Rosa, como prefirió identificarse por miedo, se fue de Maracaibo hace ochos meses para evitar que una banda de extorsionadores le arrebataran la vida a sus hijos. Tuvo que vender todo lo que tenía y rematar su casa para salvarles la vida.

Maracaibo. El 14 de diciembre de 2022, Rosa* junto con sus tres hijos y su esposo Carlos, se fueron a Estados Unidos. Dice que el hampa desatada en la ciudad de Maracaibo los obligó a dejar lo que por muchos años fue su lugar seguro, todo en medio de un ataque de pánico luego de recibir el ultimátum de su agresor.

Nosotros somos gente de bien y te vamos a dar chance de que consigáis los cobres, pero estáis avisado, ese fue uno de los mensajes que recibió Carlos, desde Colombia, una semana antes de irse a Miami-Florida. El texto vía WhatsApp iba acompañado de una foto en la que se veían un par de granadas y la foto de su familia.

Ya en suelo norteamericano Rosa, de 39 años de edad, quien confiesa que hablar del tema todavía le produce fatiga y temblor en el cuerpo, contó cómo tuvo que dejar su país para salvar la vida de su familia.

Una pesadilla

Los esposos y sus tres hijos llegaron a Maracaibo en 2018 provenientes de Margarita, la idea era fundar un negocio y establecerse en la ciudad del sol amada.

En aquel momento Maracaibo era la mejor opción porque las cosas en la isla se pusieron feas y como yo soy maracucha le dije a mi esposo que nos viniéramos para acá, aquí estaban mis hermanos y mi madre, entre todos nos ayudaríamos. Así lo hicimos porque mi hermano tenía un restaurante y él nos orientó mucho, contó Rosa.

Al año siguiente su hermano Rafael, recibió varias llamadas desde Colombia, en las que un hombre le exigía “3000 dólares para dejarlo trabajar tranquilo”. Pero él hizo caso omiso a las amenazas, hasta que una noche unos hombres, que se desplazaban en moto, lanzaron una granada a su restaurante, en el centro de Maracaibo, y destrozaron toda la parte frontal del negocio.

Mi hermano no tenía esa cantidad de dinero, él decía que si pagaba la primera vez les tenía que seguir pagando y no quería, así que decidió cerrar y vender todo para irse a Chile, pero dos días después de haber cerrado el negocio lo mataron cuando iba llegando a casa de mi mamá. Después el tipo envió otro mensaje que decía: Eso les pasa por no ponerse al día con el hampa, contó Rosa, entre lágrimas.

Huir por todo Maracaibo

A esas alturas ya nosotros teníamos dos locales alquilados en los que vendíamos de todo, desde víveres hasta quincallería. Los siguientes fuimos nosotros y comenzaron a llegar los mensajes de números colombianos y a veces de números de Estados Unidos. El miedo nos hizo cerrar al primer intento de extorsión, nos pedían 2000 dólares, así que comenzamos a rodar, relata la mujer.

En un año se mudaron ocho veces. Hubo meses en los que tenían que comer de sus ahorros y sus hijos no iban a clases para evitar que los ubicaran. Cambiaban de número telefónico, de celular y hasta de color de cabello para evadir aquella tortura. Finalmente llegaron al oeste de la ciudad, ahí estuvieron tranquilos durante ocho meses. Compraron una casita con local y abrieron un abasto. Pero los extorsionadores los encontraron.

No eran los mismos, este era el que tenía el control de esa zona porque así lo dijo, el tipo era maracucho y nos pidió 5000 dólares de una supuesta vacuna porque, según él, todos los negocios del barrio tenían que ponerse al día con ellos.

La rutina cambió

Le dije a mi esposo que nos viniéramos para Estados Unidos, él me dijo que no y recuerdo que discutimos porque yo tenía tanto miedo que me puse histérica, repetía nos van a matar, nos van a matar, contó la mujer.

Comerciantes Zulia
Los comerciantes de Maracaibo viven aterrorizados de ser la próxima victima de las bandas delictivas, sobre todo los que hacen vida comercial en zonas foráneas/Cortesía: José Ángel Núñez

Carlos* le respondió al extorsionador, le dijo que él no tenía esa cantidad, que ya los habían extorsionado en el centro, en el norte y en el sur de la ciudad, que por favor los dejara en paz. El hombre le respondió que aquellos eran otros y él era él, y ese era su territorio, cuentan los esposos.

