Luisa Pernalete, educadora del Fe y Alegría, explicó que en las áreas técnicas es más difícil conseguir docentes, porque muchos prefieren dedicarse a otras labores que les generen más ingresos. La falta de maestros preparados pasa factura, pues se evidencia en que los jóvenes no alcanzan las competencias académicas.
Caracas. Belén Sojo tiene 63 años de edad y es jubilada desde hace 10 años. Aún ejerce como subdirectora en la Escuela Técnica Industrial San José Obrero de Fe y Alegría y su jubilación no le alcanza para cubrir los gastos básicos, por eso tuvo que volver a trabajar en una institución académica.
“La economía se puso tan ruda que agradezco tener este trabajo”.
Belén contó que ha sido un gran reto conseguir profesores preparados en la escuela técnica, sobre todo en matemáticas, física, química e informática debido al bajo sueldo que les ofrecen.
Algunos docentes tienen postgrados y doctorados y pagarles lo que realmente merecen es imposible. “Da pena decirles cuanto ganarán”.
Luisa Pernalete, educadora del Centro de Formación y Educación de Fe y Alegría, sostuvo que desde hace al menos cinco años la matrícula en las escuelas de educación a nivel universitario ha sido muy baja, casi nula.
En la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), por ejemplo, hay cero alumnos inscritos en primer año de educación, a pesar de que se ofrecen becas de estudio.
“Ya no hay aquella cantidad de muchachos que había antes estudiado educación. Tenemos un gran problema ¿Dónde está la generación de relevo?”.
La docente expresó con preocupación que los profesores que trabajan en las instituciones son jubilados. Otros son de una profesión ajena a la educación o llenan las vacantes con egresados de la Misión Chamba Juvenil, un programa social del gobierno de Nicolás Maduro para emplear a jóvenes en diversas áreas y sectores.
“Esos son unos bachilleres, no están para dar clases”, dijo Pernalete.
El director de Proyectos Especiales de la Escuela de Educación de la UCAB, José Javier Salas, añadió que los docentes activos se dividen en dos extremos: los jubilados, que están muy mayores, y los de Chamba Juvenil, sin ningún tipo de experiencia y que en la mayoría de los casos no tienen la preparación adecuada.
Salas alertó que las universidades autónomas y de tradición no egresan profesionales de la educación. “La crisis vocacional es terrible”, aseguró el docente.
Consecuencias
Pernalete explicó que en las áreas técnicas resulta más complejo conseguir docentes, porque muchos prefieren dedicarse a otras labores que les generen mayores ingresos.
La falta de maestros preparados pasa factura, pues se evidencia que los jóvenes no alcanzan las competencias académicas.
Según el informe Sistema de Evaluación de Conocimientos en Línea, de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), 60, 98 % de los alumnos de bachillerato fueron reprobados en habilidad verbal en instituciones públicas y privadas, mientras que solo 39,02 % aprobó.
En la investigación se diagnosticó el aprendizaje real de los estudiantes en Venezuela a través de 16.000 pruebas en el sistema educativo público y privado.
Por su parte, en los colegios privados el promedio en matemáticas fue de 9,80 de 20 puntos, en contraste a las instituciones públicas en las que el índice fue de 7,87.
La situación es muy grave
Salas alegó que los educadores no están preparados para las tareas que atienden por dos grandes razones: la primera es que los profesionales de la educación no provienen de instituciones con respaldo académico. Las universidades tradicionales muestran matrículas muy bajas en carreras como matemática, física y química.
La segunda razón es que los procesos de actualización tecnológica no han penetrado lo suficiente en la dinámica escolar. Muchos educadores no tienen el conocimiento por no tener los equipos y las condiciones para acceder a estos recursos.
De igual manera, Pernalete aseguró que la situación es muy seria, pues
ha bajado notablemente el número de aspirantes y los que están en aula
no tienen competencias actuales.
Calidad como prioridad
Luisa Pernalete y José Javier Salas mencionaron las competencias que deben adquirir los docentes para garantizar una educación de calidad:
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- Salas explicó que lo primero es reconocer que el enfoque cambió. La educación ahora responde al desarrollo de competencias y no a la memorización y repetición.
- También expuso que el pensamiento crítico está secuestrado y en algunas áreas como ciencias sociales priva la lógica impuesta por el régimen.
- En esa misma línea, Pernalete manifestó que la calidad debe ser una prioridad, pues no basta con tener las escuelas abiertas. Insistió en que los docentes deben trabajar en la educación emocional para que los jóvenes aprendan a administrar sus emociones en lugar de reprimirlas.
- También consideró que los maestros deben aprender a trabajar en equipo, eso ayuda a mitigar la situación de ausencia de profesionales de la educación.
- La educadora sugirió que los maestros trabajen con equidad y no con igualdad. Es necesario que se enfoquen en los alumnos que tienen mayor debilidad en ciertas áreas para que alcancen las competencias requeridas.
- Por último opinó que hay que desarrollar la inteligencia múltiple. Esto requiere de un maestro formado de manera diferente, actualizado y con nuevas competencias digitales.
Bajos salarios
Como en el caso de Belén, muchos pensionados deben trabajar para poder cubrir sus necesidades básicas. Pernalete recordó que los bajos salarios hacen que la carrera de la docencia sea poco atractiva.
“La verdad es que el salario de los docentes y las condiciones en las que trabajan son terribles. Yo creo que es pedirle demasiado al profesor, porque el pago es malo y, de paso, se le exige un horario completo en instituciones que se están cayendo”, lamentó.
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