Familiares de uno de los calcinados en la Cota 905 recibieron amenazas por denunciar “gato encerrado”

Jaiker Santos, de 37 años, fue uno de los cuatro hombres que presuntamente se enfrentaron al Cicpc y, poco después, le lanzaron una granada a la comisión, el pasado 24 de octubre. Uno de sus parientes fue secuestrado recientemente y se le exigió a la familia que “dejara las cosas así”.

Caracas. Han pasado 22 días desde que mataron a su hijo y su rostro luce tan desolador como aquella madrugada del lunes 24 de octubre cuando se enteró. Odessa Pérez guarda luto y, enfundada en su camisa y pantalón negros, se llenó de valor para denunciar las irregularidades que hay en el caso. No le importan las amenazas.

Por redes sociales se enteró de que a Jaiker Alfredo Santos Pérez, de 37 años, lo habían hallado calcinado dentro de su carro, en la Cota 905 a la altura de El Pinar.

Caso Cota 905
Madre y hermanos de la víctima aseguraron que tienen pruebas de que esta no era miembro de la banda

Versiones policiales indicaron que formaba parte de una banda de secuestradores que se enfrentó al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), y era conocido como alias “el Chofer”. Pero su familia lo desmiente.

Su hermano, Edgar Eleazar Santos, contó que entregaron una carta dirigida al ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, para pedirle una audiencia y tratar la ejecución extrajudicial de su hermano: “Extendemos el llamado al Defensor del Pueblo, Tareck William Saab, al director del Cicpc, Douglas Rico, y a la Fiscal, Luisa Ortega Díaz”.

Caso Cota 905
Dolientes pidieron audiencia con el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol. También que el director del Cicpc, Douglas Rico, investigue lo que sucedió

Pero desde el homicidio de Jaiker la familia ha recibido amenazas, sobre todo Edgar, quien ha llevado las riendas de la denuncia tanto en los medios de comunicación como en los entes públicos.

Hace más de ocho días secuestraron a una de sus hijas en Carayaca, estado Vargas, los sujetos le enseñaron fotos de todos los parientes y le enviaron un mensaje para que dejara las cosas como estaban.

“Si me llega a pasar algo, mis hermanos darán la cara por mí y seguirán las denuncias, porque estamos unidos”, dijo.

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Además, los parientes exigieron que aparezcan las actas procesales, de las cuales no se sabe nada desde hace 22 días. Y aunque el fiscal del caso, Jorge Rebolledo, mostró disposición los primeros días, no ha colaborado en más nada.

Gato encerrado

Jaiker desapareció la noche del domingo 23 de octubre después de las 8:40 p. m. Trabajaba como taxista. Normalmente, sus clientes lo convocaban al aeropuerto de Maiquetía, y esa noche había partido con uno de ellos a San Antonio de Los Altos, estado Miranda.

No solía llegar a su casa después de las 10:00 p. m., precisamente porque le daba miedo ser víctima del hampa y su esposa, al ver la hora, comenzó a llamarlo pero no lo localizó.

Luego se enteraron de que era uno de los cuatro hombres que murieron calcinados en un presunto enfrentamiento con el Cicpc, en la Cota 905. Sin embargo, la señora Odessa aseguró que tiene pruebas de que su hijo fue secuestrado y encapuchado lo llevaron a un barrio, donde dos hombres más se montaron en su taxi marca Chery, modelo Orinoco.

Cota 905
Según versión policial los presuntos delincuentes se enfrentaron con el Cicpc y les lanzaron una granada, que produjo que se incendiara el carro

“Tengo fotos y soportes de todo. Mi hijo no era ningún delincuente y lo pusieron como líder de la banda pero no revelaremos nuestras fuentes. Hemos recogido más de 500 firmas entre vecinos que nos apoyan para constatar que él era taxista y padre de familia”, indicó.

Su madre y hermanos denunciaron que los funcionarios del Cicpc que participaron en ese operativo tratan de tapar las pruebas, ya que se trató de una ejecución extrajudicial porque hay muchos cabos sueltos.

Según la autopsia que le practicaron en la morgue de Bello Monte, el cadáver ingresó a las 3:00 a. m del lunes sin identidad, no obstante, por redes sociales los cuatro hombres habían sido identificados inmediatamente.

Jaiker estaba calcinado desde las piernas hacia la cintura, le faltaban dos dientes, tenía golpes en la cabeza y un tiro en el pecho. “Se supone que el disparo entró por el vidrio delantero, por el lado del piloto, es decir, que debería tener el orificio. Además, ¿cómo unos hombres con tiros y calcinados quedaron afuera del carro?”, apuntó Edgar.

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En el lugar del suceso recuperaron un fusil HK calibre 2.23, una pistola Glock con cargador de 32 balas, una pistola Walther PPK calibre 3.80 y dos granadas fragmentarias, una sin accionar.

“Si ellos estaban tan fuertemente armados no me explico cómo las unidades no tuvieron ni un rayón ni los funcionarios quedaron heridos”, insistió el hermano.

La madre de Jaiker denunció que los funcionarios le insinuaron que cremara el cuerpo, pero la familia se negó porque piensan seguir con las averiguaciones hasta que todo se aclare. “Además quienes fallecen por hechos violentos no pueden ser cremados, hay un interés en eso”.

Familiares de la víctima han gastado mucho dinero en todos los procesos, pero afirmaron que harán lo que esté a su alcance para que haya justicia porque Jaiker no era ningún delincuente.

“Si esto hubiese pasado con un sobrino que es tremendo, ok, pero con Jaiker no. A ese muchacho le daba miedo hasta montarse en moto y para sacarlo a tomar unas cervezas había que arrastrarlo. Pasarán años y nosotros seguiremos insistiendo porque esos sujetos no deben portar chapa del Cicpc”.

La víctima vivía con su esposa e hija de seis años en el anexo de su casa familiar.

Fotos: Yohana Marra, cortesía


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