En tres años la brecha de precios entre el producto nacional y el importado pasó de 84% a 23%

Un estudio de la firma Nielsen revela que algunas de las cestas que más se alejan de precios entre el producto nacional versus el importado son misceláneos con 68 %, seguido de bebidas 35 %, mantenimiento del hogar 15 % e impulsivos (golosinas) de 8 %.

Caracas. Desde 2018 la brecha de precios entre los productos nacionales e importados disminuye. La relajación por parte de las autoridades en los controles de precios a partir de 2019 ha propiciado cierta estabilidad, no solo en los precios, sino también en la oferta, pues los periodos previos a ese año fueron de escasez para la población. A pesar de la disminución de la brecha, el mercado sigue afectado por la alta inflación y las empresas locales lidian con la escasez de combustibles y la exoneración de impuestos a productos importados, lo que según ellos genera una competencia desleal. 

Un estudio de la firma Nielsen, compartido a Crónica.Uno, revela que en 2018 la brecha de precios entre productos nacionales y los importados era de 84 %. A partir de entonces, comenzó a descender hasta llegar a ser del 23 % en julio de este año. Algunas de las cestas que más se alejan de precios entre el producto nacional versus el importado son misceláneos con 68 %, seguido de bebidas 35 %; mantenimiento del hogar 15 % e impulsivos (golosinas) de 8 %. 

Infografía: Amadeo Pereiro

El auge de importaciones se masificó en 2019, tras la exoneración de impuestos a bienes terminados traídos desde el extranjero. La proliferación de bodegones, tiendas que se caracterizan por vender golosinas importadas, licores, quesos y exquisiteces, hizo que se convirtieran rápidamente en una fuerte competencia para la industria nacional, que llevaba años afectada por la crisis económica. Estos locales se expandieron por el país llegando a ser unos 613, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Oslo en conjunto con el Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO). 

La contracción del Producto Interno Bruto de Venezuela se calcula en 80 %, entre 2013 y 2021, una de las más marcadas que ha enfrentado el país. Esto trajo como consecuencia la pérdida de poder adquisitivo, cierre de empresas y por ende un menor consumo, que finalmente podría estar recuperándose este año. Firmas como FocusEconomics prevén que el consumo privado crezca 3,1 % este año a diferencia de la contracción de 27 % que registró el año pasado. 

La crisis económica ha afectado a todos los sectores, incluido el publicitario. Nielsen estima que en los últimos diez años el universo de puntos de venta, uno de los medios que utilizan las marcas para hacer publicidad, se contrajo 37 %, sobre todo en el interior. Entre 2017 y 2019 la reducción más amplia la reportaron los kioscos con -50 %; abastos -31 %; licorerías 26 %; tiendas de artículos para mascotas -25 %; farmacias y perfumerías 24 %; supermercados independientes 20 %; minimercados 17 % y panaderías 15 %. 

Entre 2019 y 2020 en algunos sectores empezaron a recuperarse los puntos de venta. Abastos 7,6 %; panaderías 3,3 %; minimercados 2,3 % y farmacias 2,2 %. El estudio señala que hay nuevas estrategias, como: cabezales, surtidos y arreglo de anaqueles.

La gerente de desarrollo de negocios de Nielsen, Adriana Dao, explica que desde enero hasta la fecha observan un proceso de estabilización, así como una reconfiguración del gasto. Las compras de productos para el cuidado personal empiezan a ganar importancia, si se les compara con febrero y julio de 2019. 

En el evento “Cómo presupuestar 2022” de la Cámara Venezolano-Americana de Comercio e Industria (Venamcham), realizado en septiembre de este año, Dao indicó que existe una proliferación de productos importados en los anaqueles. Casi 50 % son productos importados y 50 % productos nacionales, precisó. Son las cestas de lácteos y mantenimiento del hogar donde hay más presencia de productos locales.

Los supermercados, por ejemplo, ofrecen 54 % de importados. Mientras que las zonas en las que más productos extranjeros se distribuyen son Los Andes, Nueva Esparta y la Región Capital. La mayoría de las marcas importadas vienen de Colombia, Brasil, México y Turquía.  

La especialista apuntó que la harina de maíz es una categoría que viene creciendo en ventas a un ritmo de 20 %. Las mezclas de harina tienen un crecimiento de 2700 %. Entre los licores, el ron también muestra un crecimiento y el licor seco de ron acelera esa recuperación. En aceites comestibles, la firma ve que el producto importado es 37 % más económico que el producto nacional.

Un consumidor más empobrecido

La crisis económica redujo el tamaño del mercado y dejó un consumidor empobrecido. El salario mínimo en Venezuela y en el sector público se cuentan entre los más bajos de la región. La industria está entre lo sectores que pagan más, pero sigue sin estar cerca de los niveles de 2013. Esto ha generado nuevas estrategias en las marcas, como presentaciones más pequeñas. 

Adriana Dao señala que en el rubro desodorantes, el consumidor venezolano estaba acostumbrado a grandes tamaños. Sin embargo, hay un incremento en el uso del sachet, como se conoce a las presentaciones en bolsas herméticas de tamaño reducido. “Las presentaciones grandes atienden un nicho, vemos que la salsa de tomate de 397 gramos es la más importante, pero la de 198 gramos es la que está ayudando a que el consumo crezca en esa categoría”, ejemplificó. En refrescos la presentación de 2 litros ha perdido importancia.

Las marcas propias vienen creciendo. 80 % de personas encuestadas por Nielsen manifiesta que ha consumido productos de marcas privadas, porque tienen precio atractivo, o una promoción especial. La especialista asegura que esto es un reto para los manufactureros.

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