Los huecos que dejó la sustitución de una tubería de aguas negras se traga hasta 20 vehículos diarios. Los transportistas y comerciantes de la zona exigen a la hidrológica que culmine la obra.
Maracaibo. Todos los meses Jhon Infante, chofer de la Ruta El Marite, gasta 50 dólares en reparar el tren delantero o los cauchos de su vehículo de cinco puestos que presta servicios de transporte público. La razón es el mal estado de un tramo de dos kilómetros de la vía que conduce hacia La Concepción, a la altura del sector La Fortaleza, al oeste de la ciudad.
El 3 de noviembre de 2023, Hidrolago anunció a través de su cuenta en la red social Instagram, la sustitución de un colector de 21 pulgadas de aguas servidas que beneficiaría a la parroquia Antonio Borjas Romero. Para ese momento la obra estaba 45 % avanzada, pero -según el reporte de los ciudadanos-ahí quedó.
Hidrolago no terminó la obra, dejó una zanja de casi dos kilómetros aquí. Nosotros al ver que no venían a seguir o al menos a tapar el megahueco que dejaron, pagamos la carga de dos camiones con escombros para tapar eso, pero donde están los colectores las aguas negras se ha chupado el escombro y esto es un desastre”, dijo Roberto Segovia, habitante de la zona.
Comercio en jaque
Esta zona es un área comercial que conecta con el segundo mercado más grande de la ciudad, La Curva de Molina. También es el paso de unas 15 rutas de transporte público que conectan el norte con el oeste y hacia el municipio Jesús Enrique Lossada.
Feisal Bahsas, encargado de una mueblería, dijo que semanal pagan 20 dólares a un camión para que reponga el escombro que la corriente de agua fétida se lleva en los constantes desbordamientos. Dijo que lo hacen para mantener su clientela, aunque a veces el polvo que levanta el tráfico constante y el mal olor de las heces fecales, hace casi imposible mantener las ventas.
“Los clientes ya no quieren venir porque aunque nuestro estacionamiento está bien, la calle no, y temen caer en alguno de los huecos. Las ventas han bajado y cuando llueve es peor, aquí no llega nadie”, dijo.
La falta de clientela este último año le ha dado suficiente tiempo libre a los empleados de los más de 10 negocios de la avenida, para contar la cantidad de vehículos que a diario caen en alguno de los dos profundos huecos de la doble artería vial.
“A diario caen más de 20 carros, sin exagerar. Algunos logran salir porque otros los ayudan, sobre todo los carros por puesto, que tienen paradas cerca de aquí. Los particulares se las ven feas, muchos tienen que llamar grúas y los carros quedan como chatarra”, dijo el empleado de una panadería cercana.
Hacen maromas
“Pasar por La Fortaleza es como transitar por un universo desconocido, es un infierno”, dijo Yeison Urdaneta, chofer de la ruta La Curva-Concepción.
El joven que apenas tiene un año con su camioneta Ford, a la que le ajustó un techo y asientos de madera para trasladar pasajeros, asegura que el mal estado de la vía lo lleva a la ruina.
“Ese polvorín es el pupú seco que queda de los desbordamientos de esta tubería cuando no llueve o no hay servicio de agua en la zona. Aquí hacemos mil y una peripecia para pasar, tratando de no dejar un caucho o el tren delantero, porque todos los días aparece un hueco nuevo. El peligro es caer en una tanquilla de esas, cosa que al final es inevitable porque el suelo se ha ido hundiendo”, alertó.
Félix Valle, encargado de una tienda de refrigeración, reportó una baja de 60 % en las ventas. Confía en la temporada navideña para recuperar un poco las pérdidas, pero está consciente de que es necesario que la hidrológica culmine los trabajos.
Sin gas
Los vecinos del barrio Libertador también se quejaron: hace tres meses Hidrolago intervino la red de aguas negras y no terminaron la sustitución. Dejaron la calle rota.
“Ahora tenemos un solo sentido en la vía de la calle 80, el otro es un amasijo tambaleante de aguas negras, heces flotantes y monte, porque Hidrolago no volvió”, dijo Magaly Gutiérrez, una de las afectadas mientras se tapaba la boca con la camisa debido al mal olor.
Las lluvias y el mal estado en el que la obra dejó el pavimento han ocasionado que los vecinos tengan que lidiar con dos cráteres que al asomarse se pueden ver metros y metros de la parte subterránea de la comunidad.
“Tenemos miedo que ahora con el inicio de las clases algún muchacho se caiga ahí, eso está muy hondo y huele terrible. Ya no hayamos con qué limpiar la casa para disfrazar el olor”, dijo Gutiérrez.
El socavamiento del pavimento rompió la tubería principal de gas doméstico que surte a más de 100 familias.
“Ahora además tenemos que gastar 25 dólares mensuales en bombonas porque no hay gas, pero lo peor es la fuga de gas que hay ahí. Me da miedo pensar que la acumulación de gases ocasionen una tragedia en el barrio”, dijo Robert Antúnez, comerciante.
Esta situación no solo complica la actividad comercial, de transporte público y cotidiana de las comunidades, sino las labores del Cuerpo de Bomberos de la Rotaria que en julio de 2022 fue reinaugurada por el alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez, y que atiende contingencias en seis parroquias.
Los afectados exigen a Hidrolago que atienda la solicitud de culminar la obra y asfaltar la vía para evitar accidentes.
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