En enero las cajas traían 15,56 kilos de alimentos, en agosto perdieron casi cuatro kilos al ubicarse en 11,20 kilos, de acuerdo con un estudio que elabora la ONG Ciudadanía en Acción. Los principales rubros que pierden las cajas son los lipídicos ricos en grasas, así como el único artículo proteico de origen animal que es el atún enlatado.

Caracas. Entre enero y agosto de 2019 los alimentos que distribuyen los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) disminuyeron 20 % y el tiempo que debían esperar las familias para comprar los productos se incrementó.

Un estudio de la ONG Ciudadanía en Acción revela que el mes pasado los Clap alcanzaron el punto más bajo en el número de cajas vendidas a la población y también del aporte calórico. Algunos artículos como harina de trigo o atún enlatado desaparecieron del programa, creado por Nicolás Maduro en junio de 2016.

En enero de este año poco más de 3,3 millones de familias recibieron Clap, en Venezuela hay 6.155.556 de familias. En febrero, cuando las protestas antigubernamentales aumentaron con el liderazgo del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien fue reconocido presidente interino por más de 50 países, el programa de distribución de alimentos se incrementó y llegó a más de 4,6 millones de familias. En agosto los Clap fueron distribuidos a 2,5 millones de familias, con respecto a enero representa una disminución de 24 %, pero si se compara febrero con agosto, la merma se ubica en 45,65 %.

Una caja o bolsa Clap fue diseñada para expender 19,14 rubros alimentarios, entre ellos: harina de maíz precocida, harina de trigo, arroz blanco, pasta alimenticia, azúcar refinada, lentejas, caraotas, atún enlatado, aceite mezcla de soya, mayonesa y productos lácteos. En términos ideales del aporte calórico que requiere una familia los Clap solo cubren 15 %, mientras que en aporte proteico apenas 11,8 %. Una familia debería recibir entre 6 y 7 cajas por hogar para alcanzar un ingreso calórico ideal, calcula la ONG.

En enero las cajas traían 15,56 kilos de alimentos, en agosto perdieron casi cuatro kilos al ubicarse en 11,20 kilos. Edison Arciniega, director de Ciudadanía en Acción, advierte que además llegan menos números de cajas que cubren a menos familias. Los principales rubros que pierden las cajas son los lipídicos ricos en grasas, así como el único artículo proteico de origen animal que es el atún enlatado.

El tiempo de entrega de las cajas (bolsas) de comida pasó de 35 días, en promedio, a 44 días en ocho meses. En enero los Clap entregaron unas 6 millones de cajas, en febrero 11 millones y en agosto 3 millones. El número de cajas por familia también disminuyó al pasar de 1,79 en enero, a 2,47 en febrero y 1,17 en agosto.

El mes pasado Nicolás Maduro expresó que la mitad de los Clap era importada. “Los traíamos del exterior y pagábamos en moneda, en divisa y a usted le llegaba su caja Clap con productos de México, de Turquía, de Rusia y no voy a decir otros países. Antes importábamos 50 % de los Clap y ahora vamos a producir 100 % de los Clap en todo el país”, dijo en una transmisión televisiva.

Un informe sobre Venezuela elaborado por la alta comisionada de las Naciones Unidas para los DD. HH., Michelle Bachelet, reveló el 5 de julio “violaciones al derecho a la alimentación” en el país:

El principal programa de asistencia alimentaria, conocido como cajas Clap, no cubre las necesidades nutricionales que son elementales para la gente. El gobierno no ha demostrado que ha utilizado todos los recursos disponibles para garantizar la realización progresiva del derecho a la alimentación, ni tampoco que hubiere buscado, sin éxito, asistencia internacional para abordar dichas deficiencias.

El vocero de la ONG que monitoreó 590 Clap para levantar el estudio indica que el programa parece haber entrado en una etapa de decadencia, que lo puede llevar a ser insignificante en términos de los volúmenes aportados a la población. “Menos del 10 % de las familias venezolanas dependen exclusivamente del Clap para comer”, agrega Arciniega. No obstante, explica que la población que ahora necesita más de los programas sociales de alimentos, estos aportan menos.

Foto: Miguel González/Crónica.Uno

En este plan de distribución de alimentos las caraotas y el atún no han llegado a los hogares en los últimos meses. La harina de trigo tampoco va en las cajas que distribuyen las autoridades, a pesar de que este es uno de los productos previsto en los Clap. En enero una caja contenía 21,20 calorías, mientras que en agosto cayeron a 10,02 calorías. Al mes el gobierno de Nicolás Maduro gasta 200 millones de dólares en los Clap, indica Ciudadanía en Acción.

Según Maduro “optimizarán” el programa, debido a que 40 % de las cajas Clap “se perdían en el camino”. El mandatario añadió que ese número de alimentos “era robado por los bachaqueros”. Además, reveló que 99 % de los Clap son subsidiados por el Estado, en ese sentido, Maduro dijo que una caja “bien resuelta” debería costar 400.000 bolívares o más, sin embargo, acotó que su gobierno las vende en 2000, 3000 o 4000 bolívares. “El subsidio es de 99 %. Le subsidio a 6 millones de familias su caja Clap”.

Las cifras de Ciudadanía en Acción revelan que los Clap llegaron en agosto a menos de la mitad de las familias venezolanas (2,5 millones de familias). En junio en el estado Miranda una bolsa de alimentos Clap ya costaba Bs. 6000, tras un aumento de 140 %.

“Hay quizás por omisión una violación masiva al derecho a la alimentación. En el continente americano, Venezuela es el país con el nivel calórico más bajo. En febrero la cobertura de los Clap fue atípica, en medio de la alta conflictividad política que había para entonces. Por otro lado, en la medida en que las sanciones han venido impactando se registra una caída de los volúmenes suministrados. Es cierto que hay un clima financiero hostil que impide a los privados y a los actores públicos venezolanos acceder de forma efectiva a los insumos, eso debe tener una incidencia clara en el acceso a los alimentos”, expresó Arciniega.

El vocero explica que existe “una extrema dependencia de importación de los volúmenes” que ofrece el programa. ¿La gran pregunta es por qué si Venezuela tiene la capacidad plena para procesar todos los alimentos que ofrece el Clap, por qué los importa? El mismo esquema de importación de casi el total de los alimentos pone al  Estado en un estado de vulnerabilidad.

El “alimento” político que trae el Clap

La distribución atípica de febrero, en medio de protestas, obedece también al “alimento político” que contiene el programa. Edison Arciniega explica: “El Estado responde no solo cuando hay elecciones, sino también cuando hay coyunturas sociales y políticas que requieren de la contención o de lograr ganar adeptos”.

“No es coincidencia que el número de cajas entregadas en febrero hayan sido 11 millones, cuando el promedio del año no ha superado esa cifra. Ese mes casi 70 % de las familias recibieron Clap y se incrementó en forma sustancial el número de cajas entregadas. Cuando la conflictividad social y política disminuye también disminuye el Clap, pero en ningún momento este había llegado a los límites a los de hoy”.


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