Pensionados y jubilados volvieron a las calles para exigir respuestas a las peticiones hechas en marzo al IVSS y el Ministerio de Trabajo. Ingresos dignos que les permitan vivir, comprar medicinas y alimentos sigue siendo su principal clamor, pues califican como “exterminio” lo que padecen ganando tan solo 130 bolívares mensuales.

Caracas. La insistencia de pensionados y jubilados por ingresos que les permitan cubrir sus gastos básicos continúa. “Necesidades” y “rebusques” son de las palabras más comunes, semana tras semana, en cada una de las reuniones, plantones y manifestaciones que realiza el actualmente sector más vulnerable del país.

El rebote de la economía venezolana, tras siete años consecutivos de caída, aún no se siente en los bolsillos de más de cinco millones de adultos mayores que reciben jubilaciones de entes del Estado y/o pensiones del Seguro Social, quienes con el aumento del salario mínimo en marzo pasaron a cobrar tan solo 130 bolívares ($27 al cambio oficial).

Los adultos mayores necesitan medicina, mayor seguridad social, ir al médico cuando lo requieren y el Gobierno pretende que vivan con una pensión de 130 bolívares. Eso es como mandarlos al exterminio, dijo a Crónica.Uno Islenis Pulido, docente de 56 años que también es pensionada del IVSS.

Islenis era una de decenas de pensionados y jubilados que acudieron a la sede de la Confederación Venezolana de Trabajadores (CTV) a modo de protesta para exigir respuestas, tanto del IVSS como del Ministerio del Trabajo, a las peticiones hechas en marzo e informar sobre una “radicalización de la protesta” ante la inacción del Ejecutivo.

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Foto: Gleybert Asencio
Insistir con las exigencias

Emilio Lozada, vocero de la Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Venezuela, dijo que entre las acciones que tomarán para “presionar” a las autoridades se encuentra una protesta nacional el 29 de mayo (Día Nacional del Adulto Mayor) en todas las plazas Bolívar del país, así como en la plaza Caracas de la capital, frente al Consejo Nacional Electoral (CNE).

Vamos a reclamar y denunciar, nuevamente, las condiciones en las que se encuentra el adulto mayor en Venezuela. Los adultos mayores viven de la caridad pública, de lo que les puedan dar. Quienes aún tienen nevera, porque muchos han vendido sus cosas para sobrevivir, tienen casi nada en ellas, dijo Lozada ante los medios presentes.

El también vocero de la Coordinadora y educador, Pedro García, recordó que en Venezuela “no vive absolutamente nadie” con una pensión de 130 bolívares y recordó que Estado viola los derechos humanos de los adultos mayores al someterlos a ingresos que no superan el límite internacional de pobreza de un dólar diario.

De acuerdo con la última investigación de la ONG Convite, en Venezuela hay al menos 3,5 millones de adultos mayores (12 % de la población) y tres de cada cinco se acuestan a dormir diariamente sin comer. Alrededor de 86 % de la población mayor vive en situación de pobreza y ocho de cada diez requieren tomar algún tipo de medicamento, pero solo 5 % puede acceder efectivamente a ellos por sus costos.

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O se compran alimentos o se compran medicinas

Jacqueline Aguilar tiene 64 años de edad, con 33 de ellos ejerciendo su abogacía en el Metro de Caracas, y pese a su larga trayectoria en el sistema de transporte –donde incluso tuvo un accidente laboral con cirugía y secuela– su monto de jubilación quedó en solo 130 bolívares al eliminarse las primas de antigüedad y profesionalización que estaban en sus contratos colectivos.

Una jubilación o pensión de 130 bolívares no alcanza para nada. Las autoridades se burlan, esto es casi un exterminio. Es imposible que ellos no sepan que con 130 bolívares no te puedes alimentar, no puedes comprar medicina porque o haces una cosa o haces la otra, dijo Jacqueline a Crónica.Uno.

La abogada denuncia que, ante la imposibilidad de cumplir tratamientos e incluso ir a una consulta médica privada (que puede costar más de $30), tiene compañeros que acuden a técnicas caseras para intentar controlar enfermedades como hipertensión, diabetes y tiroides, sin saber a ciencia cierta si se tendrá el efecto deseado.No podemos vivir así y así estamos. Esa es la realidad, señaló Katherine.

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Las alternativas de quienes pueden

Jacqueline se sincera al decir que, si solo contara con lo que gana de pensión y de jubilación, “solo comería arroz con pasta”, haciendo referencia a dos de los alimentos menos costosos del mercado y que más rinden. Pero mi hija me auxilia, sin ella no comiera carne ni pollo. La situación de los jubilados es así en todo el país, lamenta.

Hasta abril de 2021 Convite estimaba que 75 % de los adultos mayores en el país recibía ayuda de su familia para cubrir sus gastos y, del 28 % que afirmaba trabajar, al menos 39 % lo hacía como trabajador informal. Islenis Pulido, por ejemplo, dice que complementa sus pírricos ingresos con una venta de tortas, pero que es una entrada que no siempre tiene. Y lo hago porque aún tengo fuerzas, pero hay personas mayores que ya no pueden.

Y las remesas, si bien son una ayuda importante para personas vulnerables –especialmente para adultos mayores– y firmas privadas estiman que cierren 2022 por el orden de los $3500 millones, consultoras como Anova Policy Research calculan que solo llegan a uno de cada cuatro hogares en un país que tiene más de 90 % de su población en pobreza de ingresos.

En la medida de lo posible, nos ayudamos. La situación del país nos ha llevado a no tener más opción que colaborar entre familiares y amigos o que un familiar afuera te mande algo, pero lo que queremos es lo que nos corresponde por tantos años, cerró Islenis.

Foto: Gleybert Asencio

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