La intención de esa gente es mantener a los comerciantes obligados a pagar toda la vida a cambio de una supuesta protección que debería darte la policía. El Zulia está en manos del hampa hace rato. Esa gente es mala, por eso uno le teme, llegó el momento en el que no habríamos la tienda porque pasaba gente en moto muy rara, teníamos mucho miedo, dijo Carlos en video llamada desde Miami.

Los siguientes meses fueron una verdadera zozobra, comenta. Poco a poco vendieron lo que pudieron, celulares, aires acondicionados, cavas refrigeradoras, camas, prendas, todo para juntar el dinero de los pasaportes y una parte del pago del coyote, que les pedía 20.000 dólares para pasar la familia completa al otro lado. Mientras tanto Carlos, mantenía al hombre que lo amenazaba a raya diciéndole que le estaba juntando el dinero para pagarle.

Ahora o nunca

Con la venta de todas sus pertenencias lograron juntar 16.000 dólares, así que decidieron vender la casa para completar el dinero del viaje, pero llegó otro mensaje, una sentencia de muerte para sus hijos.

Esta semana te pagamos pero dame chance y el tipo me dijo: es que ni a vos ni a tu marido les va a pasar nada, quédate tranquila que a los que voy a reventar es a tus hijos y no me contestó más. Ese día sentí que me moría, contó.

El viaje seguía retrasado por falta de comprador para el inmueble valorado en 18.000 dólares. Rosa y Carlos decidieron bajar el precio a 15.000, pero seguía sin venderse y los días seguían pasando. El tipo no se comunicó más. Yo esperaba lo peor. No abrimos más el negocio y no salíamos de la casa, relató.

Rosa dice que Dios la iluminó porque mientras hablaba con el coyote, quien era otro zuliano que los ayudaría a llegar a Estados Unidos, le comentó que solo faltaba vender la casa para juntar la otra parte de su pago y dos boletos de avión que le faltaban, a lo que el coyote le propuso un plan que fue su salvación.

Él me dijo que me pagaba los boletos si le daba la casa en pago. No lo dudé, así lo hice y dos días después estábamos saliendo los cinco de Maracaibo, contó.

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Los pequeños comerciantes le exigen a las autoridades poner mano dura y hacer un verdadero resguardo de la economía en la ciudad/Mariela Nava
Partir es duro

Un morral cada uno, no había espacio para más, fue lo que se llevaron de Maracaibo. Pasaron casi tres meses para llegar a su destino.

Todos rezaban porque yo tenía el presentimiento de que nos iban a matar saliendo de la casa, gracias a Dios no fue así, llegamos bien aquí, tuvimos tropiezos y fue duro pero llegamos, dijo aliviada la madre que ahora trabaja en una zapatería.

Para Carlos y Rosa, Maracaibo es sinónimo de buenos recuerdos, de familia y hogar, pero después de pasar dos años perseguidos y perder a un ser querido a manos de la delincuencia el panorama cambió.

Nosotros no volvemos, el Zulia es el lugar de Venezuela donde uno puede conseguir más rápido la muerte. Este mes nos llegaron los papeles y ya estamos más tranquilos, emigrar es duro y en estas condiciones más, pero yo me hice cuenta que somos una familia que no tiene país, finalizó Carlos.

Cifras rojas

Según el último informe del Observatorio Venezolano de Violencia, el Zulia lidera la lista de estados azotados por las extorsiones y aunque este fenómeno es de vieja data, tal parece que en 2023 ha tenido un repunte que pone en zozobra a pequeños, grandes y medianos comerciantes, incluso grupos familiares.

Según la ONG, entre enero y abril de 2023 se registraron 13 casos de extorsiones en Zulia, lo que representa un aumento significativo en comparación con el mismo período del año anterior, cuando se contabilizaron 26 casos en todo el año. En 2021 hubo 55 casos, es decir, 8 % de los delitos en el estado.

El coordinador del observatorio en la región, Jorge Govea, señaló que la extorsión se ha convertido en una de las principales fuentes de ingreso de bandas y grupos del crimen organizado, después del narcotráfico. “La extorsión en tierra zuliana es una actividad muy lucrativa para estas organizaciones que operan con total impunidad y aprovechan la debilidad institucional y la crisis económica”, afirmó.

(*) El nombre fue modificado por medidas de protección a la entrevistada.


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