueve de acuerdo con la cantidad de personas que vienen a este terminal”, detalla.

Luis Gámez y Carlos Espinoza, comerciantes colegas de Guerra, relatan también, mientras buscan potenciales clientes con la mirada extendida por los vacíos pasillos del Humberto Hernández, por qué ellos son parte de los escasos cinco negocios abiertos de 70 que se encuentran dentro y alrededor del terminal, la mayoría con sus santamarías cerradas y con candados.

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Luis Gámez destacó que va al terminal de pasajeros a cuidar su negocio. Foto: Sulay García

“Los pocos que venimos es para ver si vendemos algo y para cuidar nuestros negocios, pero casi 90 % de los que estamos aquí estamos cerrados porque en esta situación estamos más de 70 negocios, entre restaurantes, quincallerías, confiterías, juguerías, panaderías”, describe Gámez.

El propietario de una quincallería que al medio día, cuando se le realizó esta entrevista, no había vendido ni 15.000 bolívares, equivalentes a 0,03 centavos de dólar al cambio oficial actual, narra, además, que solo tres rutas interurbanas están activas actualmente, las cuales únicamente cubren poblaciones cercanas y dentro del estado, en un perímetro no mayor de 100 kilómetros.

Explica que la operatividad de estas rutas no incide en la economía del terminal terrestre como sí lo hacen las rutas extraurbanas, que viajan desde la capital llanera al resto de los siete municipios del estado y a Caracas, Maracay, Valencia y sus poblaciones intermedias.

Los pocos pasajeros que están viniendo ahorita no se comparan con la cantidad que viajaba por este terminal antes de la cuarentena, que iban para la frontera: Guasdualito, Elorza, Puerto Páez o para el centro por Calabozo, San Juan de los Morros, Maracay, Valencia, Caracas. Los pasajeros de ahorita son de aquí de la zona, no necesitan pertrecho de largo viaje, por eso no consumen nada aquí en el terminal; de vez en cuando un agua, un fresco, porque vienen a hacer diligencia y se devuelven rápido a sus casas”, continúa Gámez.

Carlos Espinoza corrobora lo expresado por sus compañeros: “Con esta situación, desde que cayó la pandemia y los terminales cerraron, nos ha caído como un batazo en la cabeza, porque son unas ventas decaídas que son sorprendentes, y ya lo poco que tiene el terminal abierto lo que nos abastece es para medio llevar alimentos para nuestras casas”.

Transporte pirata y terminales clandestinos

“No han dado más flexibilidad a que salgan los buses hacia los otros estados, lo cual es lo que activa este terminal. Nada más dieron flexibilidad para Achaguas y Arichuna, que no llega ni a cinco por ciento de actividad”, cuestiona Carlos Espinoza.

También les recrimina a las autoridades municipales que, mientras ellos y sus familias padecen las consecuencias de la sequía de pasajeros, líneas piratas improvisan terminales y especulan con los precios de los pasajes en pleno centro de la ciudad y a plena luz pública, sin ninguna restricción legal o por causa de la pandemia.

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Carlos Espinoza, comerciante, pide que permitan salir los buses hacia otros estados para así reactivar el terminal. Foto: Sulay García

Espinoza no critica esta práctica: “Porque todos tenemos derecho al sustento y esta situación está muy dura, sin embargo, ¿por qué no pueden cargar pasajeros aquí en el terminal con todas las medidas de seguridad como libremente lo están haciendo allá afuera?,  y así nos beneficiamos todos, ellos, nosotros y también los pasajeros. Por aquí se puede controlar mejor, hay menos especulación con los pasajes”.

En este punto también interviene Luis Gámez: “Necesitamos que alguien de la institución del terminal se aboque para ver cómo le hace llegar nuestra situación al gobierno, por lo menos para que nos ayuden con algo para refinanciarnos, porque tenemos siete meses sin producir, mucha mercancía perdida y todo lo que medio teníamos nos lo comimos”.

A pesar de que el reciente anuncio de reactivación de todos los sectores de la economía por parte del gobierno nacional llenó de expectativas a los comerciantes del terminal, ellos no han detectado ninguna intención de retomar la normalidad de esta instalación de embarque y desembarque de pasajeros.

Un funcionario del Instituto Autónomo Terminal de Pasajeros Humberto Hernández, que prefirió no identificarse, informó a Crónica.Uno: “Aún no nos han bajado instrucciones y también estamos esperando que nos informen si se van a reactivar los viajes hacia Guasdualito, San Juan de Payara y Elorza”, estas últimas poblaciones de los municipios fronterizos Páez, Rómulo Gallegos y Pedro Camejo del estado Apure, cuyo tránsito entre y hasta estos está suspendido desde que comenzó la cuarentena.

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La actividad económica que se genera en el terminal sostiene a más de 350 familias. Foto: Sulay García

La población de Apure, uno de los estados más pobres del país, hasta no hace mucho dependió en más de 60 % del empleo público, pero debido a la crisis que desvaneció sus salarios, migró al comercio formal e informal.

La economía que se genera de la operatividad del terminal de pasajeros Humberto Hernández de San Fernando sostiene a más de 350 familias que dependen de los 70 locales comerciales internos y perimetrales de esta instalación, y al menos a 150 familias de vendedores ambulantes, sin contar a los transportistas, colectores y fiscales, aportaron los informantes.

Fotos: Sulay García


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